Cambié toda una colección de libros con versiones abreviadas de cuentos y novelas clásicas, dibujados por historietistas argentinos (Olivetti, Bobillo, no recuerdo quien más) en una librería local de usados y esto fue lo que me llevé:
- Los Alcohólicos - Jim Thompson: $3 (edición de Etiqueta Negra con una ambulancia vieja preciosa en la tapa completamente negra).
- Generación X - Douglas Coupland: $7 (toda marcada con lapicera azul en los costados y escrito en la pagina 25, con tinta negra: "Escribir sobre los vínculos c/ gente (mías, juego c/u con 3 o 4 adjetivos) ayer se me ocurrió").
- The Pump House Gang - Tom Wolfe: $3 (edición original en inglés, en otra librería estaba la versión de Anagrama a 40 pesos, ja!).
- La Huida - Jim Thompson: $5 (con una tapa con un fotograma de la película y, en la parte de atrás, una breve biografía del autor y una foto donde parece un autor beat y tiene los ojos entrecerrados mirando al horizonte).
- Los Vagabundos de Dharma - Jack Kerouac: $8 (edición de Losada, viejita, en la primera página hay tachado un precio con marcador negro que se trasluce a la página 2 subrayando "Salté a tierra...").
- El Gran Sueño de Oro - Chester Himes: $3 (perteneció a Alberto Herranz en 1994)
- Empieza el Calor - Chester Himes: $3 (había otra edición en mejor estado pero le faltaba la primera página).
Total: $32 pesos. Sale a $4,50 por libro, doña!.
miércoles, noviembre 29, 2006
lunes, noviembre 27, 2006
El Experimento Tres E.P.'s
En una época, hace muchísimo tiempo, Freaky Trigger tenía una sección que se llamaba “C-90 Go!” y que consistía en lo siguiente: una serie de artículos sobre mixtapes de música, escritos en el tiempo que tomaba escuchar ese cassette (o CD). Luego, el escritor tenía libertad para editarlo en cuanto a gramática, fluidez, sentido y precisión con los datos, pero no podía agregarle nada de sustancia. Esa era la única regla. Cada uno podía escribir cuanto quisiese de las canciones que quisiese en el disco y de la manera que mejor le parezca.
Siempre me pareció una idea fascinante, al menos como ejercicio de escritura y de escucha, ya que hay muchas cosas que uno capta en el momento mismo de escuchar algo y que luego pierde en la evocación. Seria como una foto lo mas precisa posible de tus respuestas a la música.
Y luego me encontré pensando que hay una banda a la que siempre retorno: The Beta Band, que cada vez que vuelvo a ella me parecen aun mas geniales y que “The Three E.P’s” es uno de los primeros discos que me apropie como un clásico no porque haya leído mucho sobre su leyenda o por su estatus ya mítico sino por la sobre – exposición obsesiva al mismo. Aun hoy me parece un disco perfecto y no puedo cansarme de escucharlo. Es un poco como observar un diamante en bruto desde todos los ángulos, temer su perfección y guardarlo para no quedar ciego.
La idea surgió del choque de estos dos estímulos: un disco perfecto y el recuerdo difuso de esa sección y gravitó en la parte trasera de mi cerebro durante meses. Esto esta escrito durante la escucha y esta editado minimamente. Siempre es buena cualquier excusa para volver a tragarse entero el “Three E.P.’s” y agradecer a Dios su existencia.
01. Dry The Rain: esta canción tiene casi 10 años y sigue siéndolo todo. Es casi como si en 1998 hubiese existido una especie de dimensión alternativa donde el LSD todavía circulaba como agua y se veneraba a Rocky Erikson, Syd Barret, Arthur Brown, donde habitaban bandas como The Beta Band y Neutral Milk Hotel. Que lindo hubiese sido vivir en ese país imaginario, que poco quedó de él. Pero a la vez la Beta Band tenía beats, lo cual la hermana a mucho de los experimentos electrónicos del período.
