Para paliar la pereza.
· Al azar, 10 álbumes de mi colección:
- Crooked Rain, Crooked Rain – Pavement
- Here Comes The Warm Jets – Brian Eno
- Cosmic Thing – B’52’s
- Entertainment! – Gang Of Four
- Pink Flag – Wire
- Blank Generation – Richard Hell And The Voidoids
- Neu! – Neu!
- 13 – Blur
- Seremos Amigos – Los Gatos
- We Love Life - Pulp
· Discos que me dio vergüenza encontrar buscando los anteriores:
Todos los discos que me daban vergüenza los purgue hace un tiempo y se los di a mi hermana, que creo que los usa como freesbes.
· Cuál es la cantidad de música bajada a tu computadora:
3.06 GB.
· El último CD que te compraste:
PopArt de los Pet Shop Boys
· Cuál fue la última canción que escuchaste antes de leer este post:
We Have A Technical de Gary Numan
· Canción que escuchás seguido y que tiene significado para vos:
Ummmm....”As We Go Up We Go Down” de Guided By Voices es algo asi como la quintaesencia de la canción pop.
Emmm....”Heywood Lane” de los Gorky’s siempre me levanta el animo.
· Canción que siempre te gusta escuchar más de una vez:
”Bed And Breakfast Man” de Madness...porque comienzo a bailar, y quiero seguir bailando después.
sábado, febrero 26, 2005
domingo, febrero 20, 2005
Tenia que pasar.
Con orgullo y arrogancia puedo decir que ha nacido un blog que va a cambiar la historia de los blog:The Fanboy Four!.
Uniendo sus fuerzas: un servidor, Esteban (of Bruitnoir Fame!), Edus (nuestro contacto internacional y dueño de Mondocomic) y una misteriosa cuarta figura, piensan cambiarle la cara al mundo de los comics.
Hoy la blogosfera, mañana el mundo!.
Después no digan que no les avisamos.
Uniendo sus fuerzas: un servidor, Esteban (of Bruitnoir Fame!), Edus (nuestro contacto internacional y dueño de Mondocomic) y una misteriosa cuarta figura, piensan cambiarle la cara al mundo de los comics.
Hoy la blogosfera, mañana el mundo!.
Después no digan que no les avisamos.
viernes, febrero 18, 2005
Hang The DJ.
Vengo de la pasada de DJ mas rara de mi existencia.
La cosa era así: tenia la fiesta de cumpleaños de un amigo, en un boliche que generalmente pasa electrónica aburrida. Mi amigo labura de DJ ahí y había conseguido que hoy le presten el boliche para festejar su cumpleaños, ya que supuestamente no abría.
Llego como a las 12 y media de la noche, todavía estaban con el karaoke. Después de media hora, comienzan los DJ’s. Primero mi amigo Atilio (DJ Picaporte) que paso 4 bandas: Mogwai, Tristeza, Cocteau Twins y no me acuerdo cual era la 4. Media hora de cuelgue interesante.
Después DJ JpManson que me compro con “Dancing With Myself”, “I Wanna Be Your Dog” y cerro con “You’re Gonna Miss Me” de los 13th Floor Elevators. Alto momento!.
De ahí otro chabon (no recuerdo su nombre de DJ) que paso “Debaser” de los Pixies y “Billy” de los Chicles y eso fue mas que suficiente.
En eso me acerco a Juan Cruz (el dueño de la fiesta) y le digo: “Che, si voy a buscar discos, ¿puedo pasar?” “De una” me contesta. Parto para mi casa cuando Patricio (otro amigo) estaba en plena euforia sesentera (puso Los Shakers, es todo lo que reconocí).
Cuando vuelvo, como media hora mas tarde, el boliche estaba funcionando como si fuese un boliche normal, lleno de gente escuchando electrónica cabeza. Me acerco a Juan y le digo: “Esta todo bien con que pase??” “Si, si si” me contesta el manija.
Mi set fue mas o menos así:
- Daft Punk – “Crescendolls”.
- Annie – “Me Plus One”
- New Order – “All The Way”.
- Phoenix – “Too Young”
- Morrissey – “Suedehead”
- The Clash – “Spanish Bombs”
En eso aparece Juan agarrandose la mano y me dice “Perdon, es que me hice cagar”. “Que!??”. “Si, con un boludo, no se que mierda decía de la música”. “Boludo, si queres dejo de pasar”. “No, no, vos sos amigo, pasa lo que quieras”.
