miércoles, septiembre 06, 2006

Tríptico Planetario

Hace una semana que estoy obsesionado, fijado, enfermo, con Los Planetas. Hacia bastante tiempo que no me pasaba algo así con una banda.
Lo hermoso de mi descubrimiento de Los Planetas pasa por el hecho de que yo ya conocía de su existencia, sabia de su reputación, su status en el mundo indie, etc., de hecho hasta había escuchado varias canciones, pero jamás se me había ocurrido bajar un disco, darles pelota, escucharlos con atención. Y de pronto, el jueves pasado, estaba en la casa de mi amigo Juan Cruz y, por esas casualidades de la vida, pasamos de escuchar Bochatón a Los Planetas. El muy cabrón, entre gin tonic y gin tonic, se dedicó a poner hit tras hit de un disco que tenía la discográfica completa y quede prendado.
Mientras mis amigos se iban de joda a un boliche, yo me volví a mi casa como enfermo, a escuchar mas de este descubrimiento fantástico.
Ya se que estoy llegando tarde, una vez mas, pero nada le gana a la sensación de encontrarse de golpe con una banda nueva, como un maravilloso continente perdido, nunca antes explorado por el hombre, que despliega toda su fantástica geografía, zoología, botánica, frente al desprevenido navegante que tuvo la fortuna de hallar ese pedazo de tierra que no figuraba en ningún mapa.
Así que de pronto me encuentro como un proverbial Crusoe frente a esa isla. Y me dedique la última semana a cartografiar cada terrón de arena, cada arbusto, cada nota y canción, en la forma de una discografía.



Las canciones de Los Planetas no son el fin ni el principio de nada, no son una banda revolucionaria, sencillamente es una banda que hace ese genero tan popular de “pop de guitarras”. Un poco de Jesus And Mary Chain, un poco de My Bloody Valentine, un poco de Pixies, bastante punk. Por supuesto que esto no disminuye su potencial para conmover, para sacudirte las medias con un buen gancho o un estribillo tremendo.
Sin embargo, lo que yo diría que es el verdadero fuerte de Los Planetas son las letras. Últimamente, luego de mucho tiempo, estoy revisando mi postura más bien indiferente con respecto a las letras en castellano o en ingles y estoy comenzando a apreciar y a admirar a aquellos compositores capaces de escribir letras en castellano. Estamos tan acostumbrados al ingles en el rock que no nos percatamos de lo difícil que es escribir buenas letras en castellano y lograr que tengan la misma musicalidad e inmediatez que el idioma del Reino Unido. Bueno, Los Planetas lo logran. Muchas veces sus letras tienen una simplicidad que oculta frases y títulos geniales, observaciones sobre la vida totalmente certeras.
El universo lírico de la banda no es muy amplio: relaciones fallidas, destructivas y de amor/odio, drogas, fútbol, y una combinación de todos los factores precedentes. Pero habla muy bien en su favor que logren explotar tan bien esta cantera aparentemente limitada y que, al menos líricamente, las canciones nunca parezcan repetitivas.

Como una demostración de lo que quiero decir, voy a colgar algunas canciones que me parecen representativas de cada uno de los imaginarios planetarios.
En primer lugar, mi canción favorita de aquellas que tratan sobre relaciones enfermas o destructivas, “Pesadilla en el Parque de Atracciones”. Creo que me gusta tanto porque encapsula, en dos minutos y medio y con una economía de recursos genial, el resentimiento que uno siente luego de haber sido abandonado. Es una pequeña postal, una fotografía, de un sentimiento. O, mejor dicho, de una etapa. A pesar de que hemos sido bombardeados con millones de libros de autoayuda que hablan de las etapas por las que uno pasa luego de pelearse de alguien a quien quería mucho, no por eso es menos cierto. Y la etapa que uno, como buen neurótico, suele transitar mas prontamente es la del resentimiento, la del odio, la de “ya vas a ver, te vas a dar cuenta de lo que hiciste y te vas a querer matar”. Bueno, Los Planetas condensan ese sentimiento (que a veces dura meses) en esta canción cuya letra dice así:



Quiero que sepas que ya me esperaba
que esto ocurriera y que no pasa nada,
sólo me da la razón, y que he estado aprendiendo
de cada momento que he estado contigo.
Y pienso aplicar contra mis enemigos
tus tácticas sucias de acoso y derribo,
que también he sacado algo bueno
de todo este enredo.

Y quiero que sepas
que espero que acabes
colgando de un pino
cuando veas lo imbécil que has sido,
cuando veas que lo has hecho fatal.

Y que quiero que sepas
que ha sido un infierno,
estando contigo
el infierno es lo más parecido,
te pareces un poco a Satán.