La entrada del estribillo es magistral, es el momento en que dan ganas de bailar angustiado, un baile verdaderamente catártico, no un baile de celebración. Que linda forma de melancolía que practicaba la Beta Band.
La inclusión de trompetas hace que este tema sea perfecto. La esperanza, eso son las trompetas. Que forma de levantar, ya es una canción de pista de baile!. Esta es la definición de hit mundial!.
Y logran construir esa euforia natural en contraste con una letra que habla de pastillas y depresión. De pronto son una banda de gospel y los padres espirituales de The Polyphonic Spree (y también demuestra que le deben mucho a los Beatles más psicodélicos).
Fin a toda orquesta.
02. I Know: Oh. Siempre sentí que esta canción era muy depresiva luego del éxtasis de Dry The Rain. Las primeras veces la pasaba de largo. Pero luego comencé a escuchar mucho más el disco y me di cuenta de la tremenda base funky que contiene.
Pero, otra vez, es un caramelo de arsénico, por que debajo de esa base funky hip hopera las letras son extrañeza y abatimiento por sobre todas las cosas. Y el punteo de guitarra es medio bluesero, lo cual tiene mucho sentido.
Un respiro, menos anthemica que Dry The Rain pero igualmente rica en su sutileza. Fin de castañuelas.
03. B + A: aquí me encanta siempre detenerme aquí porque el disco se pone muy abstracto pero muy bailable (de una manera minimalista).
B+A es como lo que intentaba hacer Radiohead en Kid A, pero grabado en antidepresivos y hongos y con la banda firmemente perdida en el bosque.
Y de pronto se vuelve una canción de rock. Parece una parodia de Mogwai. Quizás sea una canción de broma. Quizás realmente están parodiando a Mogwai. O a Radiohead. De cualquier modo, la Banda Beta era uno de esos grupos que si jugaban bromas, solo las entendían ellos y, de hecho, no les importaba que el mundo no las captase. En ese sentido siempre fueron zeroes.
Igual, volviendo a la música, de pronto logra otro de esos puntos épicos de la Beta Band, con tambores, una voz deforme, guitarras totalmente colgadas y desciende, desciende, desaparece. Fin de punteo.
04. Dog’s Got A Bone: vuelve el pop y la melodía!. Y quizás me de cuenta que me cuesta menos escribir sobre estas canciones.
Ese comienzo con el ¿acordeón? es magnifico. Primeras horas de la mañana, sentados en un porche en medio del Mississipi, la Beta Band se divierte tocando el banjo. Siempre sentí que era la primera canción expresamente feliz del disco.
La letra me confunde, igual, la analogía con el perro que tiene un hueso me hace pensar que la canta desde el punto de vista de haber logrado algo, de un lugar un poco mas feliz, pero todo el resto de los versos son bastantes tristes (otra vez ese engaño!). Igual son cantados, por primera vez, con una convicción o con un acompañamiento mucho más optimista, que quizás obscurece aun mas a la canción y la vuelve mas atractiva.
¿Podría ser esta una canción de fogón en un pueblo de niños criados comiendo hongos, leyendo Hans Christian Andersen y comics de Marvel de los 60?.
En otro orden de cosas: que bien le salían los finales a toda pompa a esta banda, la banda con mejores finales épico – decadentes de los 90. Fin de tambores.
05. Inner Meet Me: pasamos al segundo ep “The Patty Patty Sound”. El anterior siempre es considerado más cancionero que este. Pero, para mí, Inner Meet Me era como el quinto tema perfecto de “Champion Sounds”. Comienza con un sampleo de voz repetitivo y ruiditos de fondo similares a lanzamientos de cohetes y luego entra la guitarra y de pronto uno tiene la sensación de que se viene algo grueso. Y arranca con lo más parecido a folktronica que existió alguna vez (como canta Steve Mason, parece tener la lengua adormecida por inyecciones de heroína).
Leo la letra por primera vez y la primera frase (“last night i dreamt somebody feel asleep between my knees”) me da una gracia enorme y no se muy bien porque. Se me antoja una imagen ridícula, alguien durmiéndose entre tus rodillas. Por otro lado, la frase “never dream alone” que canta Mason como suerte de invocación es increíble por la manera en que evoca una imagen de soledad de una forma totalmente sutil, casi sin decirlo. Hasta podían acuñar grandes frases.
