(Advertencia: post larguísimo de fin de año, balance y esas mariconadas.)
Discos
25. Tv On The Radio - Return To Cookie Mountain
Este disco se coló de una manera absolutamente subrepticia esta lista. Me explico: el “Desperate Youth…” no me había parecido nada del otro mundo, otro disco hypeado a mas no poder de una banda aburrida. Pero cuando me hicieron escuchar este disco, con esas canciones que son casi soul me tuve que rendir. De nada sirvió la sensación de que se están por volver los próximos Radiohead (la banda políticamente correcta que esta bien escuchar) y que debajo de todo eso hay un enorme carga de pretenciosidad y mentira (pero vamos, no la hay en toda propuesta musical?), frente a una canción como “I Was A Lover” nada se puede hacer.
24. Tapes ‘N' Tapes - The Loon
En estos días me convenzo cada vez más que hay que hacer las paces con el lugar y las circunstancias de las que uno proviene. Y creo que todos fuimos indies alguna vez. Por eso, siempre, estaré agradecido a bandas como Tapes ‘N’ Tapes, que me dan la impresión de estar escuchando a unos Pavement, a unos Built To Spill con una producción fm suficiente para lograr que canciones como “Insistor” o “Manitoba” se vuelvan hits mundiales. Hace meses grabe un compilado con dos canciones de esta banda y cuando las puse el otro día me di cuenta que eran mejor para escuchar en mi habitación. Creo que eso resume un poco el encanto de Tapes ‘N’ Tapes.
23. Graham Coxon - Love Travels At Illegal Speeds
Este blog tiene el nombre de un disco de una banda a la que supo pertenecer y el otro día escuchando de nuevo “Beetlebum” me dí cuenta de lo perfecta que es y de cómo, para bien o para mal, el será siempre uno de mis guitarristas favoritos. Y este año decidió despacharse con un disco de punk rock en el que le levanta el dedo a Damon Albarn y sus pretensiones artie. Un año uno, al año siguiente el otro. Gracias a dios eso no le evita darnos de las mejores canciones estúpidamente adolescentes para bailar a las 5 de la mañana que he escuchado en mucho tiempo.
22. Belle And Sebastian - The Life Pursuit
Me la suda la gente que piensa que Belle And Sebastian abandonó algo al dejar de lado su eterna melancolía. Belle And Sebastian esta sonando mejor que nunca, dejaron solos a todos aquellos que pensaban que sus canciones eran la banda sonora perfecta para sus amores adolescentes y ahora se propusieron un objetivo mucho más noble que la catarsis de sus miedos amorosos: la búsqueda de la canción perfecta. Nadie que escuche “Dress Up In You” o “We’re The Sleepyheads” o “White Collar Boy” me dirá que no están en el buen camino.
21. Simon Bookish - Unfair / Funfair
O el hijo ilegitimo entre The Associates y The Normal. Simon Bookish parece surgido de algún lugar en el que la banda de mas éxito era Sparks y donde la ambigüedad sexual y la frialdad de las maquinas son perfectamente aceptables como una manera de vida (y hasta incluso se consideran un atributo social positivo). Y el bueno de Simon se apropia de esa frialdad, la expone cantándole canciones a la guillotina con su voz tan particular, entre chillona y desolada. A veces la absoluta artificialidad es, paradójicamente, un soplo de aire fresco.
20. The Hold Steady - Boys And Girls In America
Otra entrada ¿polémica?, pero bueno, a mi siempre me gusto muchísimo AC/DC, y Turbonegro es una escucha necesaria en las fiestas y si hay algo que disfrutaba de Guided by Voices era la total libertad con la que Bob decía que ellos eran una banda de rock que quería traer de nuevo los kicks and licks, la arrogancia del rock and roll, y de alguna manera siento que eso esta presente en The Hold Steady, me encanta la voz y las letras de Craig Finn y siento que es uno de los pocos tipos que pone el cuerpo al cantar. Quizas la broma (si lo es) se agote rápidamente (tampoco nos han dado mucho tiempo para respirar, sacando disco tras disco, año tras año y perfeccionando su sonido) pero por el momento, al igual que el caso Pipettes, la paso bomba.
