miércoles, julio 12, 2006

Mis Discos De Otoño

Retomando una práctica que había adoptado una sola vez y que espero que ahora se vuelva costumbre, paso a detallar los discos que mas me acompañaron en estos tres meses que acaban de pasar (y que parecieron mucho mas cortos!).
Fue un otoño amable, casi cliché, diría. Siempre me gustaron los otoños, esa sensación de estar en medio de dos estaciones extremas, el año todavía no arranca con toda la furia, aunque la intensidad se va volviendo mas fuerte hacia al final de la estación en cuestión. Además, obviamente, de toda la romantización alrededor del mismo.
Sin embargo, para mi los otoños generalmente son energizantes, vigorizantes. Muchas veces me he encontrado en periodos de cambio y reajuste durante estos meses. Y el de este año no fue diferente.
Pero fue un otoño marcado por la tranquilidad, amable, a falta de otras palabras. Tengo que agradecer un cierto margen de paz mental por estos tres meses que fueron nada de lo que esperaba.
Y por eso es que esta lista esta repleta de cantautores y discos tranquilos. Porque fue una época para café, chocolate, colchas, películas y cigarrillos.
Y si, es un cliché. Pero hay clichés peores.


Billy Bragg – Talking With The Taxman About Poetry
La situación era la siguiente: noche en casa de amigos, tomando un poco de vino y comiendo ñoquis. De golpe alguien cambia la música y comienza a sonar una voz carrasposa, acompañada solo de una guitarra en una de las canciones mas bonitas que escuche en los últimos meses. Pregunto: ¿que es eso!?. Alguien me contesta que es Billy Bragg, que esta tremendo, no? y que lo acaban de descubrir.
Al otro día me levanto y decido poner a bajar algo de este muchacho. Que alegría haber encontrado este disco y que justo la primera canción sea aquella que había escuchado con tanto placer, “Greetings To The New Brunette”.
Bragg es un tipo raro. Un cantante de protesta izquierdista que sigue en la línea de gente como Woody Guthrie, graba con gente como Wilco y hace canciones de amor preciosas. Además, su voz me hace acordar a la de otro grande, Joe Strummer. Y tiene el mismo espíritu punk que el viejo Joe. O que Shane McGowan, ponele.
Por todo esto, este fue uno de los discos que mas escuche durante estos meses. Además de que fue la banda de sonido de uno de los mejores desayunos de los ultimos años.


Hot Chip – The Warning
A los Hot Chip los había conocido en una nota que dieron a la Inrockuptibles con motivo de la salida de su primer disco. Algo había ahí que me llamó la atención y me lo baje, solo para encontrarme con un disco de “indietronica” medio aburridon que contaba con una gran canción (“Baby Said”). Por ello no tenia grandes expectativas para su segundo disco, salido hace muy poco. Igual me lo baje, no se porque y cual fue mi sorpresa al encontrar un disco tremendamente agradable, lleno de canciones cuyas letras bordean el ridículo (lo que los norteamericanos llaman “tongue in cheek”) y melodías contagiosas.
Totalmente comprado por el tema 4, “Over And Over”, me sumergí en el para encontrarme con uno de los tempranos discos del año. Si, es indietronica, pero no es indietronica llorona, sino exuberante. Y tiene la mejor frase del año: “Hot Chip will break your legs/ snap off your head / Hot Chip will put you down /under the ground”.


Donovan – H.M.S. Donovan
Reincidente!. Bueno, Donovan debería ser banda de sonido obligada para los otoños. Y este disco es maravilloso. Este es el disco en el que todos mis prejuicios se van a la mierda. O sea: el tipo era un trovador hippie, venia enganchado a full con el misticismo sesentas y se dedica a sacar todo un disco de canciones para niños, algunas adaptando textos de gente grossa (como Lewis Carroll) o canciones populares. Casi todo el disco es solo el con la guitarra, cantando pequeñas composiciones preciosas (28 en total). Y yo, que odio a los hippies, que me caen mal los trovadores y que apenas soporto a los “songwriters con guitarrita” me quedo rendido ante la evidencia incontestable del genio. El soundtrack de muchos despertares sumamente agradables.