Y todo culmina como la banda de sonido del hundimiento de un gran submarino, bajo capas y capas de agua y reverb. Fin ahogado.
06. The House Song: increíble, increíble, increíble. Yo me imagino a la Hermandad de Dada bailando con esta canción, que sale de un equipo de música antiguo o de juguete o las dos cosas.
Me encantó siempre el gran sampleo de “Put it in your pocket for a rainy day /Sing your song and you know you're wrong now” y la línea de “I don’t know why I can’t think of a line” me parecía enormemente humorística de una manera totalmente torcida. Y en un momento te das cuenta que realmente esto es lo que la Beta Band entendía por una canción house. Los Beta Band eran demasiado raros para volverse famosos, aunque por dios, esta canción debería pasarse en una fiesta cuanto antes. Tiene palmas, tiene scratches, tiene cencerros antes de que James Murphy los pusiese de moda de nuevo. Si, esto es seguramente lo que los chiflados estos querían bailar en una fiesta. Porque es hipnótica y nada es mejor que la música hipnótica para bailar, aun cuando sea demasiado morosa para sostener un beat.
Y luego se dedican a sabotearla introduciendo ruidos aliens. Se transforma una lucha entre el ruido y el beat y triunfa el beat (que acabo de descubrir tiene muchísimo que ver con algo como Liquid Liquid o ESG, que capos eran!). Fin de ruido vengativo (y beat tribal).
07. Monolith: bueno, voy a hacerme un café y vuelvo.
El cuelgue fantabuloso del disco. Que hijos de puta, como van a comenzar tan caribeños, tan hawaianos. Es todo una mentira!. No dura ni un minuto. Después vuelve, pero hay ruidos de voces y pajaritos y aquí uno se da cuenta (si no vio la información y la duración) que en esta canción se dedican a freakear. Igual esta parte tiene una extraña cohesión hecha de elementos disonantes que logran equilibrio a partir de superponerse unos a otros. Fantásticos climas, el disco perfecto para viajar. El rappeo mogólico del fondo es lo máximo. Comienzan a construir algo similar a una canción. Hasta tiene batería y el “uuuuuuuuuummmm” parece ser alguien cantando a propósito. Que bien equilibraban la improvisación y la formación de melodías, por dios! ¿Porque no salio toda una nueva psicodelia de acá?
Muere y amenaza con renacer como una canción completamente diferente. De pronto es un neo country espiritual. Por un minuto nomás. Vuelve a una suerte de hip hop y luego entra de nuevo la guitarra. Y el mejor sampler del disco!! el gatito que maúlla muy fuerte!. Que genial, parece un instrumento.
De lo que te das cuenta aquí es que va por el minuto nueve, acaba de deambular por millones de lugares y sigue siendo la misma unidad, realmente es monolítica y se sienta en medio del disco como una especie de roca eterna. Y otra pregunta: ¿Cómo hicieron para sacar tres ep’s y que juntos suenen como un disco homogéneo y con sentido, absolutamente genial? ¿Había un plan maestro?
Ja, se autosamplean y hacen mierda "Dry The Rain". “No nos importa ni nuestra propia música”. El gatito deja paso a un perro agresivo y a ruidos que parecen scratches del infierno. Y a ruidos percusivos que asemejan un niño tocando cacerolas. Y entra de nuevo el “ummmm” y todo coagula una vez más. Al principio parece el hip hop que harían los Residents y después se vuelve más luminoso con el teclado y el sampleo de pajaritos. No contentos con eso, continúan un rato mas dándole a diversos artefactos. Magnifico!. Fin de catedral.
08. She’s The One: que no se toma nada de tiempo demostrando que no se habían olvidado de las canciones. Que bueno el banjo (espero que sea eso) que le da el toque hillbilly.