19. The Long Blondes - Somebody To Drive You Home
Probablemente, si no se hubiesen entretenido tanto con eps, el disco de las Long Blondes hubiese sido más impactante. Es que en este año la etiqueta de grupo de (o con) chicas que se apropia de cierto sonido vintage quedo copado por las Pipettes, cuyos guiños son mas obvios y miméticos. y, por otro lado, muchas de las canciones de este disco ya habían estado circulando por ahí. Pero eso no le quita el merito de ser, quizás, el único disco de punk rock bien encarado que se publicó este año (que no pertenece a una banda mítica). Y que los Long Blondes es una de esas bandas cuyo futuro promete ser brillante, que tienen absolutamente todas las referencias correctas para ser uno de esos grupos que nos gustan a todos: la necesaria desprolijidad utilizada como una herramienta, las melodías, la vitalidad adolescente y punkie y esas terribles guitarras filosas (porque las guitarras son como los superhéroes: podes intentar escapar pero al final sabes que te dan esa sensación de felicidad química necesaria para seguir adelante en el día).
18. Tiga – Sexor
Otro disco del que me había olvidado, porque me lo bajé alrededor de diciembre del año pasado y fue la banda sonora de mis vacaciones y mi verano, lo cual, hoy por hoy, parece un millón de años atrás, cuando los dinosaurios caminaban sobre la tierra. Pero seria una injusticia no incluirlo después de que me “Far From Home” me hizo soportar 6 horas en una terminal perdida en La Paloma o “You Gonna Want Mee” me mantuvo en estados hermosamente endorfínicos cuando todo lo que estaba alrededor mío me gritaba que tenia que deprimirme. Quizás el gran disco “ignorado” (por las expectativas que se depositaron en el) lo que demuestra, en fin, que a los discos hay que dejarlos respirar, no cargarlos tanto de esperanzas y que, en general, te recompensan de la manera en que esperabas.
17. Liars - Drum's Not Dead
La puta, casi me olvido de este disco. ¿Realmente paso tanto tiempo desde que lo baje por primera vez?. Y, aun me pregunto, ¿como puede ser que funcione tan bien?. Si, no se, The Pop Group hubiese sido afecto a los discos conceptuales centrados en personajes rarísimos e imaginarios, en montañas y baterías, probablemente les hubiese salido algo como esto. Un disco que grita, en contra de mis mejores instintos, a cuyo concepto podría venir adherido un sticker de cautela. Pero de alguna manera maravillosa, funciona muy bien. Quizás sea que el concepto esta emprendido con una absoluta falta de pretenciosidad, que de lo que se preocupan los chicos de Liars es de tocar con simpleza y despreocupación, casi como una tribu de cavernícolas aullando cosas incomprensibles en el micrófono.
16. Robert Pollard - From A Compound Eye
Porque no puede haber un año sin algo de roberto polardo. Porque se puso las pilas y sacó un disco donde esta en la tapa como el cantautor menos atractivo de toda la historia e igual compone algunas de las mejores canciones de los últimos 20 años. Porque tiene un tema que se llama “love is stronger than witchcraft”. Porque es Bob.
15. Le Sport - Euro Deluxe Dance Party
En un año que estuvo casi completamente dominado por los países nórdicos, era un despropósito no mencionar a Le Sport, que cubrieron la cuota de “synth pop bala” del año. En un año en el que la canción que más baile fue “vacaciones” de berlanga, esto es perfecto: le piden a la gente que les enseñe su pene, fantasean que Neil Tennant es su amante y, básicamente, hacen algunas de las mejores canciones tristes para la pista de baile, el “mood” en el que el synthpop se destaca por excelencia.
14. The Pipettes - We Are The Pipettes
Que se puede decir sobre las Pipettes que no se haya dicho ya?. O las odias o las amas, hay ciertas personas que piensan que son la falsedad hecha banda y que nada en ellas es mucho mas que una pantomima. Pero que pantomima!, si esto es que me mientan, me vendan gato por liebre haciéndose pasar por chicas prístinas de los 50 y luego cantando sobre one night stands, usando preciosos vestiditos a lunares que uno sospecha están manchados con las sustancias mas espantosas, sonriendo con cara de ángeles que detrás oculta un “vas a pasarla mal” y haciéndome cantar con cada acorde, con cada nota robada, con cada melodía que parece que estuvo ahí por siempre, por dios, que me sigan mintiendo.