- The Buzzcocks – “I Don’t Mind”
- The Undertones – “Teenage Kicks”
- Pavement – “Cut Your Hair”
Aparece de nuevo Juan Cruz: “Dale los auriculares al conchudo este....el conchudo, el pelotudo este”. “¿Que pasa boludo?”. “Vos no te preocupes por nada, pasa lo que se te cante el orto”. Y les vociferaba a las personas la letra de “Cut Your Hair”. Le devuelve los auriculares al tipo que había estado pasando antes que yo y me da los suyos.
- Electric Six – “Danger! High Voltage”
- Pet Shop Boys – “Always On My Mind”
Y de ahí ya me fui porque las cosas se estaban poniendo medio raras (¡la gente se estaba comenzado a ir!). Le deje las bandejas a Juan Cruz (que todavía se agarraba la mano) y me tome el palo.
Me quede con las ganas de pasar “Deceptacon” de Le Tigre y “Damaged Goods” de Gang Of Four, pero capaz que se armaba peor bardo. =P
La cosa era así: tenia la fiesta de cumpleaños de un amigo, en un boliche que generalmente pasa electrónica aburrida. Mi amigo labura de DJ ahí y había conseguido que hoy le presten el boliche para festejar su cumpleaños, ya que supuestamente no abría.
Llego como a las 12 y media de la noche, todavía estaban con el karaoke. Después de media hora, comienzan los DJ’s. Primero mi amigo Atilio (DJ Picaporte) que paso 4 bandas: Mogwai, Tristeza, Cocteau Twins y no me acuerdo cual era la 4. Media hora de cuelgue interesante.
Después DJ JpManson que me compro con “Dancing With Myself”, “I Wanna Be Your Dog” y cerro con “You’re Gonna Miss Me” de los 13th Floor Elevators. Alto momento!.
De ahí otro chabon (no recuerdo su nombre de DJ) que paso “Debaser” de los Pixies y “Billy” de los Chicles y eso fue mas que suficiente.
En eso me acerco a Juan Cruz (el dueño de la fiesta) y le digo: “Che, si voy a buscar discos, ¿puedo pasar?” “De una” me contesta. Parto para mi casa cuando Patricio (otro amigo) estaba en plena euforia sesentera (puso Los Shakers, es todo lo que reconocí).
Cuando vuelvo, como media hora mas tarde, el boliche estaba funcionando como si fuese un boliche normal, lleno de gente escuchando electrónica cabeza. Me acerco a Juan y le digo: “Esta todo bien con que pase??” “Si, si si” me contesta el manija.
Mi set fue mas o menos así:
- Daft Punk – “Crescendolls”.
- Annie – “Me Plus One”
- New Order – “All The Way”.
- Phoenix – “Too Young”
- Morrissey – “Suedehead”
- The Clash – “Spanish Bombs”
En eso aparece Juan agarrandose la mano y me dice “Perdon, es que me hice cagar”. “Que!??”. “Si, con un boludo, no se que mierda decía de la música”. “Boludo, si queres dejo de pasar”. “No, no, vos sos amigo, pasa lo que quieras”.
- The Buzzcocks – “I Don’t Mind”
- The Undertones – “Teenage Kicks”
- Pavement – “Cut Your Hair”
Aparece de nuevo Juan Cruz: “Dale los auriculares al conchudo este....el conchudo, el pelotudo este”. “¿Que pasa boludo?”. “Vos no te preocupes por nada, pasa lo que se te cante el orto”. Y les vociferaba a las personas la letra de “Cut Your Hair”. Le devuelve los auriculares al tipo que había estado pasando antes que yo y me da los suyos.
- Electric Six – “Danger! High Voltage”
- Pet Shop Boys – “Always On My Mind”
Y de ahí ya me fui porque las cosas se estaban poniendo medio raras (¡la gente se estaba comenzado a ir!). Le deje las bandejas a Juan Cruz (que todavía se agarraba la mano) y me tome el palo.
Me quede con las ganas de pasar “Deceptacon” de Le Tigre y “Damaged Goods” de Gang Of Four, pero capaz que se armaba peor bardo. =P
jueves, febrero 17, 2005
Fascismo Emocional.
1) Crónica TV nos muestra a una señora de mediana edad. Esta visiblemente escandalizada. El periodista le hace preguntas (no se lo ve) a las cuales ella contesta con el nivel justo de indignación y enojo.