Creo que es la canción que nunca me anime a poner en un mixtape, a pesar de que es perfecta. De pronto estas escuchando una canción pop de la concha de su madre y no sabes como llegaste aquí!. Otra vez: el disco perfecto para viajar.
Por otro lado, realmente es una canción de amor preciosa. Por momentos suena completamente optimista y luego uno siente que en realidad, mas que optimista es obsesiva y desesperada.
No contentos con habernos llevado a ese punto, la canción comienza a construir un segundo clímax. Los muy guachos usan voces de ardillitas para construir un clímax, son lo máximo. Juegan bien, golean, gustan al público, son groseros en su manejo musical.
Y de pronto me doy cuenta que la letra es una combinación de frases muy muy oscuras, de referencias a lagartos, comadrejas, pollos en tus ojos, pedazos de pastel y “she’s the one for me” repetido obsesivamente. Quizás por eso nunca lo puse en un mixtape. 8 minutos que parecen dos. Vuelve el banjo y todo termina como se acaba la lluvia. Fin de pasto mojado
09. Push It Out: tercer ep, mi título favorito, “Los Amigos del Beta Bandidos”. Pero parece que grabaron “She’s the One”, se fueron a tomar un té y volvieron a grabar esta vestidos con los mismos sacos. Las palmas lo vuelven funky y de pronto estamos escuchando una banda que podría tocar en bar de mala muerte lleno de humo. Hasta que pierden el groove de nuevo. Bajan muchísimo y entra la letra que mejor expresa la confusión y la angustia de la historia: “I wanna beat ya wanna hug ya wanna hold ya to me”. Al mismo tiempo, admoniciones para expulsarlo, guitarras balsámicas. Es tristemente hermoso. Fin catártico (más que nunca!).
10. It’s Over: aquí la Beta parece no querer tomárselo en serio, asemejan imaginarse como polvorientos cowboys en lugares inhóspitos, sin ninguna esperanza de encontrar nadie en medio de la inmensidad y sujetos a las adversidades más ridículas.
La letra parece, a primera vista, sin sentido, juguetona. Hasta que abandonan casi todo instrumento, queda la voz despojada, con coros debajo y la letra se vuelve medio paranoica: “I thought an eagle was seeing thru my eyes/ I thought everybody turning into spies/ Reassures the only aim of my life/ Please reassure me that I'm doing alright”. Fin desesperanzado, broma desarmada en la mitad, otro engaño. Y otra canción corta.
11. Dr. Baker: solo voz con mucho reverb (parece que canta dentro de una catedral abandonada), todo para sonar más fuerte y más ansiosa y más desesperada. Un poco de teclado y eso es todo.
Ahh, luego de una freakeada entra un teclado que parece la banda de sonido de una serie de hospitales!. Perfecto. La repetición maniática de frases hasta el punto de mezclar las palabras logra comunicar la miseria absoluta, la tristeza. Estos hijos de puta (¿o quizás solo Mason?) parecían estar realmente mal de a ratos. Y otros días eran la banda más graciosa del universo.
Que pocos recursos, casi un a capella. Esa voz no necesita nada mas, a Mason se le estaba desgarrando el estomago ese día. Final de campanillas, de espera para quimioterapia.
12. Needles In My Eyes: y a esto es a lo que me refiero con estructura: uno de los mejores finales de disco de la historia. Realmente una canción gospel para el año 98. O 2006.
Yo quise poner esta canción en una fiesta en la que estaba enormemente ebrio y cantando todas las canciones a grito pelado. Me pareció que no quería gritar nada más que esto. El estribillo es todo lo que uno puede esperar de un estribillo. Hermoso, ganchero. Que gran teclado angelical, por dios, que grandes guitarras pegajosas pero psicóticas y enclenques!.
Y claro, si tiene la letra mas expresamente positiva y “nada me va a detener en el mundo” de todo el disco. “Las agujas en mis ojos no me van a paralizar esta noche”.
Una vez me pasó de llegar a mi casa con este disco en el discman y que justo entrase esta canción en el último tramo en colectivo. Llegue, por una vez, del mejor humor del mundo. Final mañanero, campestre, sedante, feliz.
domingo, noviembre 26, 2006
Gonna Walk Around And Drink Some More.
