En el blog de Mal Elemento postearon un análisis de ciertos dichos "vertidos" por el muchacho Cristian Aldana que me pusieron a pensar en una serie de cosas.
I) Si bien es cierto que en el mundo del "rock" hay una dosis de fantasía que es intrínseca y, hasta cierto punto, hace al folklore y la mística del mismo, no hay cosa mas peligrosa que un artista que se "cree" esa mística. Despues de todo, a quien prefieren: ¿al Pity, que es un loco lindo y esta tan quemado que uno sabe que no se la cree y que el es así (porque no le da para mas) o al taradito de The Vines que se cree que es la esperanza del rock and roll y aparece en las fotos con las pipas de agua mas grandes del mundo (que transgresor!, que revolucionario!, que rock)?
II) ¿Hasta que punto es posible disociar al artista de la obra? (esto también tiene un correlato con el post de "La Resistencia" de Marcos).
¿Una obra tiene mas mérito cuando es producida por un pelotudo?, ¿o es más gratificante un artista cuya actitud es coherente con su obra?. Yo creo que uno conoce la obra, no al artista, uno construye su imagen del tipo detras de la música (o cine, o literatura, o etc.) a partir de su obra, y es por eso que muchas veces (excepto casos como Bukowski, cuya obra es como el) la desilución es mayor. Son casos de idealización comunes.
Creo que quizás el síntoma definitivo de que te gusta algo es cuando te sigue gustando después de que te das cuenta de que el tipo es un boludo.