¿Cuál es el problema?. Al parecer, en Mar del Plata, durante Fatboy Slim (y quien sabe cuando más) se estuvieron repartiendo unos folletos sobre el consumo de drogas. Literalmente. O sea, los folletos no son “contra” el consumo de drogas, son “sobre” el mismo. Los susodichos panfletos son muy bonitos (los muestra la cámara) y las drogas aparecen divididas de acuerdo a sus nombres vulgares y se explica el modo apropiado de tomarlas, cual es la dosis recomendada, si hay que mezclarlas con otras drogas, etc. En la parte trasera del folleto tiene una dirección, una pagina web y el nombre de la asociación que los distribuye: ARDA.
La señora sigue vociferando y habla de medidas judiciales, de que “la prevención es otra cosa” y yo cambio de canal.
2) ¿Que es la ARDA?. La Asociación de Reducción de Daños Argentina. Es un grupo compuesto por profesionales de la salud, por abogados, por biólogos, químicos, etc., cuyo objetivo es lograr lo que dice su nombre. En pocas palabras: reducir los daños que producen las drogas en el organismo de quien las toma. Antes que negar el problema de las drogas, de hacer como que no existe o taparlo con la represión y la estigmatización social, lo que busca esta organización es reconocer que existe una porción considerable de la población que consume (especialmente entre los jóvenes) e intentar brindarles a estos chicos medios para saber que es lo que están consumiendo, que es lo que les produce en el organismo con la esperanza de que, quizás, al saber mas, se cuiden mas.
Una vez mas, reducción de daños. No apología.
3) “El titulo original de “Armed Forces” era “Emotional Fascism”. Elvis Costello estaba realizando un alegato muy, muy complejo y sofisticado con ese disco, en las palabras que escribió y en la manera en que las canto. Estaba diciendo que el fascismo es la forma dominante de comportamiento político en el Oeste hoy y se ha infiltrado en nuestras vidas cotidianas. Si el fascismo empapa nuestras vidas y nuestras interacciones con los otros, todo nuestro entendimiento de las relaciones sociales apoya y, finalmente, afirma el fascismo.” (Greil Marcus en una entrevista en Perfect Sound Forever)
¿Cuál es el problema?. Al parecer, en Mar del Plata, durante Fatboy Slim (y quien sabe cuando más) se estuvieron repartiendo unos folletos sobre el consumo de drogas. Literalmente. O sea, los folletos no son “contra” el consumo de drogas, son “sobre” el mismo. Los susodichos panfletos son muy bonitos (los muestra la cámara) y las drogas aparecen divididas de acuerdo a sus nombres vulgares y se explica el modo apropiado de tomarlas, cual es la dosis recomendada, si hay que mezclarlas con otras drogas, etc. En la parte trasera del folleto tiene una dirección, una pagina web y el nombre de la asociación que los distribuye: ARDA.
La señora sigue vociferando y habla de medidas judiciales, de que “la prevención es otra cosa” y yo cambio de canal.
2) ¿Que es la ARDA?. La Asociación de Reducción de Daños Argentina. Es un grupo compuesto por profesionales de la salud, por abogados, por biólogos, químicos, etc., cuyo objetivo es lograr lo que dice su nombre. En pocas palabras: reducir los daños que producen las drogas en el organismo de quien las toma. Antes que negar el problema de las drogas, de hacer como que no existe o taparlo con la represión y la estigmatización social, lo que busca esta organización es reconocer que existe una porción considerable de la población que consume (especialmente entre los jóvenes) e intentar brindarles a estos chicos medios para saber que es lo que están consumiendo, que es lo que les produce en el organismo con la esperanza de que, quizás, al saber mas, se cuiden mas.
Una vez mas, reducción de daños. No apología.
3) “El titulo original de “Armed Forces” era “Emotional Fascism”. Elvis Costello estaba realizando un alegato muy, muy complejo y sofisticado con ese disco, en las palabras que escribió y en la manera en que las canto. Estaba diciendo que el fascismo es la forma dominante de comportamiento político en el Oeste hoy y se ha infiltrado en nuestras vidas cotidianas. Si el fascismo empapa nuestras vidas y nuestras interacciones con los otros, todo nuestro entendimiento de las relaciones sociales apoya y, finalmente, afirma el fascismo.” (Greil Marcus en una entrevista en Perfect Sound Forever)
sábado, febrero 12, 2005
El Sr. Merrit y Yo.