“Irony is a dead scene” suele escribir el Nerd cuando deja comentarios que se refieren al estado actual de la música. Y, por más que suelo pelearme mucho con él, no puedo evitar darle algo de razón. Es que la “ironía”, entendida como ese componente, esa especia fundamental, que le dio su carácter a gran parte del indie noventas y que tuvo como su mas firme adherente a Pavement, esta agotada. En algún momento el mundo del rock se cansó de que todo tuviese segundas (o terceras) interpretaciones y quisieron rockearla, sin ningún tipo de racionalización. De ahí el rockismo. De ahí los Strokes. De ahí Alex Kapranos alegrándose de que ellos y los Artic Monkeys, “música de verdad”, estén en los charts. De ahí el renacimiento del metal. Porque no hay música menos irónica y mas comprometida con el significado único que el metal (y todo esto dicho como un halago!).
Lo cual nos lleva a The Hold Steady. The Hold Steady es una banda rarísima, como ya dije antes: esta comprometida con el rock. Es un lugar común decirlo, pero Craig Finn, su cantante, quiere ser Bruce Springsteen. O Paul Westerberg. El universo musical en el que se mueve es estrictamente ese, grandes guitarras, coros “sing-along”, himnos masivos para escuchar durante una borrachera. Una banda que tendría más en común en tu discoteca con AC/DC que con los New Pornographers. The Hold Steady se enorgullece de mantener esa gran tradición de rock de estadio norteamericana, canciones para cantar con los puños en alto y una cerveza en la mano, para escuchar en el auto con amigos, bebiendo vodka de mala calidad.
Todo lo cual bastaría para encolumnar a esta banda dentro de la etiqueta de “rockismo” y archivarla en el lugar de gente que no nos interesaría escuchar jamás, pero hay algo en la honestidad de The Hold Steady que la hace infinitamente contagiosa. O sea, los tipos no son rockistas porque sencillamente no les interesa esa discusión. Para ellos esta es la música de (norte)América y no hay ningún doble sentido en lo que cantan. Esa es la música de sus vísceras y de su corazón y de sus hígados.
Y aquí entra una segunda consideración, porque, a primera vista, un acercamiento de esta naturaleza impide todo intelectualismo, pero Craig Finn es un letrista de la puta madre. Sus letras son como mini historias sobre relaciones fallidas, chicas, alcoholismo, catolicismo que no puede mantenerse, fiestas. En definitiva, pertenecen a ese universo difuso de la juventud (lo cual tiene mucho sentido, el rock es una música para la juventud), los desclasados, los chicos y chicas que quieren pertenecer y buscan una conexión con alguien, con algo, una pepita de comprensión en medio de largas noches de decadencia y autodestrucción. Hay algo profundamente humano y hasta literario (como de cuento) en sus letras, en sus viñetas de gente sin rumbo, sin futuro y con un presente arrasado. Un disco que comienza con la frase (afanada de Kerouac) “Boys and girls in America have such a sad time together” no puede no tener un enorme corazón detrás y una profunda melancolía por los personajes de sus historias. Y eso los vuelve reales y emotivos. Y, en ultima instancia, tristes.
The Hold Steady – Massive Nights: un verdadero hit de estadios, de fiestas, de livings repletos de gente y botellas de cerveza vacías. Comienza tranquilo, con una línea de bajo completamente pegajosa, de esas que dan ganas de comenzar el día con una sonrisa y luego degenera en una de esas canciones que uno no puede evitar cantar, con coros y todo. Y, justamente, la letra habla de fiestas, noches increíbles, canciones que suenan de fondo y son las correctas, chicas de las que nos enamoramos en medio de una noche confusa y amaneceres patéticos. Cuanto mas la escucho me doy cuenta que es una canción, en el fondo, un tanto triste. Detrás de la evocación a la fiesta hay una sensación de perdida, de remembranza, de pensar “que época aquella, que fiestas, que grandes borracheras”. Pero todo eso es una racionalización posterior, porque en el momento de escucharla, todo lo que uno puede hacer es alzar los puños.
