El otro día terminé de leer mi primer libro de Ballard, "Hola América".
Al libro lo leí en 2 partes: la primera, volviendo de un viaje, cansado, medio con calor e incómodo. La segunda, en mi casa, en mi cama, tranquilo.
Quizás por ello me quedó una imagen dividida del libro: la primera parte (la llegada a América, el viaje a través del desierto) me pareció medio aburrida, medio monótona. La segunda (la llegada a las Vegas hasta el final cuasi apocalíptico) me gustó mucho.
Sin embargo, me parece que hay otros motivos. La primera parte es un ejercicio de supervivencia, con pocos personajes y mucho desierto. La segunda parte tiene todo: ambición, locura entrelazada con el (supuesto) destino manifiesto de Estados Unidos, iconos de la cultura, presidentes muertos, selva y hasta bombas atómicas. Por todo eso me parece que la segunda parte representa mucho más (y mejor) lo que creo que buscó hacer Ballard: mostrar Estados Unidos en toda su locura y en su infinita tendencia hacia el mito. Hasta el final es una especie de aseveración de que la locura (y el mito) va a continuar.