El otro día estaba buscando algo para escuchar durante el almuerzo, en compañía de toda la familia. Intentaba encontrar algo que me guste, pero no sea tan ruidoso como para horrorizar a mis progenitores. En eso, recorriendo mis discos, encuentro el “69 Love Songs” de los Magnetic Fields, abandonado en mis repisas de discos hace años. “Bueno, este esta bien” pienso.
Lo pongo y me sorprendo cantando la mitad de las canciones, acordándome de estribillos memorables como el de “All My Little Words”, en resumen, disfrutando y emocionándome como hacia mucho que no me emocionaba con un disco.
Me sorprendo porque recuerdo que, en su momento, no le había prestado tanta atención. A pesar de haberlo escuchado bastante, tenia la sensación de que no me emocionaba, que, por mas hermosas que fuesen las canciones de amor de Stephin Merritt, no podía hacerlas mías, siempre existía un especie de distanciamiento emocional.
El disco mas emotivo no me conmovía.
(El disco “69 Love Songs” en particular y Merritt en general entraron en mi vida en un momento no del todo feliz. Yo estaba enamorado de C., quizás como nunca lo he estado de otra chica, desde hacia varios años. La relación se había complicado en los últimos meses, volviéndose una cosa enfermiza e histérica que no conducía a ningún lado. Estábamos los dos a finales de cuarto año y nos prometíamos casamiento a pesar de que ella estaba de novia con otro chico.
En eso, de pronto aparece G., el cual inmediatamente conquista a la que yo suponía era la mujer de mi vida, el “template” bajo el cual busque encasillar a toda otra chica durante mucho, demasiado tiempo. G. escuchaba a los Magnetic Fields y, como táctica de seducción, le pasaba a C. Letras de Merritt, letras de Tom Waits y le grababa discos compilados.
Mis patéticos e inútiles esfuerzos por voltear la situación nunca dieron frutos. Sin embargo, pronto desarrolle una buena relación con G. y me comenzó a prestar discos. Entre esos estaba el tríptico merritiano. Por algún motivo, esas canciones, a pesar de su emotividad, siempre me resultaron ajenas, distantes, como si perteneciesen a otra persona. Cada vez que me apropiaba de ellas para un disco compilado, cada vez que intentaba relacionarlas con mis propios sentimientos, sentía que traicionaba algo. Quizás porque realmente pertenecían a otra persona.)
Merrit es un tipo particular dentro de los cantautores contemporáneos. Se aproxima a su trabajo como un artesano, sin ningún tipo de impronta emocional, o con la menor posible. En entrevistas ha llegado a decir que la sinceridad “no tiene ningún lugar en la música, así como no tiene ningún lugar en la cocina”. Con estas afirmaciones, mas que quedar como un snob, lo que busca es distanciarse de la imagen del cantautor como un artista de sinceridad absoluta, que plasma lo que siente en las canciones. Para Merritt, lo que importa no es la identificación emocional con su música, sino “the craft”, el trabajo que implica componer una canción, el modelado cuasi artesanal (en el sentido mas físico, menos artístico del termino) que requiere una melodía para llegar a la perfección. Merritt no quiere que se lo reconozca en sus canciones, no quiere que se lo identifique por ellas, el no es esas letras, esas melodías, esos sentimientos que transmiten. Ellas solo son delicados trabajos de ingeniería, tan etéreas y tan firmes como el momento en que suenan.
Quizás precisamente por ello es que las canciones de Merritt se prestan tan fácilmente a la “impregnación emocional”. Porque abusa de los lugares comunes, porque apela al sentimiento mas vulgar, mas universal (por lo menos en estas “69 Love Songs”) porque rechaza la identificación de su persona con su música, uno se apropia mas fácilmente de ella, la impregna de sus propios sentimientos dependientes del momento en que se pone en contacto con sus canciones. Y este sentimiento puede variar de acuerdo al momento en que las escuche. Las canciones de Merritt se prestan constantemente a la reinterpretación, a la modificación de lo que dicen, de acuerdo a lo que nosotros queremos que digan.
(Y eso es lo que siento que me pasa ahora que escucho de nuevo el “69 Love Songs”. Después de mucho tiempo de rechazarlo, de distanciarme voluntariamente de el, por fin siento que sus canciones me pertenecen, que puedo confundirlas con mi vida, con mi momento emocional.