Quiero que sepas que me he acostumbrado
a tus putas escenas de "ahora me largo".
Lárgate ya de verdad que sería una suerte
si no vuelvo a verte en los próximos años.
Por mí que podías tirarte de un tajo
que ya lo que hagas me trae sin cuidado.
Si me pongo a pensarlo un momento
creo que lo prefiero..

Así que ya sabes
que espero que acabes
pegándote un tiro
cuando veas lo imbécil que has sido,
cuando veas que lo has hecho fatal.

Y que quiero que sepas
que ha sido un infierno,
estando contigo
que por poco no acabas conmigo,
pero soy difícil de matar.

Y que quiero que sepas
que ha sido un infierno,
estando contigo
el infierno no es tanto castigo,
te pareces bastante a Satán.


En segundo lugar, tenemos la otra vertiente de la lírica planetaria, la de las drogas. Yo ya sabia que tenían una reputación de ser altos drogadictos (vamos, una banda que tiene un disco que se llama “Canciones Para Una Orquesta Química” no son ningunos nenes de pecho) pero no lo había visto fielmente reflejado en ninguna canción. Bueno, hay varias, pero creo que mi favorita, por la sensación absoluta de desamparo y tristeza que expresa es “Línea 1” que esta en “Una semana en el motor de un autobús”.
Otra hermosa postal, solo que esta vez transmite la dejadez de alguien que solo se queda en su casa drogándose todo el día, que esta demasiado para atrás como para salir o tener la mínima iniciativa, esa sensación de abulia que tan bien describía Burroughs cuando decía: “Los adictos son el grupo de gente mas aburrido que he conocido. Tienen una mente de una sola pista”. Sobre un fondo de ruidos de niños, guitarrita, unas cuerdas, piano y la voz más triste, apagada y desesperanzada que he escuchado en mucho tiempo cantan lo siguiente:



Iba a hacerlo esta mañana,
levantarme de la cama,
comprar algo de comida,
empezar con otra vida.
Pensé que sería lo mejor.
Toda esta mierda se acabó.
Voy a dejarlo de verdad,
ya no me gusta nada.
Y ordenar por fin la casa,
y lavar estas dos mantas,
y recuperar mis discos,
y unas cosas que he perdido,
y después pensé:
"Mejor que no".
Y puse la televisión,
subí a pillar un poco más,
después de todo, esto no está mal
Y después pensé:
"Mejor que no".
Y puse la televisión,
subí a pillar un poco más,
después de todo, esto no está mal,
no está mal, no está mal.
Iba a hacerlo esta mañana,
levantarme de la cama,
comprar algo de comida
y ordenar por fin mi vida.


Y, por fin, hay una pequeña joya incluida en su disco “Unidad de Desplazamiento” que resume de algún modo todo el imaginario de la banda en una pequeña canción pop. El tema se llama “Un Buen Día” y es magnífico porque es una canción absolutamente feliz, optimista incluso, en su melodía, que describe ese sensación tan gratificante de tener un día muy agradable, lleno de cosas para hacer, muy divertido y pleno pero que debajo oculta una melancolía que tarde o temprano te apresa y te tira para abajo.
La letra habla justamente de eso, de un día normal en la vida de J. el cantante de Los Planetas. Por la manera en que lo describe, es un día delicioso, que incluye desde leer tebeos de Spiderman (genial genial genial como pronuncian “Spiderman”) hasta meterse “cuatro millones de rayas”, pero por detrás de esa aparente tranquilidad, hay una tristeza profunda que se filtra a lo largo de todo el día y que termina imponiéndose. Porque así es la puta tristeza, pringosa, perseverante y posesiva.
Y una vez más, la letra dice así:



Me he despertado casi a las diez
y me he quedado en la cama
más de tres cuartos de hora,
y ha merecido la pena.

Ha entrado el sol por la ventana,
y han brillado en el aire
algunas motas de polvo.
He salido a la ventana
y hacía una estupenda mañana.

He bajado al bar para desayunar
y he leído en el Marca
que se ha lesionado el niñato.
Y no me he acordado de ti
hasta pasado un buen rato.

Luego han venido estos por aquí
y nos hemos bajado
a tomarnos unas cañas,
y me he reído con ellos.

He estado durmiendo hasta las seis
y después he leído
unos tebeos de Spiderman,
que casi no recordaba.
Y he salido de la cama

He puesto la tele y había un partido
y Mendieta ha marcado un gol
realmente increíble.
Y me he puesto triste
el momento justo antes de irme.

Había quedado de nuevo a las diez
y he bajado en la moto
hacia los bares de siempre,
donde quedaba contigo,
y no hacía nada de frío.

He estado con Erik hasta las seis
y nos hemos metido
cuatro millones de rayas.
Y no he vuelto a pensar en ti
hasta que he llegado a casa,
y ya no he podido dormir
como siempre me pasa.