The Feelies – Only Life
Discazo que le debo a Pinkmoon Radio. Habiendo escuchado ya demasiado el “Crazy Rhytms” (que fue, en alguna medida, soundtrack del verano) de pronto me encontré con una canción de este disco en uno de los primeros programas de los hermanos y me decidí a bajarlo. Es...no se...la energía maniática y nerd del “C.R.” aumentada con mejor composición y mejores canciones. Pongamos por ejemplo la canción “Away” que es como la perfecta metáfora para una fiesta: comienza con un minuto, un minuto y medio de cuasi silencio y luego va aumentando, subiendo y subiendo en intensidad hasta que estalla en el estribillo que dice solamente “awaaaaaaaaaaaaaaaaay” “awaaaaaaaaaaaaaaay”. Y además tiene una de los mejores covers de la Velvet que se hayan hecho nunca. What’s not to like?.


Cat Power – The Greatest
Otro disco con el cual dejo de lado mis prejuicios y me entrego, sencillamente. Nunca me gustó Cat Power. Nunca les había agarrado el chiste. Me parecía aburrido, monótono, otra de esas bandas (o solistas) tristes y cansadores. Hasta que de pronto a Chan Marshall se le ocurre sacar un disco de cuasi jazz, con músicos tradicionales, muuuuuucho swing, canciones tremendas y algo indescriptible: mucho amor.
Por fin un disco de Cat Power en el que creo en lo que esta cantando, en el que las canciones me conmueven y con el que me conecto emocionalmente. Es difícil para mi hablar de este disco, por la manera en que llegó a mis manos y el modo en que aprendí a quererlo. Lo único que puedo decir es que es un disco que aparenta haber sido compuesto desde el corazón, que en sus arreglos, sus melodías y la voz cansada de Chan transmite la felicidad de alguien que se acaba de enamorar. Y estos no son discos para todos los momentos. Y así como es un disco encantador puede (como cualquier disco de Cat Power) volverse un disco terrible, depresivo y que juega mucho en contra. Pero hay algo en esa dualidad, en esa comprensiva felicidad de abandonar un ghetto, una serie de estrategias durante mucho tiempo cultivadas y una rutina que encaja perfectamente con lo que siento en este momento.


The Arcade Fire – Funeral.
La puta, parece que los discos de otoño son todos pequeñas cargas comprimidas de explosivo destinadas a destruir grandes porciones de una muralla de prejuicios construida alrededor de la manera que escucho música. Como si de golpe algún agente externo, una invasión venusina, hubiese destruido el Capitolio de los Estados Unidos.
Breve repaso: cuando salió en su momento y todos le chupaban la pija, este disco no me pareció la gran cosa. Si, canciones bonitas; si, arreglos inesperados pero...no se...una vez mas, sentía que era demasiado emo. La puta, que equivocado que estaba. Es, realmente, una de las evidencias mas fuertes para proclamar que en Canadá las cosas se hacen de otra manera y los grupos viven en un espacio mental completamente distinto del de los grupos del resto del mundo. Un disco que te avasalla, te asalta, te rodea con capa tras capa de sonido; con sonidos que pensabas no era posible combinar y, encima, forman parte de grandes canciones.
Lo mas lindo que le puede pasar a Arcade Fire es que el hype se pase, sigan sacando grandes discos y evolucionen hacia unos nuevos “Neutral Milk Hotel”. Suenan como un grupo de ermitaños viviendo en las cavernas, alejados de la contaminación del mundo exterior y tienen el talento necesario para conseguirlo. Que Dios así lo permita.


I Monster – Neveroddoreven
Porque no todo en la vida tiene que ser cantautores y música para el living comedor, al lado del fuego, y también tiene que haber glam.
Un disco inclasificable, que podría pasar por electronica alla Sheffield, por glam, por algún extraño híbrido de géneros a los que nunca podes realmente clasificar. Un accidente de la naturaleza, un mutante. Y como buen mutante, un disco que jamás encontró su audiencia, que nunca logró realmente conectar con nadie. Como todo buen acto de libertad creativa, como tantos discos que nos dicen algo nuevo, tienen que pasar unos cuantos años para que sea redescubierto, desenterrado del sarcófago donde estaba atrapado.
Y es un disco fabuloso, que te levanta, que luego te hace caer, que te mueve a bailar y a fumarte un cigarrillo pensando en tu sillón favorito. Y que tiene una balada con vocoder.