13. Linus Loves – Stage Invader
Cuando hace un par de años descubrí el disco de Mylo cuando ya el año había terminado, me repetí a mi mismo que nunca más se me iba a escapar un disco de electrónica “pura” tan bueno y gratificante. Y por poco sucede una vez más. Me había bajado el Stage Invader y había dormido en mi carpeta durante varias semanas en las que le preste más atención a su ep “The Victoria Principle”. Hasta que, de golpe, anoche mismo, me encontré escuchándolo obsesivamente, maravillándome ante sus beats pisteros y la fortaleza de su adrenalínica música. Ningún disco que tiene una seguidilla tan mortal como “Night Music”, “The Terrace” y “Stage Invader”, que hace un techno bailable de tanta clase y calidad, casi sin guiños irónicos (hay un par de canciones “con chiste” pero no pasa nada) puede faltar en esta lista.
12. Ratatat - Classics
De golpe me encontré disfrutando de un disco de Ratatat, luego de que su primer disco homónimo me produjese algunos cosquilleos pero la sensación de que no se jugaban en nada. Que disco triste, la puta madre. Que disco que condensa en sus beats morosos y sus guitarras que aparentan ser una representación de todo lo que es el rock, pero en el fondo son cansadas, tanta melancolía.
11. Asobi Seksu - Citrus
Lo más raro es que a mi nunca me gustó el shoegazing. A pesar de tener muchos grandes amigos que me hablaban de la maravilla de My Bloody Valentine o Slowdive, siempre sentía que a esos grupos les faltaba más melodía para acompañar su continua melancolía oceánica. Podía admirarlos pero nunca involucrarme en su música. De cualquier modo, el disco de Asobi Seksu se asemeja a estos grupos pero sin la postrera sensación de un chute de heroína, tirados en el piso de sus departamentos de un ambiente mugrosos, llorando por sus chicas. Más bien como si se hubiesen bebido un licuado de jugos rojos.
10. Melody Club – Scream
Cuando se filtró “Destiny Calling”, con un sonido a radio procesada, fritura y suciedad, era inescapable que debajo de todo eso había una melodía demoledora y aplastante. Cuando después se filtró el disco, parecía que nos habían vendido gato por liebre, que no llegaría a esos hermosos niveles de hedonismo de “Face The Music” y que los jóvenes se habían enseriado. Cuan equivocados estábamos y cuanta resistencia probó tener a lo largo de estos últimos meses. Gracias a dios siguen siendo la esperanza de todo aquel que espera gran pop de suecia, melodías imperecederas que hablan del amor y todo lo que conlleva. Y lo hace a uno darse cuenta que no hay lenguaje mas universal que el del pop y que por mas que demasiadas bandas indie intenten alcanzar ese estadio, nunca llegaran a componer los himnos de los cuales estos tipos son capaces.
09. LCD Soundsystem - 45:33
Rarísimo lo del gordo Murphy: le piden de Nike que componga un soundtrack para correr y, a priori, uno se imaginaría que es un gran constreñimiento artístico y que lo único que puede salir de eso es algo mediocre. Dios sabe que yo me imagine eso. Pero consigue un disco de fondo para esta época plagada de ipods, bombardeo musical constante y la posibilidad de llevarse la música a cualquier lado. Como un “Music For Airports” aeróbico, que curiosamente esta despojado de todo tipo de guiño irónico al que esta tan acostumbrado nuestro hombre. y además te exige que pienses en términos de minutos y no de tracks y que lo escuches entero. Una odisea espacial del deporte.
08. Tussle – Telescope Mind
Cuando salio el disco anterior de Tussle hace dos años no le presté mucha atención, hasta que las recomendaciones de ciertos amigos hicieron que me de vuelta. Y de pronto me pasó algo muy curioso con estos locos: que para mí es la música mas increíblemente bailable de los últimos tiempos, que sus grooves esgianos hacen que me den ganas de mover el esqueleto como nadie, pero que cada vez que lo pongo en fiestas, la gente me pide “cosas mas bailables”. Quizás es que no sean aptos para el momento álgido de la fiesta, sino, con sus sonidos de guitarras distorsionadas, sus sintetizadores sucios y ruidos a lo kraut, sean la banda sonora perfecta para el baile desprolijo de las 5 de la mañana, cuando el cuerpo responde descordinadamente a los bajos porque es lo único que evita que su integridad física desfallezca en algún sillón. Y, quizás, por ello este disco esta mas balanceado y dividido entre las canciones pisteras y los experimentos. Lo cual me deja pensando: ¿es esta la mas bailable de las bandas kraut o la mas kraut de las bandas bailables?.