En algún punto, el Amadeo que escuchaba este disco hace 2 años no es el mismo que lo escucha ahora.
Y eso, quizás, explica que antes mi favorita fuese “I Don’t Believe In The Sun”. Y hoy sea “The Luckiest Guy In The Lower East Side”.)
Lo pongo y me sorprendo cantando la mitad de las canciones, acordándome de estribillos memorables como el de “All My Little Words”, en resumen, disfrutando y emocionándome como hacia mucho que no me emocionaba con un disco.
Me sorprendo porque recuerdo que, en su momento, no le había prestado tanta atención. A pesar de haberlo escuchado bastante, tenia la sensación de que no me emocionaba, que, por mas hermosas que fuesen las canciones de amor de Stephin Merritt, no podía hacerlas mías, siempre existía un especie de distanciamiento emocional.
El disco mas emotivo no me conmovía.
(El disco “69 Love Songs” en particular y Merritt en general entraron en mi vida en un momento no del todo feliz. Yo estaba enamorado de C., quizás como nunca lo he estado de otra chica, desde hacia varios años. La relación se había complicado en los últimos meses, volviéndose una cosa enfermiza e histérica que no conducía a ningún lado. Estábamos los dos a finales de cuarto año y nos prometíamos casamiento a pesar de que ella estaba de novia con otro chico.
En eso, de pronto aparece G., el cual inmediatamente conquista a la que yo suponía era la mujer de mi vida, el “template” bajo el cual busque encasillar a toda otra chica durante mucho, demasiado tiempo. G. escuchaba a los Magnetic Fields y, como táctica de seducción, le pasaba a C. Letras de Merritt, letras de Tom Waits y le grababa discos compilados.
Mis patéticos e inútiles esfuerzos por voltear la situación nunca dieron frutos. Sin embargo, pronto desarrolle una buena relación con G. y me comenzó a prestar discos. Entre esos estaba el tríptico merritiano. Por algún motivo, esas canciones, a pesar de su emotividad, siempre me resultaron ajenas, distantes, como si perteneciesen a otra persona. Cada vez que me apropiaba de ellas para un disco compilado, cada vez que intentaba relacionarlas con mis propios sentimientos, sentía que traicionaba algo. Quizás porque realmente pertenecían a otra persona.)
Merrit es un tipo particular dentro de los cantautores contemporáneos. Se aproxima a su trabajo como un artesano, sin ningún tipo de impronta emocional, o con la menor posible. En entrevistas ha llegado a decir que la sinceridad “no tiene ningún lugar en la música, así como no tiene ningún lugar en la cocina”. Con estas afirmaciones, mas que quedar como un snob, lo que busca es distanciarse de la imagen del cantautor como un artista de sinceridad absoluta, que plasma lo que siente en las canciones. Para Merritt, lo que importa no es la identificación emocional con su música, sino “the craft”, el trabajo que implica componer una canción, el modelado cuasi artesanal (en el sentido mas físico, menos artístico del termino) que requiere una melodía para llegar a la perfección. Merritt no quiere que se lo reconozca en sus canciones, no quiere que se lo identifique por ellas, el no es esas letras, esas melodías, esos sentimientos que transmiten. Ellas solo son delicados trabajos de ingeniería, tan etéreas y tan firmes como el momento en que suenan.
Quizás precisamente por ello es que las canciones de Merritt se prestan tan fácilmente a la “impregnación emocional”. Porque abusa de los lugares comunes, porque apela al sentimiento mas vulgar, mas universal (por lo menos en estas “69 Love Songs”) porque rechaza la identificación de su persona con su música, uno se apropia mas fácilmente de ella, la impregna de sus propios sentimientos dependientes del momento en que se pone en contacto con sus canciones. Y este sentimiento puede variar de acuerdo al momento en que las escuche. Las canciones de Merritt se prestan constantemente a la reinterpretación, a la modificación de lo que dicen, de acuerdo a lo que nosotros queremos que digan.
(Y eso es lo que siento que me pasa ahora que escucho de nuevo el “69 Love Songs”. Después de mucho tiempo de rechazarlo, de distanciarme voluntariamente de el, por fin siento que sus canciones me pertenecen, que puedo confundirlas con mi vida, con mi momento emocional.
