martes, mayo 23, 2006

The Future Is Unwritten

Si usted ve este video y no se emociona, es porque tiene frio mercurio corriendo por las venas.
Me tuvo lagrimeando frente al monitor un buen rato.

sábado, mayo 20, 2006

Cumpleaños.

Soy un mal padre.
El 15 de mayo este blog cumplió 3 años.
3 años.
Tiene una vida mas larga que muchas de mis relaciones.
La verdad que muchas de las cosas de mi vida que ahora son fundamentales no estarían encarriladas o habrían sucedido o estarían en su lugar si no fuese por este ridículo artefacto. Raro que haya tenido este impacto algo que nació casi como un afterthought. Y como un hijo de una experiencia fallida en Live Journal.
Así que...gracias MLIR.
En dos años llego a la fecha bowieana.

miércoles, mayo 17, 2006

Fin.

El sábado terminé de leer "Los Sorias" (Alberto Laiseca, 1316 páginas, Gárgola Ediciones, Buenos Aires, 2004).

jueves, mayo 11, 2006

Sábado / Sábado.

Sábado. 22/04/06.

La noche empieza con un compromiso: me tengo que encontrar con un ex compañero de la secundaria, uno de mis mejores amigos en aquella época, con el cual estamos medio distanciados. El pibe tiene un hijo ahora y un negocio de comidas sobre la avenida Sarmiento. Continua la línea familiar. Su madre y su abuela siempre tuvieron un negocio en el piso de abajo de la casa. “Tazmania”. En una época salíamos de clases, íbamos siempre a su casa a comer comida grasosa y riquísima y faltábamos a gimnasia (el directamente no iba: fue el primer trimestre de primer año y el ultimo de tercero, alegaba problemas respiratorios, apnea, que en realidad tenia).
Salgo, como siempre, tarde. Cuando paso por el bar, esta todo cerrado.
Como consecuencia de esto, paso por la casa de mi amigo Álvaro, con el cual ya había quedado y nos vamos a lo del Ciego, que vive solo.
Ahí están el Ciego y Federico. Fumamos, tomamos cerveza y nos ponemos a charlar. Federico tiene una ferretería y nos cuenta de un amigo que cae por ahí pidiéndole cosas como escaleras de 18 metros y poleas para mover 30 toneladas. Nunca explica para que las quiere. Nunca las compra. Por otro lado, una escalera de 18 metros no existe.
Federico se va temprano. Nosotros nos quedamos escuchando un compilado del Ciego. Porque el Ciego oficia de Dj, a veces. Nos cuenta un par de anécdotas de su época de Dj.
“Yo me acuerdo que había una época en que andaba re mal, porque me había dejado X. Y estaba muy metido con escuchar música muy enferma, muy depresiva. Me daba por encerrarme en esa música y darme manija. Y en esa época organizaban las fiestas Cabezas Cuadradas, entonces me llamaban para poner música. Y yo iba y ponía esa música súper enferma, y me seguían llamando!!!!. Entonces me hablaban para que pusiese música al principio, arrancaba la fiesta y después venían los otros djs y ponían música de fiesta.”
Al otro día había un recital pop, tocaba Coiffeur. Y el Ciego tenia a su cargo las bandejas en esa fecha.
“Voy a ir y voy a poner industrial, noise. Hoy pensaba como se puede llegar a enojar Juan Cruz si paso esa música y me pareció buenísimo hacerlo. Ir a poner música para hacer enojar a la gente, genial.”
Pasamos a un listado de lo que iba a pasar: Helmet, Wolf Eyes, Nine Inch Nails. Yo le digo que tiene que poner cosas como Throbbing Gristle y Cabaret Voltaire.
Al final al otro día llegue tarde y me perdí su pasada.

