jueves, febrero 23, 2006

Canciones Para Aprender y Cantar (I): The Hymn For The Cigarettes / The Hymn For The Alcohol.

Con todo el respeto que me ciertos modos de enfocar la vida, todo el mundo sabe lo importante que son los vicios para definir la existencia. Vamos, ¿quien no se ha recurrido al fácil escape de embriagarse y salir en plan destroy para olvidar cosas?. ¿Quién no ha fumado cigarrillo tras cigarrillo y al final se da cuenta de que se fumo un 20 en 3 horas?. Los tóxicos son grandes compañeros de momentos angustiosos o de alta emocionalidad. Como tirarse ebrio en un pogo violento, en un recital de hardcore. Son grandes compañeros porque te liberan de ciertas ataduras de la cordura de los días rutinarios y te dan una mínima vía libre para hacer cualquiera. O, en el caso de los cigarrillos, para las personas ansiosas y nerviosas (como yo) te dan algo para hacer. En esos momentos en los que no podes mas con vos mismo, no te interesa tomarte una cerveza para relajarte después de un día estresante, querés tomarte 20 cervezas para terminar tirado en alguna zanja, sin acordarte de nada.



Y de la multitud de canciones que detalla esa delicada relación entre emoción e intoxicación voluntaria, hay dos de una banda que ha sido criminalmente menospreciada en el mundo en general: Hefner.
Hefner es una de esas bandas que nos da Inglaterra de vez en cuando, que logra conjugar esas letras tan propias del rompimiento amoroso con la flema y la ironía inglesa, sin en ningún momento volverse llorón o pesado. Es un experimento hermoso, que culminó con un disco que (aparentemente) nadie entendió, “Dead Media”, un disco en el que se volvían synth pop y dejaban de lado su estilo brit pop y que tenia temas inmortales como “Junk” y “When The Angels Play Their Drum Machines” (escucha obligada en cualquier fiesta que se precie de tal y en cualquier dormitorio donde uno es feliz).

Pero las canciones que nos ocupan en esta ocasión provienen de su segundo disco, “The Fidelity Wars”, quizás su mejor disco. Yo siempre supe que se trataba de un disco que trataba de la ruptura amorosa, como tantos otros, pero el otro día, buscando las letras en el sitio oficial de la banda (www.hefnet.com, recomendado), me entere que tiene una cierta estructura conceptual. Darren Hayman, cantante y compositor, se estaba peleando con su novia del momento, tenia un montón de canciones compuestas y decidió meterlas en un disco, componiendo canciones nuevas para llenar los vacios de la “historia”.
La historia va mas o menos así: un pibe conoce a una chica, se enamora (en las 3 primeras canciones), pero tiene miedo de que ella le sea infiel, porque cuando la conoció estaba con otro chabón, por lo tanto, le es infiel antes. Luego le pide disculpas, pero la chica no sabe que hacer. Le es infiel de nuevo (“Fat Kelly’s Teeth”, una canción que merece un posteo ella sola). Llegan a una componenda como amigos (“Don’t Flake Out On Me”) pero finalmente el se da cuenta que la ama y se lo confiesa (“I Love Only You”).



Las canciones de este posteo son la primera y la tercera el disco, “The Hymn For The Cigarettes” y “The Hymn For The Alcohol”. Luego de leer el orden de la historia del disco, la visión que tenia de estas canciones cambió radicalmente.

The Hymn For The Cigarettes.
No one called, no one wrote, no one phoned,
So no one knew that I was with her on my own.
She smoked on my bed cause she thought it would annoy me,
But I love to watch the girls smoke in my bed.
I love to watch the girls smoke in my bed.
I love to watch the girls smoke in my bed.

How can she love me when she doesn't even love the cinema that I love.
What does she feel if she doesn't have the feeling that I have in my fingers.
This joy I have could lift this ceiling from its rafters but I'm not laughing.

We feel nothing, so we search for nothing, so we achieve nothing, love.

Lucky Strikes remind me of my friends out on the west coast,
Camel Lights remind me of my ex-girlfriend at Christmas time,
Marlboro Reds remind me of giving up in Berlin,
B&H remind me of not giving up but giving in.
B&H remind me of not giving up but giving in.
B&H remind me of not giving up but giving in.

How can she love me when she doesn't even love the cinema that I love.
What does she feel if she doesn't have the feeling that I have in my fingers.
This joy I have could lift this ceiling from its rafters but I'm not laughing.