the guys were feeling good about their liqour run.
the girls were kinda flirting with the setting sun.
we all kinda fumbled thru the jitterbug.
we were all powered up on some new upper drug.
everyone was funny and everyone was pretty.
everyone was coming towards the center of the city.
the dancefloor was crowded. the bathrooms were worse.
we kissed in your car and we drank from your purse.
i had my mouth on her nose
when the chaperone said that we were dancing too close.
we had some massive nights.
every song was right.
all that wine was tight.
your friends were pretty cool.
and my friends were acting cool.
there weren't any fights.
there's usually one or two.
some guys they get a little bit uptight.
some girls they got something to prove.
we had some massive highs.
we had some crushing lows.
we had some lusty little crushes
we had those all ages hardcore matinee shows.
i was down on my knees
when the chaperone said that it was time for me to leave.
we had some massive nights.
every song was right.
all that wine was tight.
your friends were pretty cool.
and my friends were acting cool.
there weren't any fights.
there's usually one or two.
some guys they get a little bit uptight.
some girls they got something to prove.
we had some massive nights.
she had the gun in her mouth.
she was shooting up at her dreams.
when the chaperone said that
we'd been crowned
the king and the queen.
The Hold Steady – You Can Make Him Like You: esta canción no es ni de lejos la mejor, musicalmente hablando, del disco (“Chillout Tent” esta mucho mejor lograda y comprime en si misma todo el universo musical de The Hold Steady) pero su letra me parece perfecta, hermosa, una micro-historia en 2 minutos y medio que describe un personaje que todos conocimos alguna vez: esa chica que depende de sus novios, pero no como el centro de su existencia, sino como un instrumento para conseguir lo que quiere. Probablemente ni ella se da cuenta de lo que hace, probablemente esta tan necesitada emocionalmente que todo es genuino, y de alguna manera la letra lo reconoce, volviéndose una suerte de monologo interno de lo que le pasa a esta chica hipotética, retorciéndose y sintiendo una enorme comprensión y ternura por este personaje que hace lo mejor que puede. Lo cual confirma que los Hold Steady son guachos, que nos venden música para fiestas que se revuelva en la miseria y que son mas reales que la puta madre, porque nadie que se involucre tanto con las historias que cuenta en un nivel tan personal puede ser irónico.
you don't have to deal with the dealers
let your boyfriend deal with the dealers.
it only gets inconvenient
when you want to get high alone.
you don't have to know how to get home
let your boyfriend tell the driver the best way to go.
it only gets kind of wierd
when you wanna go home alone.
you don't have to know the inspiring people
let your boyfriend know the inspiring people.
you can hang in the kitchen
talk about the stars and the upcoming sequel.
if you get tired of your boyfriends things
there's always other boys.
there's always other boyfriends.
if you get tired of your boyfriends scene
there's always other scenes.
there's always other boyfriends.
you don't have to deal with the dealers
let your boyfriend deal with the dealers.
it only gets inconvenient
when you want to get high alone.
you don't have to go to the right kind of schools
let your boyfriend come from the right kind of schools.
you can wear his old sweatshirt.
you can cover yourself like a bruise.
if you get tired of your boyfriend's things.
there's always other boys
there's always other boyfriends.
if you get tired of your football friends.
there's always other boys
there's always other boyfriends.
if you get tired of the the car he drives.
there's always other boys
you can make him like you.
if you get tired of the music he likes.
there's always other boys
you can make him like you.
they say you dont have a problem until you start to do it alone.
they say you dont have a problem until you start bringing it home.
they say you dont have a problem until you start sleeping alone.
there's always other boys.
there's always other boyfriends.
there's always other boys.
you can make him like you.