De ahí se plantea la duda: ¿Que hacemos??. No hay nada. “Vamos a ver a Daniela Herrero” propone el Ciego. “Donde toca?”. “En La Banda”. “Dale, vamos, que mejor anécdota que decir que fuimos a ver a Daniela Herrero a la Banda un sábado a la noche”.
Ahora, una pequeña disquisición: La Banda del Río Salí, afectuosamente conocida como “La Banda”, es un departamento de Tucumán que queda a aproximadamente 10 minutos de la capital. De mi casa queda a eso, ponele. Conocido popularmente por sus ingenios, la mayor parte de la población vive de ellos o en alguna actividad relacionada a ellos. Durante la época de la quema y la zafra, el cielo se llena de esos pequeños gusanitos de ceniza que cubren todo con una capa de hollín, como si de Londres en el siglo XIX se tratase. A raíz del cierre y la decadencia de la actividad azucarera de los últimos....¿40 años?, es un departamento sumamente pobre. Para llegar hay que cruzar un puente que atraviesa el, valga la redundancia, Río Salí.

Bueno, decidimos ir a ver a Daniela Herrero.
Salimos en mi auto y hacemos el camino hasta la entrada. A 200 metros del final del puente hay un boliche, ultra tumba. “Kool”. Antes, según me comentan, se llamaba “El Cielo”.
Hay grupos de gente alrededor de su puerta. Como no sabemos llegar a Baba Yaga, el boliche donde toca Daniela, decidimos bajar a preguntar. Baja el Ciego.
En eso lo vemos hablando con una pareja de tumbas, con unos tipos que por la pinta vos te imaginas que te pueden dejar tirado luego de un par de puñaladas, al lado de la ruta. De golpe el Ciego se acerca con uno de ellos al auto y lo hace entrar
“Vamos que el amigo nos va a indicar donde queda Baba Yaga”.
Álvaro y yo nos miramos, “la puta que lo parió” y arrancamos. En algún momento el Ciego se da cuenta de lo que hizo y se pone nervioso él también. Muestras exageradas de amabilidad para con el muchacho que “¿queres un cigarrillo?” que “loco, como te vas a quedar afuera, vamos a verla a Daniela Herrero”. Mientras tanto yo pienso todo el tiempo en que en cualquier momento saca una pistola y ahí nos vamos a ver la cara de guapos.
Finalmente los prejuicios de todos son derrotados de manera absoluta. El pibe nos lleva a Baba Yaga, baja con nosotros, alega que es “muy careta para el”, nos pide dos pesos para volver a la puerta del otro boliche a seguir chupando con sus amigos y se va.
Pagamos la entrada y pasamos.

Adentro es un típico boliche del interior de la provincia. Buen lugar, grande, con una pista abajo, unas escaleras que conducen a una especie de barandilla que rodea a la pista, de ahí uno se acerca al borde y mira perfectamente el escenario que esta armado para que toque Daniela. El Ciego se emociona cuando ve que hay una batería. La música es la tradicional de estos lugares: rock nacional, cumbia, hits de hace unos cuantos años (Rock DJ, por ejemplo).
Finalmente, luego de una espera de media hora, comienza a tocar Daniela. Toca esa canción que era hit hace unos cuantos años (no me sale la letra, pero era muy buena). Después se larga con otro hitazo impresionante. Pero de ahí aburre un rato con unas cosas medio rockeras / bluseras. Como si quisieran venderla como la próxima Fabiana Cantilo. Porque?. Que siga haciendo hits pop, que mierda.
En medio del reci siento que me tocan el orto, me doy vuelta y es mi amigo Miguel, visiblemente cansado / ebrio. Hablamos un rato, nos convida cerveza.
El recital termina luego de 40 minutos, mas o menos. A partir de ahí largan con cumbia a full y la negrada enloquece.
Habiendo conseguido lo que buscábamos, nos volvemos a casa. A dormir a las 5 de la matina.

Sábado. 29/04/06.