Graham Coxon – Love Travels At Illegal Speeds
Que lindo que Graham Coxon siga haciendo discos que vale la pena escuchar. Que lindo que haya abandonado la tristeza y se haya dedicado a revolver su colección de discos de los Buzzcocks, los Undertones y los Stiff Little Fingers. El disco “pinhead” del conteo, no agrega nada demasiado nuevo, es solo el sonido de un tipo que quiere pasarla bien, que no se olvidó de sus raíces y que basado en ese sentimiento agradable del verano se dedica a componer canciones energizantes y alegres. Aunque de vez en cuando demuestra una cierta melancolía, este es un disco de verano atrapado entre los discos de otoño. Y la banda sonora perfecta para bailar estúpidamente.


Nochteff – Le Beat Juste
No sabía nada de Nochteff antes de escuchar este disco. O sea, si: sabía que venía de Travesti y de Dios, pero eran dos bandas a las que nunca les había prestado atención (y Dios es aun una deuda pendiente). Que alegría que fue bajarme este disco y encontrarme con esa personalidad fascinante que es Nochteff. De aquí fue un paso a leer entrevistas, escuchar Travesti y encontrarme con unos de esos tipos que no solo hacen la música que le gusta a la gente, sino que también piensa sobre la música que le gusta a la gente.
Sin una pizca de pretenciosidad (según el mismo aclara, fue un disco que comenzó con una serie de grabaciones luego de una fiesta, en plan low fi), Nochteff grabo un disco hermoso y ruidoso. Lleno de canciones para bailar y cantar a los gritos en una habitación a oscuras. “Suburbio”, alrededor de abril había sido escuchado hasta el hartazgo. Y ahora es Julio y todavía no me agoto de ponerla en repeat. Quiero disco nuevo de Nochteff ya.


Ladytron – Light And Magic
Luego de lo mucho que me había gustado “Witching Hour” (otra banda sonora del verano) estaba indeciso sobre si bajarme alguna otra cosa de Ladytron. La mayoría de la gente me había dicho que sus discos anteriores no sonaban igual, que eran menos orgánicos y mas maquinales. Finalmente, gracias a la insistencia de Eze, me termine bajando este que me gustó tanto como el “Witching Hour”.
Si, es cierto, es mas maquinal, mas repetitivo. Nunca el nombre del grupo fue mas apropiado: parece música hecha por maquinas. Por maquinas femeninas infectadas por un virus que las hace sentir humanas. Pero justamente en eso, en sus ritmos simples, en su repetición incesante, en su glam inhumano, radica su atractivo.


Carlos Berlanga – Impermeable
Hace un par de años el hit en todas las fiestas de mis amigos era “Always On My Mind” en versión de los Pet Shop Boys. O alguna otra canción de su superlativo compilado “PopArt”. Es hermoso ver bailar a una agrupación de gente cuando suenan grandes himnos synth-pop.
Y en este otoño de recitales todos los domingos y reuniones en casas de gente, lo que sonó mas que nada fue el “Impermeable” de Berlanga. O, mejor dicho, la canción “Vacaciones”. Es difícil describir la sensación de mezclarse con 20 o 30 personas saltando y bailando un tema tan explícitamente gay y que todos sepan la letra y el estribillo. Creo que en este caso hay que recurrir al significado original de gay y decir que se trata simplemente de alegría.
Hay otras grandes canciones aquí: “Cul De Sac”, “Lady Dilema”, “Wave”. Pero esta es la que se lleva todos los premios, la que une corazones y cuerpos. Y por favor, que no se me malinterprete cuando digo eso.


Coiffeur – Primer Corte
Y, finalmente, quizás el disco mas representativo del otoño. Un cantautor porteño, por el que no daba ni dos mangos, con un nombre relativamente feo y que toca solo con una guitarra. Y acompañado, en sus shows en vivo, por una jirafa y un pingüino infladles. Dios mío, tiene todo para que NO me guste.
Pero son canciones tan adorables. Y las letras son tan buenas. Y él las canta con tal garbo y despreocupación. Y son todas canciones de amor, con una lírica muy personal (“si pudiera abrazarte con mi canción, con gusto lo haría” es una de las cosas más lindas que escuché en estos meses). Y como yo ando muy puto y muy en ese plan, me encantó. Y tuvo una pervivencia muy prolongada en mi winamp.
Y como además esta completamente imbricado con ciertos espacios (reales y mentales) muy queridos por mi...no hay dudas de que quizás no sea el mejor de los discos de este conteo, pero sin duda es el mas personal y a veces tengo miedo de que el día de mañana me cueste volver a ponerlo. Y eso sería una lástima, porque me estaría perdiendo no solo de grandes canciones, sino de la sensación concentrada de estos últimos 3 meses. 3 meses que me gustaría que se repitan en loop el resto de mi vida.