lunes, mayo 01, 2006

Monoambiental!

Como dije antes, Tucumán es un lugar aburrido. Mas aun en verano. Mas aun en enero, cuando el 80% de la población se marcha de vacaciones, los eventos paran y la ciudad parece un pueblo fantasma. Con 40° de sensación térmica. Un pueblo fantasma del infierno, bah.
Frente a este panorama a uno no le quedan muchas opciones: o se encierra con aire acondicionado o huye. Bueno, un grupo de amigos decidió hacer la primera, pero al mismo tiempo componer y grabar canciones. En un monoambiente. Donde llegaron a concentrarse 12 personas. Y una batería.
Yo me perdí gran parte del proceso compositivo, pero me imagino lo entretenido que debe haber sido grabar el disco. Y lo que quedo fue un disco precioso, corto, low fi y (valga la redundancia) monoambiental. Grabado con mínimos recursos, en una computadora con Windows 98 (¡!!!) y con una idea de producción totalmente intimista. Lo genial del disco es como se van mezclando e intercalando las diversas contribuciones de los que tocan ahí. Hay canciones de 7 u 8 compositores distintos y lo grabaron de ese modo tan fructífero que es el colectivo musical. Se nota la diversión y el relax de ser un grupo de amigos que se juntan a tocar y grabar y dejar constancia de algunas canciones muy lindas sin ningún tipo de expectativa ni presión.
Es un disco al que el único calificativo que le cabe es “pequeño” (en el buen sentido!). Como un monoambiente, bah. Es el disco perfecto para escuchar en tu cuarto un día nublado. Tomando te. Leyendo Blankets.

Y a raíz de esto que comenzó como un experimento sin ningún horizonte preciso, comenzaron a moverse cosas. Cuando los chicos vieron que tenían un disco en sus manos, de pronto surgió la idea de editarlo. Y como consecuencia del hecho de tener un disco por editar, tener bandas y ganas de tocar, organizar un ciclo de recitales. Todo abril se armo una movida muy interesante y sobre todo divertida. Los domingos, en un bar del Abasto, tocaban bandas que nos gustan, se escuchaba buena música, venían bandas de Buenos Aires y uno se encontraba con amigos. Que mejor plan para un domingo!?. Se puede decir que los chicos de Monoambiente (y YoConVoz, el sello que Juan Cruz creó para sacar sus discos de Proyecto Conzelmann y ahora creció para alojar al Monoambiente (editado en conjunción con Brillovox, también) y quien sabe que más) conjuraron la melancolía dominguera con esos recitales.
Y anoche era la presentación del disco, que ya esta editado y es un objeto muy bonito, con un arte que me recuerda a discos de rock nacional de los años 70, pero al mismo tiempo tienen un estilo indudablemente low fi.
Y estoy casi seguro que el recital de anoche fue uno de los recitales mas emotivos, alegres y geniales del pop tucumano hasta la fecha. Tocaron “Monoambiente” entero, en el orden que corre el playlist. Los músicos se intercambiaban instrumentos, salían, entraban del escenario, los que no tocaban bailaban y agitaban alrededor de los que si lo hacían en ese momento. Y a todos se les notaba que la estaban pasando muy bien. Y nunca mas que anoche pensé que bien que funcionaba ese colectivo que habían logrado armar. El único músico fijo era Atilio, el baterista, y después el resto de los cargos rotaba. Hasta tenían coristas!. Era como ver a unos mini New Pornographers.
El recital estuvo plagado de momentos emotivos y geniales. Entre ellos:

