lunes, diciembre 19, 2005

Energy Fools The Magician.

Eno los engaño a todos.
Piénsenlo. Después de Roxy Music, ¿que esperaba el mundo de Eno?. En Roxy habia sido un camaleón transexual, puro glam, expulsado porque Bryan Ferry veía amenazado el liderazgo de su banda. Sin quererlo Eno se habia convertido el centro de atención, aunque solo se paraba en el escenario, casi sin hacer nada, emitiendo algún sonido extraño de vez en cuando. El mundo, por supuesto, esperaba que Eno fuese otra estrella de rock.
Pero sus primeros cuatro discos no tienen nada que ver con lo que uno espera de una estrella de rock. Los primeros cuatro discos forman un todo orgánico donde Eno se divierte a costas de las estructuras de la canción y prueba todo lo que se puede probar dentro de la misma. Cada uno es distinto al anterior pero cada uno lo lleva mas cerca de lo que seria su destino final: abandonar la canción, adoptar (y crear, quizás) el ambient.
Es cierto que en un principio intentó ser una estrella. Su primer disco “Here Comes The Warm Jets” es lo mas parecido, en palabras de Paul Morley, a “una versión de lo que el tercer álbum de Roxy Music podría haber sonado si Eno hubiese estado a cargo y no Ferry”. Todos los miembros de Roxy participan y es, una vez mas y por ultima vez, puro glam. Aquí Eno intenta apropiarse de la imagen que el mundo se había hecho de el, “hacerse cargo”, por decirlo de algún modo. Aquí intenta ser la estrella de rock bisexual y alien que parecía que era en Roxy. Canta con una voz nasal, como si estuviese liderando una banda de rock de estadios, como si tuviese acólitos que dependiesen de cada palabra que dice, con una confianza que no le volveríamos a ver nunca.
Pero, como con todo lo que hace Eno, eso es solo una mascara. Para comenzar, las letras son lo opuesto a una banda de rock convencional. Eno, en algún momento, dijo que el se fue de Roxy porque él quería experimentar con la manera en que se hacia música, mientras que Ferry quería experimentar con lo que la música decía. Así, no es sorprendente que las letras de Eno sean casi un “afterthought”. Como si el disco hubiese sido grabado entero, masterizado, enviado a que se hagan copias y a ultimo momento se lo hubiesen devuelto diciéndole: “Estas canciones necesitan letras”. Y Eno se hubiese sentado, hubiese puesto las cintas y cantado lo primero que se le venia a la mente.
De hecho, así es, en parte, como Eno escribe sus letras. En una fantástica entrevista que le hizo Lester Bangs en 1979 Eno dice: “Lo que es primero trabajar en la canción hasta que su identidad esta bien establecida, ya se como va a sonar en términos de texturas y tiempo y velocidad y todo eso, y la dejo sonando muy fuerte y cantando junto con ella, cantando cualquier cosa, en realidad, y a veces esa “cualquier cosa” es correcto para ella”.
Y, para confundir aun mas a sus seguidores, la música tampoco tiene nada que ver con la de una banda de rock convencional. El album esta lleno de canciones, sin lugar a dudas, algunas con un tono cuasi punkoide, como “Needle In The Camel’s Eye”, pero hay una extrañeza, una alineación en estas canciones que las separan, que las distancian un poco del oyente. Son canciones opacas, pareciera que ocultan algo debajo de su brillante superficie. Su falsa pretensión rockera esconde capas mucho mas ricas. Es una mascara.

Y después Eno se cansó de jugar a la estrella. Quizás se dio cuenta de que el rol de icono camaleónico transexual estaba mejor cubierto por Bowie. Quizás se aburrió (Eno se aburre muy rápidamente). “Taking Tiger Mountain”, su segundo disco, no tiene nada que ver con “Here Comes The Warm Jets”. Mas onírico, mas pop, Eno abandona sus intenciones de ser el frontman de una banda de rock tradicional y abandona la imagen que venia cargando desde Roxy. A partir de aquí comienza, cada vez mas, a confundir las expectativas, a cambiar cada vez mas rápidamente y a explorar de manera profunda lo que se puede hacer dentro de una canción pop.