En algún punto, el Amadeo que escuchaba este disco hace 2 años no es el mismo que lo escucha ahora.
Y eso, quizás, explica que antes mi favorita fuese “I Don’t Believe In The Sun”. Y hoy sea “The Luckiest Guy In The Lower East Side”.)
miércoles, febrero 09, 2005
Googlism + Egocentrism
(Via No Vale Ventar)
amadeo is one of the few physically intact spaces that remains representing the heyday of the bronx latin music scene
amadeo is emv compatible accepting any kind of card including cards using the t=1 protocol
amadeo is open monday
amadeo is definitely very happy at mambo city
amadeo is very user friendly
amadeo is the universal desk
amadeo is the first maui
amadeo is involved with our south american clients
amadeo is the name he was called in his old days
amadeo is kidnapped and is murdered
amadeo is one of the children
amadeo is also present
amadeo is the first person in queens to be charged under the new hate crime act
amadeo is
amadeo is key to success
amadeo is on the right track
amadeo is seen in this photograph transiting downbound in the welland canal during the morning hours of september 7
amadeo is her human
amadeo is your mortal name
amadeo is the crew's main songwriter
amadeo is about 6'1 with light brown hair and sincere green eyes
amadeo is not addressed
amadeo is another portal
amadeo is a coffee brand produced in amadeo
amadeo is one of many people whose memories offer a link to the music's past
amadeo is concerned about that
amadeo is dolores panziójába költözik
amadeo is a genius
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martes, febrero 01, 2005
Dork!
Entre las ultimas cosas que baje de la red en materia de comics se encuentra una revista independiente, realizada casi enteramente por Evan Dorkin. Evan Dorkin es un cómico norteamericano, como ya he mencionado, de extracción independiente, de la misma generación que Peter Bagge, Kyle Baker o Daniel Clowes. Todos estos autores están influidos, en mayor o menos manera, por la explosión del “rock alternativo” de finales de los 80 – principios de los 90, mas que nada porque esa es la época en la que comenzaron a dibujar y a escribir. Esto se refleja en sus comics, los cuales están marcados por una fuerte impronta musical (con sus matices en cada autor, obviamente). Lo curioso es que al mismo tiempo que se convierten en parte de esta subcultura, estos autores no están en perfecta sincronía con la edad de los pendejos de la “generación x”, siendo un poco mayores que ellos, con lo cual tienen una perspectiva que mucha veces les permite ser brutalmente críticos con ellos.
Y esto nos trae de vuelta al autor a mano: Evan Dorkin es, sin lugar a dudas, el que tiene un espíritu mas cómico, mas cartoony, lo cual lo distancia enormemente de Clowes, por ejemplo, mucho mas profundo y retorcido y hasta de Bagge, el autor que quizás le es mas cercano en temas y estilo.
Lo que anduve leyendo es “Dork!” una antología que publica esporádicamente en Slave Labor Graphics y que es un outlet para que hable de lo que quiera y reúna trabajos publicados en otros lados. Lo que me sorprende de Dorkin en muchas de sus piezas comicas para Dork es la virulencia con la que ataca a sus dos victimas favoritas: la “Generación X/ MTV / Alternativa/ Grunge” y la industria del comic en la actualidad. En muy pocas “expresiones artísticas” he visto un retrato mas fiel de esta generación realizado no bajo la óptica romántica de una generación perdida de jóvenes sin futuro y sin interés en el mismo, sino como la primera expresión de cultura juvenil absolutamente empaquetada y vendida a la medida por compañías como MTV y eventos como el Lolapalooza. Dorkin expresa un profundo odio hacia todos estos jóvenes que se creen originales cuando en realidad su rebelión es una mercancía que pagan con el dinero de sus padres.
Particularmente en el numero 3, que contiene un ataque frontal llamado “Generation Ecchhh” que se extiende por varias paginas y que tiene su momento central en un comic de una pagina en el que diversos exponentes de la cultura alternativa toman “smart drinks” en medio de un gran recital, probablemente Lolapalooza y dicen cosas como:
“¿Porque estamos vestidos como nuestros padres?. ¿Y robándoles su música?”
“Este es un concierto de Live Aid para la adicción al smack de Perry Farrel!”
“¿Si estamos todos alienados, porque estamos todos juntos aquí?”
“Alternativo? Toda mi maldita secundaria esta aquí!”