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Y aquí entra una segunda consideración, porque, a primera vista, un acercamiento de esta naturaleza impide todo intelectualismo, pero Craig Finn es un letrista de la puta madre. Sus letras son como mini historias sobre relaciones fallidas, chicas, alcoholismo, catolicismo que no puede mantenerse, fiestas. En definitiva, pertenecen a ese universo difuso de la juventud (lo cual tiene mucho sentido, el rock es una música para la juventud), los desclasados, los chicos y chicas que quieren pertenecer y buscan una conexión con alguien, con algo, una pepita de comprensión en medio de largas noches de decadencia y autodestrucción. Hay algo profundamente humano y hasta literario (como de cuento) en sus letras, en sus viñetas de gente sin rumbo, sin futuro y con un presente arrasado. Un disco que comienza con la frase (afanada de Kerouac) “Boys and girls in America have such a sad time together” no puede no tener un enorme corazón detrás y una profunda melancolía por los personajes de sus historias. Y eso los vuelve reales y emotivos. Y, en ultima instancia, tristes.
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sábado, noviembre 25, 2006
Yo Estoy Vivo y Todos Ustedes Estan Muertos!
Esto es hermoso pero no se porque no lo postee antes: resulta que en Diciembre del 2005 un tipo que se llama David Hanson y que se especializa en robótica se subió a un vuelo de America West para ir a realizar una demostración de su último robot en las oficinas centrales de Google en Silicon Valley. El problema fue que el buen David se olvidó la cabeza de su robot en el avión cuando bajó a hacer un trasbordo. Cuando realizó la denuncia (luego de terminado su trasbordo, luego de terminado su vuelo, en San Francisco, cuna de la psicodelia), le informaron que la cabeza estaba en Las Vegas y sería enviada en el próximo avión a San Francisco. Los aviones levantaron vuelo, cortando las nubes de manera perpendicular, pero cuando llegaron a su destino, la cabeza no estaba con ellos. Con lo cual tenemos una cabeza androide, recubierta de un plástico que ha patentado el buen doctor y llama “frubber”, aparentemente muy real, perdida y sin hogar. Desaparecida. Sin ninguna explicación convincente de que es lo que sucedió. Por si esto fuera poco, los androides de Hanson imitan la vida con pericia y tienen la capacidad de sostener conversaciones breves imitando la personalidad sobre la cual fueron modelados. Como si esto no fuera poco, tienen una amplia variedad de gestos.
Esto ya sería suficiente para escribir una historia de ciencia ficción maravillosa, pero todo se vuelve más perfecto cuando sabemos de quien es la cabeza que se encuentra perdida: de Philip K. Dick. El primer androide del doctor Hanson fue una reproducción de Einstein y, luego, para su segundo esfuerzo, se decidió por el gran Philip, a quien le asigna parte de la responsabilidad por su carrera de científico (aparentemente descubrió su vocación mientras leía “Valis”).
Es magnífico: como una serpiente que se muerde a si misma, la fascinación de Dick por la robótica, las realidades falsas, las copias y aquel axioma paranoico de “NADA es lo que parece!” se continua después de su muerte y marca, como un corte geológico, su influencia a lo largo del tiempo. Como una maravillosa profecía auto cumplida que nos advierte lo que a fin de cuentas ya sabíamos y que es que “Dick tenia razón”. Y si hace falta que su divina cabeza vuelva como advertencia de sus profecías, como avatar del futuro que predicó, que así sea!. Lo cual nos confirma que la vida es mas extraña que la ficción, que vivimos en tiempos interesantes, o, como afirmaría Elijah Snow que “es un mundo extraño, mantengámoslo de esa manera”.
(Addenda: y unos españoles preclaros organizan un concurso de cuentos alrededor de la premisa, “¿que le pasó a la cabeza de Dick?”).
Esto ya sería suficiente para escribir una historia de ciencia ficción maravillosa, pero todo se vuelve más perfecto cuando sabemos de quien es la cabeza que se encuentra perdida: de Philip K. Dick. El primer androide del doctor Hanson fue una reproducción de Einstein y, luego, para su segundo esfuerzo, se decidió por el gran Philip, a quien le asigna parte de la responsabilidad por su carrera de científico (aparentemente descubrió su vocación mientras leía “Valis”).