La idea era quedarse viendo algunas películas. Pero tipo 7 de la tarde me llama el Chapa. Me dice que unas amigas lo invitaron a un casamiento. En Villa Nougues. Que necesita alguien que le haga la gamba. ¿Que le voy a decir, que no?.
Del 25 que compre para semana santa me quedan solamente tucas, algunas bastante generosas. Así que decido hacer lo que se hace en estas circunstancias: armarme un king size de tucas.
Tipo 12 estoy llegando a lo del Chapa. Él esta totalmente trajeado, con corbata y todo. Yo no. Tengo zapatillas, una camisa, un saco y un buzo. Y un pantalón semi de vestir. Cuando le muestro el king size se emociona. Me da el plan de la noche: “fumamos la mitad cuando vamos, chupamos hasta morir y la otra mitad nos la fumamos en el viaje de vuelta”. Perfecto.
Salimos para Yerba Buena, por donde tenemos que pasar a buscar a sus amigas. En el camino damos rápida cuenta de la primera mitad. “Apágala que si no nos vamos a fumar todo” me dice ya totalmente de la cabezota.
Llegamos. Buscamos a las chicas. Están todas vestidas muy de gala, como corresponde a un evento de tal naturaleza. Ahora, una aclaración: el casamiento es del hermano del novio de la madre de una de ellas. No piensen demasiado en ello, la cabeza les va a estallar.

La noche esta bastante feita: llueve como si estuviésemos en ese cuento de Ray Bradbury sobre los astronautas en Venus.
Comenzamos el ascenso del cerro. Villa Nougues es una pequeña villa vacacional, que queda un poco mas lejos que San Javier. Reducto de gente con dinero y 4x4’s.
La subida es infernal. Una hora y media de viaje a aproximadamente 15 kmts por hora. Llueve. Llueve. Llueve. Hay MUCHA niebla. Por momentos no se puede ver el camino a mas de 2 metros del vidrio del auto.
Mi tensión se puede cortar con un cuchillo de manteca. Por momentos me veo obligado a pegar mi cabeza al parabrisas para poder observar que es lo que nos espera. Las curvas son totalmente indiscernibles hasta que uno esta encima. En un momento, en medio de mi nerviosismo y colgadez, con el paisaje totalmente verde alrededor y la lluvia constante, siento que no estoy manejando un auto sino un especie de gran escarabajo, una gran vaquita de San Antonio, llena de gente y que se mueve de manera perezosa en un paisaje digno de una novela de Robert E. Howard. La sensación dura un buen tiempo, hasta que llegamos al lugar.
Lo primero que hago, obviamente, es encender un cigarrillo.

Una vez adentro, pedimos comida. Mucha comida. Sanguchitos de jamón crudo y tartas dulces: una de lemon pie, otra de frutilla, otra de mousse de chocolate. La torta de casamiento esta bastante fea.
Mientras tanto, chupamos. En un primer momento, puramente champán. Logramos que nos traigan un par de botellas. Tipo 4 de la mañana suceden dos cosas: se acaba el champán y comienzan a pasar música un poco mas decente. Entonces decidimos trasladarnos a la pista de baile y comenzar a chupar whisky en cantidades industriales.
A esta altura, los dueños del evento comienzan a poner “las buenas cosas”. Si al principio había Smugglers, ahora hay White Horse. No se cuantos vasos tomamos con el Chapa. Cinco, seis, diez.
De pronto, mi mente retorcida y empapada en alcohol decide que lo mejor que se puede hacer en estas circunstancias (5 – 6 de la matina, casi sin nadie ya en el evento) es prender la otra mitad del caño en la pista de baile. Le propongo al Chapa, el cual no me va a decir que no.
Dicho y hecho, encendemos tan noble artefacto. Fumo unas cuantas secas, se lo paso al Chapa, fuma un toque y me lo devuelve. En eso, de la nada, siento una mano que me agarra del cuello y me lleva afuera. En pocos segundos comprendo que es el novio. Me dice “Tira eso!”. “Para, para, que ya lo guardo” (movimientos desesperados para envolver la tuca en el metálico). “No!, tiralo!”. “Ya lo guardo, ya lo guardo” (quizás sonó como “Sha lo guardosh! sha lo guadosh!”). “No, tiralo!”. Lo tiro. “En mi casamiento no vas a fumar marihuana. Si te vuelvo a agarrar fumando te parto la cabeza”.
Frente a tan galante advertencia y al hecho innegable que esta rodeado de otros 3 monos en traje, decido que lo mejor es asentir y mantener un perfil bajo.