Y en ese tenor todo. Ahora bien, yo comencé a escuchar música allá por el 97 / 98, cuando la explosión alternativa estaba muriendo, pero daba sus últimos coletazos. Como consecuencia de la demora para ponerse al día con el mundo de Argentina, recuerdo que en esa época veía aun mucha MTV y que tenia programas que iban apuntados a esa audiencia: Nación Alternativa, Lado B, Ozono, Headbangers. Con el paso del tiempo MTV fue mutando, yo fui creciendo y escuchando otra música. La sensación que yo tenia, sin embargo, era la de haber llegado tarde a algo, de haberme perdido un zeitgeist crucial. A medida que fui creciendo me fui dando cuenta de que no, que ahí no había nada, o que hubo muy poco y su duración fue ínfima. Que lo bueno que salió de ahí implotó al poco tiempo y que las cosas que siguieron adelante cada vez se asemejan mas a reliquias y a aquellos rockers de los 80 que la generación grunge proclamaba odiar (piensen en Audioslave o en Velvet Revolver). Observar la misma apreciación en un artista contemporáneo al momento me confirma esta apreciación y me hace pensar en lo que me dijo mi viejo alguna vez: “Vos esperas alguna cosa como el punk. Pero eso no va a pasar mas”.
Y esto nos trae de vuelta al autor a mano: Evan Dorkin es, sin lugar a dudas, el que tiene un espíritu mas cómico, mas cartoony, lo cual lo distancia enormemente de Clowes, por ejemplo, mucho mas profundo y retorcido y hasta de Bagge, el autor que quizás le es mas cercano en temas y estilo.
Lo que anduve leyendo es “Dork!” una antología que publica esporádicamente en Slave Labor Graphics y que es un outlet para que hable de lo que quiera y reúna trabajos publicados en otros lados. Lo que me sorprende de Dorkin en muchas de sus piezas comicas para Dork es la virulencia con la que ataca a sus dos victimas favoritas: la “Generación X/ MTV / Alternativa/ Grunge” y la industria del comic en la actualidad. En muy pocas “expresiones artísticas” he visto un retrato mas fiel de esta generación realizado no bajo la óptica romántica de una generación perdida de jóvenes sin futuro y sin interés en el mismo, sino como la primera expresión de cultura juvenil absolutamente empaquetada y vendida a la medida por compañías como MTV y eventos como el Lolapalooza. Dorkin expresa un profundo odio hacia todos estos jóvenes que se creen originales cuando en realidad su rebelión es una mercancía que pagan con el dinero de sus padres.
Particularmente en el numero 3, que contiene un ataque frontal llamado “Generation Ecchhh” que se extiende por varias paginas y que tiene su momento central en un comic de una pagina en el que diversos exponentes de la cultura alternativa toman “smart drinks” en medio de un gran recital, probablemente Lolapalooza y dicen cosas como:
“¿Porque estamos vestidos como nuestros padres?. ¿Y robándoles su música?”
“Este es un concierto de Live Aid para la adicción al smack de Perry Farrel!”
“¿Si estamos todos alienados, porque estamos todos juntos aquí?”
“Alternativo? Toda mi maldita secundaria esta aquí!”
Y en ese tenor todo. Ahora bien, yo comencé a escuchar música allá por el 97 / 98, cuando la explosión alternativa estaba muriendo, pero daba sus últimos coletazos. Como consecuencia de la demora para ponerse al día con el mundo de Argentina, recuerdo que en esa época veía aun mucha MTV y que tenia programas que iban apuntados a esa audiencia: Nación Alternativa, Lado B, Ozono, Headbangers. Con el paso del tiempo MTV fue mutando, yo fui creciendo y escuchando otra música. La sensación que yo tenia, sin embargo, era la de haber llegado tarde a algo, de haberme perdido un zeitgeist crucial. A medida que fui creciendo me fui dando cuenta de que no, que ahí no había nada, o que hubo muy poco y su duración fue ínfima. Que lo bueno que salió de ahí implotó al poco tiempo y que las cosas que siguieron adelante cada vez se asemejan mas a reliquias y a aquellos rockers de los 80 que la generación grunge proclamaba odiar (piensen en Audioslave o en Velvet Revolver). Observar la misma apreciación en un artista contemporáneo al momento me confirma esta apreciación y me hace pensar en lo que me dijo mi viejo alguna vez: “Vos esperas alguna cosa como el punk. Pero eso no va a pasar mas”.
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