De entre sus 4 primeros discos este siempre me pareció el mejor, no sabría decir porque. Quizás porque es el mas coherente, compacto, pareciera tener un orden dentro de la no-estructuración que caracteriza la obra de Eno. Al mismo tiempo, sin haber leído las letras nunca, me parece su disco mas sincero, un disco con el que uno puede relacionarse mas fácilmente. Eno ya perdió el miedo a liderar su propia banda, de hecho, abandonó toda intención de liderar una banda. Incluso se podría decir que comienza a abandonar a Eno. Pero el desprendimiento es lento y aquí se encuentran algunas de las canciones mas lindas que compuso. A cualquiera que tenga la imagen (generalmente proveniente de sus discos ambient) de Eno como “El Señor Frío”, habría que hacerle escuchar canciones como “Put a Straw Under Baby”, con su ritmo casi de canción de cuna y su voz suave y relajada susurrando mas que cantando o “Taking Tiger Mountain”, construida alrededor de un piano mínimo y encantador.
Eno canta con una voz mas suave, sin el toque nasal anterior. Canta relajado, pero con energía. Pareciera que canta como si estuviese en el estudio solo con sus amigos, sin tener idea de que lo que están tocando va a ir a cinta.
El disco esta grabado solo con batería, guitarra, bajo y teclados. Nada demasiado extravagante, pero la cantidad de cortes, resampleos y collages que tiene es impresionante. El estudio es la herramienta. Como describía Bangs: “El “escribe” tomando pequeñas cosas de varios instrumentos, pasándolas por electrónicas, trayendo otros músicos que generalmente no tienen nada en común el uno con el otro, después sometiendo las pistas básicas a tantas sobre grabaciones como sean necesarias para satisfacerlo”.



Satisfecho con haber creado su obra maestra pop, Eno de pronto perdió la voz. Su siguiente disco, una vez mas, no tendría mucho que ver con el que lo precedió. “Another Green World” se llama, y es una mezcla entre instrumentales (en su mayoría) y unas pocas canciones cantadas. Dos años pasaron desde “Here Comes...” pero habría que realizar un gran esfuerzo para encontrar al Eno de ese disco aquí. De hecho, habría que realizar un gran esfuerzo para encontrar a Eno en el disco. Eno se disolvía cada vez mas, su imagen quedaba reducida a una sombra. La única imagen que hay de el es una foto en la contratapa, donde aparece leyendo una revista. Veo esa imagen y en ella a Eno parece no importarle que le estén sacando esa foto, no parece importarle que esa foto vaya a ser la tapa de su disco. En realidad, no parece importarle sacar un disco.
En cuanto a la música, las piezas son cortas, aun pop, pero convirtiéndose en algo mas. Es un disco melancólico, un disco para sentarse en una playa abandonada, el ultimo día de vacaciones y que te entre arena en los ojos. Sin embargo, hay algunas canciones rápidas, plagadas de ritmos entrecortados, un preludio de lo que Eno haría cuando trabajase con Talking Heads en un par de años.
A pesar del predominio de los instrumentales aun hay unas cuantas canciones en la línea de “Taking Tiger Mountain” como “St. Elmo’s Fire” o “ I’ll Come Running”. Son tan bellas y pareciera que le salen con una facilidad tal a Eno, que no me molestaría escuchar 20 años de carrera con canciones casi iguales. Pero entonces no seria Eno.



Eno se estaba aburriendo de la canción, ya la había deformado, trabajado y subvertido de un millón de formas diferentes. Al parecer no había donde ir. Pero antes de abandonar los campos de Poplandia, nos dejó un ultimo regalo. El ultimo disco pop de Eno se llama “Before And After Science” y ningún otro nombre podría describir mejor no solo al disco, sino a toda esta etapa de la carrera de Eno. El disco esta dividido en 2 partes: Lado A (Las primeras 5 canciones) y Lado B (las segundas 5 canciones). El lado A es el lado de las canciones rápidas, es el lugar donde Eno intenta ser un rock star por ultima vez, pero ya convencido de la inutilidad de ello, riéndose todo el tiempo de un rol que le es ajeno. Es el lado donde vuelca lo que había estado haciendo con Bowie y Talking Heads. Es Eno diciéndole adiós a la canción pop, su primer amor. Bueno, quizás no su primer amor, pero si su primera obsesión.
El Lado B es el lado donde van las canciones lentas, donde la voz de Eno se disuelve lentamente, donde comienza a verse que haría después, donde las notas de los teclados y los pianos quedan flotando en el aire, como en un sueño, o en el recuerdo de un sueño. Eno no canta, susurra, o murmura por lo bajo. Las canciones son melancólicas, pero he comprobado que si se las escucha un domingo a la tarde, cuando llueve, brindan una felicidad muy particular, una felicidad privada y única.
El ultimo tema se llama “Spider and I” y termina diciendo “We sleep in the morning, we dream of a ship that sails away, a thousand miles away”.
Y después Eno se calla lentamente.