Lo bueno fue que a raíz de mi estado alcohólico, todo el evento fue como si le estuviese sucediendo a otra persona, en cierto punto. Lo malo fue que gracias a mi estado alcohólico la ultima hora de casamiento se desdibuja bastante. Me acuerdo que en un momento pelaron el J&B y que llegue a tomar un vaso.
Lo siguiente que recuerdo es levantarme en el asiento trasero de mi auto, tipo 8 de la mañana. El Chapa y las chicas estuvieron despiertos todo el tiempo.
Sintiéndome bastante recuperado, emprendemos el largo camino de vuelta.

lunes, mayo 01, 2006

Monoambiental!

Como dije antes, Tucumán es un lugar aburrido. Mas aun en verano. Mas aun en enero, cuando el 80% de la población se marcha de vacaciones, los eventos paran y la ciudad parece un pueblo fantasma. Con 40° de sensación térmica. Un pueblo fantasma del infierno, bah.
Frente a este panorama a uno no le quedan muchas opciones: o se encierra con aire acondicionado o huye. Bueno, un grupo de amigos decidió hacer la primera, pero al mismo tiempo componer y grabar canciones. En un monoambiente. Donde llegaron a concentrarse 12 personas. Y una batería.
Yo me perdí gran parte del proceso compositivo, pero me imagino lo entretenido que debe haber sido grabar el disco. Y lo que quedo fue un disco precioso, corto, low fi y (valga la redundancia) monoambiental. Grabado con mínimos recursos, en una computadora con Windows 98 (¡!!!) y con una idea de producción totalmente intimista. Lo genial del disco es como se van mezclando e intercalando las diversas contribuciones de los que tocan ahí. Hay canciones de 7 u 8 compositores distintos y lo grabaron de ese modo tan fructífero que es el colectivo musical. Se nota la diversión y el relax de ser un grupo de amigos que se juntan a tocar y grabar y dejar constancia de algunas canciones muy lindas sin ningún tipo de expectativa ni presión.
Es un disco al que el único calificativo que le cabe es “pequeño” (en el buen sentido!). Como un monoambiente, bah. Es el disco perfecto para escuchar en tu cuarto un día nublado. Tomando te. Leyendo Blankets.

Y a raíz de esto que comenzó como un experimento sin ningún horizonte preciso, comenzaron a moverse cosas. Cuando los chicos vieron que tenían un disco en sus manos, de pronto surgió la idea de editarlo. Y como consecuencia del hecho de tener un disco por editar, tener bandas y ganas de tocar, organizar un ciclo de recitales. Todo abril se armo una movida muy interesante y sobre todo divertida. Los domingos, en un bar del Abasto, tocaban bandas que nos gustan, se escuchaba buena música, venían bandas de Buenos Aires y uno se encontraba con amigos. Que mejor plan para un domingo!?. Se puede decir que los chicos de Monoambiente (y YoConVoz, el sello que Juan Cruz creó para sacar sus discos de Proyecto Conzelmann y ahora creció para alojar al Monoambiente (editado en conjunción con Brillovox, también) y quien sabe que más) conjuraron la melancolía dominguera con esos recitales.
Y anoche era la presentación del disco, que ya esta editado y es un objeto muy bonito, con un arte que me recuerda a discos de rock nacional de los años 70, pero al mismo tiempo tienen un estilo indudablemente low fi.
Y estoy casi seguro que el recital de anoche fue uno de los recitales mas emotivos, alegres y geniales del pop tucumano hasta la fecha. Tocaron “Monoambiente” entero, en el orden que corre el playlist. Los músicos se intercambiaban instrumentos, salían, entraban del escenario, los que no tocaban bailaban y agitaban alrededor de los que si lo hacían en ese momento. Y a todos se les notaba que la estaban pasando muy bien. Y nunca mas que anoche pensé que bien que funcionaba ese colectivo que habían logrado armar. El único músico fijo era Atilio, el baterista, y después el resto de los cargos rotaba. Hasta tenían coristas!. Era como ver a unos mini New Pornographers.
El recital estuvo plagado de momentos emotivos y geniales. Entre ellos:

- El principio, “A/A”, que en vivo sonó como una especie de cuelgue a la Mogwai, con como 4 voces haciendo coro, teclados, bases desde la computadora y no se cuanta gente en el escenario.
- La segunda canción, “Mandarinas”, un hit indiscutible. Ya la había escuchado con Proyecto Conzelmann la semana anterior, y anoche solo confirmó su status de Gran Canción Pop.
- El momento para el desgarro del corazón: “Mañana” del Chueco Ferrer, que no estaba, tocada solo por Bruno en guitarra, Atilio en baterías y la voz espectral de Atilio desde su batería (juro que pensaba que era el Chueco!).
- La canción de Federico Carlorosi, un cover de Aldo y Los Pasteles Verdes, que a mi me había parecido una de las cosas mas flojas del disco, pero que en vivo sonó genial, genial. Muy pegadiza, muy arriba y excelentemente bien cantada.
- Las dos canciones de Bruno. “Claro que si” que tiene unos teclados Calesianos increíbles y “No quiero volver jamás, temprano”, que parece una mezcla entre una canción del desierto y un especie de folklore low fi. Además tiene uno de los mejores nombres de la historia. Estas canciones confirman que Bruno es un gran compositor, de esos tipos que piensan la música y que esta haciendo un camino muy particular.
- Maxi tocando el “Rock And Roll de Mcfly” en un tecladito, solo y luego “Dejáme” gran hit perdido de Demelocotons, que suena como una especie de Neutral Milk Hotel menos psicodélico. Un hit a trasmano, que se te pega a pesar de lo raro que te suena la primera vez.
- Pablo de El Empleado del Mes cantando casi sin voz y poniendo la cuota de rock, junto con Luchi y Carla en coros. El loco de mierda termino gritando y tirándose al piso, cuando prácticamente no podía hablar.
- Las intervenciones de Maxi, como maestro de ceremonias improvisado, de las cuales la cumbre fue su ida y vuelta con Agustín promocionando el disco, que culminó con Agustín abriéndolo y mostrándoselo al publico cual promotor de Sprayette “una joyita, señora, mire que lindo arte, por solo 8 pesitos”. Por este tipo de cosas me gustaban tanto Demelocotons.
- Las canciones de Juan Cruz, las cuales ya forman parte ineludible del soundtrack del verano, de tanto que las escuche en su casa. Las dos sonaron perfectas, con una banda que les duplicaba la pegada y sonaron, como diría Maxi, “mas rock nacional que nunca”.
- Las canciones de Agustín, sobre todo “Río Hondo”. Creo que había....8 músicos sobre el escenario cuando tocaron “Río Hondo” y fue el momento culmine de la noche. Agustín es una estrella de rock, carajo. Tenia hasta coristas en ese momento. Y “Río Hondo” es una de esas canciones tan buenas que no podes creerlo. O sea, es la definición de hit. Ya cuando la tocaban con Demelocotons, en una versión re Pixies, era el momento mas alto de sus recitales. Reformulada para el Monoambiente como una versión mas intimista, suave y tranquila, funciona exactamente igual y se te pega al cerebro como si tuviese goma mágica.
- Por ultimo, el cierre con “Vos Me Ayudas” de Truman, con Jorge de Estación Experimental cantando, en un especie de puente entre la generación mas vieja del pop tucumano y esta gente que esta produciendo cosas nuevas sobre las cuales vale la pena escribir y emocionarse. Además “Vos Me Ayudas” es un cierre perfecto, una canción optimista, hacia adelante, con un ritmo que te hace sentir que estas avanzando por la autopista a 100 por hora.

Y, en definitiva, eso fue la presentación del Monoambiente. Un recital altamente emotivo, que confirma que en Tucumán se pueden hacer cosas distintas, que te entusiasmen, que pongan en juego y en escenario la particularidad de uno mismo y que no pretendan transitar avenidas ya congestionadas. Los chicos de Monoambiente lograron una cosa única, personal, un momento mágico y especial en el que se sabia que lo que estaba en el escenario era algo hecho con ganas, con pasión y sobre todo con el único sano objetivo de hacer música que diga algo de ellos mismos y presentarla con la idea de que otros la disfruten. Desde la manera en que el disco fue grabado hasta la manera en que fue presentado fue una especie de lección de trabajo colectivo, desinteresado y sin egos de por medio.
Un grupo de amigos. Unas cuantas guitarras. Un puñado de canciones. And magic happens.