07. Jim Noir - Tower Of Love
¿Como hace Jim Noir para ser tan encantador casi sin proponerselo?. De vez en cuando las islas británicas producen este tipo de personaje: ligeramente anacrónico, optimista y encantador. Capaz de hacer un disco que en años anteriores hubiésemos esperado de los Gorky’s en estado de gracia o de un Ray Davies perdido dentro de un cuento de Beatrix Potter. Con su bombín y traje crema, Jim hizo, muy probablemente, el disco mas buena onda y feliz del año.
06. Cat Power - The Greatest
O el sonido de un prejuicio quebrándose. La sensación que me da este disco es que Chan Marshall finalmente abandonó el despecho, la tristeza, la absoluta inacción y dejadez que teñía todos sus discos, para reemplazarlos con amor, con algo vivo. Por fin tiene unas letras y unas canciones que te tocan y evitan que tu única respuesta sea la mas absoluta apatía. Y su extrema emocionalidad y su registro desgarrado se adaptan perfectamente a contar una historia de amor. Como una poetisa que finalmente encontró su inspiración, Marshall al fin nos cuenta algo que nos dice algo y su música, mas que austera, se vuelve hermosa y universal.
05. Les Georges Leningrad – Sangue Puro
Nadie le presto atención a Relaxed Muscle, Fat Truckers se disolvieron después de un solo disco y Add N To (X) se cansaron de intentar imponer su evangelio. Mas allá de los aislados intentos de Ann Shenton, esto es todo lo que me queda para creer que el punk con tecladitos, primario, tribal y sanguíneo (préstenle atención a esa última palabra que es la que cuenta) puede algún día apropiarse del mundo. Mi gran esperanza es que la discográfica que esta alzándose con los contratos de The Arcade Fire le preste atención a Les Georges Leningrad y les den suficiente dinero para hacer lo que quieran. Por favor.
04. Kings Have Long Arms - I Rock Eye Pop
¿Como puede ser que Adrian Flanagan no sea el compositor de la banda sonora de las vacaciones playeras alocadas de todos los grupos de chicas del mundo?. Porque de alguna manera eso es lo que me imagino cuando escucho Kings Have Long Arms: el último gran compositor de hits veraniegos, para bailar al lado de la playa sorbiendo algún trago de dudosa composición y colores chillones, chicas jugando al volleyball en minúsculas bikinis y cortas faldas, pelotas enormes a rayas multicolores, shorts de baño. En cambio saca un disco excelente, digno de dominar los charts (“Lisa Riley”, por el amor de dios!) y que me tomó meses encontrar en el slsk. En fin…la historia (quizás) le de la razón.
03. The Knife - Silent Shout
Cuando Arturo me dijo, alrededor de febrero, “¿Has escuchado el último disco de The Knife?” y me lo vendió como un disco gélido, oscuro, hasta casi de terror, no me imaginaba que escucharlo seria similar a caminar por una casa en semipenumbras, esperando que detrás de los beats helados (argento podría hacer una película) y las voces femeninas espectrales, salte el asesino serial que te corte la yugular. Por más que los sintetizadores te vendan un grupo que aparenta querer hacer bailar a la gente, uno siente que detrás de eso hay algo sumamente fucked up. Y, cuando meses después ví los videos, toda la perversidad de estos suecos quedo de alguna manera confirmada. Y aun hoy, que ya es verano y los días son insoportables, escuchar este disco es como entrar en un microcosmos donde siempre es invierno, donde siempre estas en un paraje desolado siendo perseguido por Pie Grande.
02. Hot Chip - The Warning
El disco que mas duró en mi equipo, el que dio vueltas y vueltas y no se agotó jamás. Es siempre difícil hablar del top 5, pero el disco de hot chip se me asemejó a alguien que es rechazado pero tiene la suficiente entereza de cuerpo para mantenerse riendo y bailar solo. Como “Dancing With Myself” o “Boys Don’t Cry”, este disco mantiene esa tradición, tan diferente al indie (que se enorgullece de su continua melancolía y fijación con antiguos traumas) de relaciones horribles superadas con una sonrisa y resignación, de equilibrio mantenido a través de las fiestas y los amigos, de reírse siempre un poco de uno mismo.