Es magnífico: como una serpiente que se muerde a si misma, la fascinación de Dick por la robótica, las realidades falsas, las copias y aquel axioma paranoico de “NADA es lo que parece!” se continua después de su muerte y marca, como un corte geológico, su influencia a lo largo del tiempo. Como una maravillosa profecía auto cumplida que nos advierte lo que a fin de cuentas ya sabíamos y que es que “Dick tenia razón”. Y si hace falta que su divina cabeza vuelva como advertencia de sus profecías, como avatar del futuro que predicó, que así sea!. Lo cual nos confirma que la vida es mas extraña que la ficción, que vivimos en tiempos interesantes, o, como afirmaría Elijah Snow que “es un mundo extraño, mantengámoslo de esa manera”.
(Addenda: y unos españoles preclaros organizan un concurso de cuentos alrededor de la premisa, “¿que le pasó a la cabeza de Dick?”).
viernes, noviembre 24, 2006
Sympathy For Bo Diddley
Como suele suceder con la combinación de música + neuróticos obsesivos, he caído presa de las garras de una canción que no puedo dejar de escuchar. No es un fenómeno inusual, ni en mi vida ni en la vida de nadie. Hay gente seria que incluso le llama “meme” y tiene toda una teoría para justificarlo.
Anyway, durante mi larga estadía en Buenos Aires tuve la inmensa suerte de escuchar a “Elio And The Horribles” en el Stomp, banda que tuvo el descaro de jugar al fútbol con mi cabeza y poner en movimiento mis extremidades sin ningún tipo de control. Ya de entrada el hecho de que ingresase Elio vestido como una momia, cubierto de gasa y que gritase como un loco durante el cover de los 13th Floor Elevators hizo todo valedero.
Luego del evento me encuentro con mi amigo Lucas, gran fuente de chismes sobre “la movida”, y me comenta que quizás había visto el último recital de tan magna banda. “Como!?” me pregunto, “y yo que tenía ganas de agitar para que vayan a Tucumán!”. “Es que parece que se pelean todo el tiempo, estuvieron bocha de tiempo sin tocar y ahora volvieron, tocaron con Hablan Por La Espalda, aquí y parece que eso es todo” me asevera el hombre de frondosa barba y excelsas habilidades futbolísticas.
No se muy bien porque, pero al retornar de mi peregrinaje, me colgué y no me puse a buscar nada de ellos, probablemente porque sabía que existía muy poquito (al disco, un split con otra banda cuyo nombre no escuche jamás me lo quisieron cobrar $35!!!! WTF?), pero finalmente ayer o anteayer me baje el Ep y debo decir que estoy ENCANTADO. No puedo dejar de escucharlo, me parece el mejor disco para el verano, psychobilly y garage de gente enferma para bailar en fiestas cervezales. Excelente disquito de seis canciones.
Pero “Wild Men (Sympathy for Bo Diddley)” es suprema. “Es la mejor canción en la historia de las canciones”, como escribí desaforado. La bonita postal musical es bastante sencilla, comienza con una batería cavernícola que marca el tiempo, ingresa el punteo de guitarra y luego entra el FABULOSO teclado que va a caracterizar la canción (que lindos esos teclados psicodélicos sin dejar de ser rockeros) y que tiene un toque completamente fiestero, bacanálico, tribal. La canción va subiendo en intensidad con la voz totalmente desmañada y rockera de Elio que termina gritando “I Loveeee youuuuuuuu”, totalmente desquiciado.
Los Guided By Voices tienen un disco que se llama “Propeller”, el cual siempre me pareció un hermoso título. Hermoso porque ejemplifica esa sensación tan hermosa que de estar “impulsado” para adelante, propulsado, sin ningún tipo de obstáculo. Esta canción de Elio tiene algo de eso. Es una pila de energía, un caramelo de adrenalina. Lo único que te dan ganas de hacer es de saltar como un desquiciado por la habitación o de pisar el acelerador a fondo con destino a Sonora.
Elio And Thee Horribles - Wild Men (Sympathy For Bo Diddley)
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