- El principio, “A/A”, que en vivo sonó como una especie de cuelgue a la Mogwai, con como 4 voces haciendo coro, teclados, bases desde la computadora y no se cuanta gente en el escenario.
- La segunda canción, “Mandarinas”, un hit indiscutible. Ya la había escuchado con Proyecto Conzelmann la semana anterior, y anoche solo confirmó su status de Gran Canción Pop.
- El momento para el desgarro del corazón: “Mañana” del Chueco Ferrer, que no estaba, tocada solo por Bruno en guitarra, Atilio en baterías y la voz espectral de Atilio desde su batería (juro que pensaba que era el Chueco!).
- La canción de Federico Carlorosi, un cover de Aldo y Los Pasteles Verdes, que a mi me había parecido una de las cosas mas flojas del disco, pero que en vivo sonó genial, genial. Muy pegadiza, muy arriba y excelentemente bien cantada.
- Las dos canciones de Bruno. “Claro que si” que tiene unos teclados Calesianos increíbles y “No quiero volver jamás, temprano”, que parece una mezcla entre una canción del desierto y un especie de folklore low fi. Además tiene uno de los mejores nombres de la historia. Estas canciones confirman que Bruno es un gran compositor, de esos tipos que piensan la música y que esta haciendo un camino muy particular.
- Maxi tocando el “Rock And Roll de Mcfly” en un tecladito, solo y luego “Dejáme” gran hit perdido de Demelocotons, que suena como una especie de Neutral Milk Hotel menos psicodélico. Un hit a trasmano, que se te pega a pesar de lo raro que te suena la primera vez.
- Pablo de El Empleado del Mes cantando casi sin voz y poniendo la cuota de rock, junto con Luchi y Carla en coros. El loco de mierda termino gritando y tirándose al piso, cuando prácticamente no podía hablar.
- Las intervenciones de Maxi, como maestro de ceremonias improvisado, de las cuales la cumbre fue su ida y vuelta con Agustín promocionando el disco, que culminó con Agustín abriéndolo y mostrándoselo al publico cual promotor de Sprayette “una joyita, señora, mire que lindo arte, por solo 8 pesitos”. Por este tipo de cosas me gustaban tanto Demelocotons.
- Las canciones de Juan Cruz, las cuales ya forman parte ineludible del soundtrack del verano, de tanto que las escuche en su casa. Las dos sonaron perfectas, con una banda que les duplicaba la pegada y sonaron, como diría Maxi, “mas rock nacional que nunca”.
- Las canciones de Agustín, sobre todo “Río Hondo”. Creo que había....8 músicos sobre el escenario cuando tocaron “Río Hondo” y fue el momento culmine de la noche. Agustín es una estrella de rock, carajo. Tenia hasta coristas en ese momento. Y “Río Hondo” es una de esas canciones tan buenas que no podes creerlo. O sea, es la definición de hit. Ya cuando la tocaban con Demelocotons, en una versión re Pixies, era el momento mas alto de sus recitales. Reformulada para el Monoambiente como una versión mas intimista, suave y tranquila, funciona exactamente igual y se te pega al cerebro como si tuviese goma mágica.
- Por ultimo, el cierre con “Vos Me Ayudas” de Truman, con Jorge de Estación Experimental cantando, en un especie de puente entre la generación mas vieja del pop tucumano y esta gente que esta produciendo cosas nuevas sobre las cuales vale la pena escribir y emocionarse. Además “Vos Me Ayudas” es un cierre perfecto, una canción optimista, hacia adelante, con un ritmo que te hace sentir que estas avanzando por la autopista a 100 por hora.

Y, en definitiva, eso fue la presentación del Monoambiente. Un recital altamente emotivo, que confirma que en Tucumán se pueden hacer cosas distintas, que te entusiasmen, que pongan en juego y en escenario la particularidad de uno mismo y que no pretendan transitar avenidas ya congestionadas. Los chicos de Monoambiente lograron una cosa única, personal, un momento mágico y especial en el que se sabia que lo que estaba en el escenario era algo hecho con ganas, con pasión y sobre todo con el único sano objetivo de hacer música que diga algo de ellos mismos y presentarla con la idea de que otros la disfruten. Desde la manera en que el disco fue grabado hasta la manera en que fue presentado fue una especie de lección de trabajo colectivo, desinteresado y sin egos de por medio.
Un grupo de amigos. Unas cuantas guitarras. Un puñado de canciones. And magic happens.