We feel nothing, so we search for nothing, so we achieve nothing, love.


A ver...”The Hymn For The Cigarettes” es, básicamente, una canción en la que el narrador nos cuenta como conoció a una chica, como están en su departamento y “nadie llamó, nadie escribió, nadie telefoneó, así que nadie supo que yo estaba con ella solo”. O sea...de entrada, evidentemente el hecho de que estén solos es algo beneficioso. La delicia de lo subrepticio, del secreto compartido solo con la persona con la que uno comparte la intimidad, el momento delicado antes de que el mundo se introduzca y todo comience a ser mas complicado.
Después hay un distanciamiento de él, que se pregunta como puede ser que la chica lo quiera cuando no “ama el cine que el ama”. Típico mecanismo de defensa “no, esta chica no me gusta, carajo”.
Y a partir de ahí hay una larga enumeración (que sirve casi como estribillo) de diversas marcas de cigarrillos y de lo que le recuerdan. Es un momento de genialidad, ya que comunica de manera magistral como esos pedacitos insignificantes de nuestras vidas al final terminan marcando toda una época. Una marca de cigarrillos, un sabor de helado, un determinado tipo de caramelos (pico dulces, por ejemplo, o palitos de la selva). O una canción. De pronto no podemos fumar lo mismo, o comer lo mismo, porque el equilibrio se modifica y algo duele un poco y tenemos que, a pesar nuestro, cambiar nuestros hábitos para cambiarnos y quemar los puentes que nos unen al pasado.
Y, finalmente, la canción termina con un grito desesperado “I don’t want to stay in love”. Sorry, macho, ya estas en el horno.

Ahora...”The Hymn For The Alcohol” es una canción mucho mas triste. Al principio, cuando no conocía la historia, pensaba que era una típica canción de “chico enamorado que pierde a su chica a manos de otro”. Pero no...en realidad la esta ganando, solo que no soporta que siga con su novio.

The Hymn For The Alcohol.
Don’t start me on the rum, Just because it makes me numb.
Start me on the whiskey I know whiskey is his drink.
You never drank it with me but now you drink it with him,
I’m not good enough for whiskey, not good enough for you.
Let’s start drinking wine, we used to all the time.
It used to go to our heads but then you went to his bed.
If the wine stains you lips red then tonight you might forget,
You might not go home to him you might stay here with me.
It is just wishful thinking that all this hard drinking might lure you back to my ramshackle stable,
There's no point in trying, the debutante was lying when she said that she did something that your lips could never do.
And if you know what's true then you know I love you.
Its six months since you left, you must be truly blessed,
Cause you look no less pretty, in fact you may be more so,
If you reap the seeds that you sow, Oh we both know you are going straight to Hell


Es, genialmente, otra gran enumeración de bebidas, de efectos colaterales, de hechos sin importancia y de lo que estas significan en la vida de una persona enamorada. “Si bebemos vino, sos mía, lo hacemos todo el tiempo, es una señal de que me querés. Pero, por favor, no bebamos whisky. El whisky es SU bebida”.
Después de tantas noches intentando aplacar la angustia /tristeza /ansiedad bebiendo copiosas cantidades de alcohol, ¿cómo no sentirse identificado con esto?. Me confirma una vez mas que la mayoría de las grandes obras o de las cosas que realmente nos conmueven están compuestas tanto de disfuncionalidad, angustia y algún tipo de catalizador que hace que esta existencia sea mas soportable. En este caso, el alcohol.

Porque en realidad, para eso bebemos, para eso fumamos, para eso nos intoxicamos. Mas allá de las practicas cualidades hedonísticas, que cumplen una gran función, uno se intoxica para poder sobrellevar mas dignamente esta vida que a veces nos supera, que a veces se vuelve un peso demasiado grande para poder cargarlo solo. Y es la razón por la que hacemos muchas cosas, por las que nos portamos como un pelotudo con la gente que nos rodea o escribimos o hacemos música o lloramos.
O, como dijo el gran Hank: “Estamos aquí para desaprender las enseñanzas del sistema educativo. Estamos aquí para beber cerveza. Estamos aquí para matar a la guerra. Estamos aquí para reírnos de las posibilidades y vivir nuestras vidas tan bien que la Muerte tiemble al llevarnos”.

Y ahora, perdónenme, se me acabaron los cigarrillos y necesito un whisky.