01. Grabba Grabba Tape - Kurt Kobaya y G.R.O.X. Man Odia Nirvana
A cualquiera le parecería un despropósito colocar en el lugar privilegiado a un disco que dura menos de 20 minutos, que esta compuesto de canciones electrónicas que todo el tiempo parecen estar riéndose de algo, que suena como un dúo de gamberros aporreando cacerolas y haciendo covers de alvin y las ardillas. Pero es que realmente esto es la música que me gustaría que exista en cantidades industriales, este es el genero que mas me gusta, ese difuso lugar donde la furia adolescente de las guitarras punk queda reemplazado por la destrucción sistemática de sintetizadores y equipos de sonido caros, el disco que mas espere durante el año y que mas feliz me hizo, que cada vez que terminaba tenía que escuchar de nuevo, entero, porque al ser tan corto permite esa gimnasia maravillosa del winamp de la repetición incesante. Y es que de alguna manera siento que todos deberían tomarse la música con esta misma despreocupación y diversión. Al pop y rock últimamente le falta reírse mas y este año, que tuvo sus momentos altos y sus momentos bajos, que fue turbulento y raro, siempre era bueno saber que existían dos tipos vestidos de yetis rosas dándole al vocoder. Y que yo podía divertirme con ellos.
Nacionales (en ningún orden particular)
. Hernán Martínez – El Prestidigitador (o las canciones más lindas que escuche en mucho tiempo, continuando esa ruta tan grata que abrió con Voltura).
. Norma – Rock 2 Tonos (gracias a Norma por darnos el disco de Wire que estos nunca grabaron después de Pink Flag.)
. El Mató A Un Policía Motorizado – Un Millón De Euros (los El Mató siguen haciendo esos himnos juveniles que tan bien les salen y no podemos pedirles mas, creo que son la única banda que aparece ininterrumpidamente en estos conteos, en los últimos 3 años)
. Coiffeur – Primer Corte (el disco que represento el amor para mi este año. Eso nomás).
. Monoambiente – Monoambiente (al fin una banda tucumana que suena bien, que varia entre sus compositores, que tienen un plan de largo plazo con respecto a su música, que crece con cada adición, en la cual todos tienen peso. El disco no es un buen medidor de lo excelente banda que es en vivo, pero si es un indicador de algo que hizo que vivir este año en San Miguel de Tucumán fuese menos horrible y hasta muy divertido.)
. Roquenzo – Malísimo (todavía no salio, pero lo escuche hace unas horas y puedo confirmar que tenemos al primer cantautor noise de Tucumán y eso es fabuloso).
. Pompas – Miedo (es del año pasado, pero lo conocí este año. “Tigra” fue ineludible todo a lo largo de un febrero tórrido, depresivo y extraño que Pompas se banco como el mejor amigo que te aguanta tus neurosis).
. Amelia – Demasiados Nombres Para Pocas Personas (al fin un disco indie del Río de la Plata que tiene las influencias correctas, que se preocupa por hacer eso que el indie siempre hizo tan bien: pequeñas grandes canciones hermosas que puede cantar tu hermana o el diarero. Y “Desencuentro” fue LA canción del verano.)
. Baseball Furies – The Four Sided Triangle Ep (rock! especial!. si estos pibes se ponen las pilas el año que viene y graban su disco, probablemente sean la banda a ponerle todas las fichas para estallar como una de las cosas mas interesantes que se hicieron en Buenos Aires en mucho tiempo. Vuélvanse noise, muchachos).
. Prietto Viaja Al Cosmos Con Mariano – Experiencias del Salón Cósmico (pero en realidad lo que me enloqueció de ellos fue verlos en vivo, tres veces, durante este año. Terrible lo que estos enfermos ponen en el escenario cada vez que se suben a el. Es increíble la versatilidad con la que se amoldan al estado de la audiencia y, además, después de verlos tocar un set absolutamente abrumador y ruidoso en un boliche donde la gente quería bailar house, se volvieron mis ídolos).
. La Patrulla Espacial – Boogie En La Luna Ep (aunque me gustan más otros proyectos de ellos, la sola caradurez de mezclar Pappo con Spacemen 3 merece los más altos aplausos).
Canciones.
. Jarvis Cocker – Fat Children
. The Klaxons – Gravity’s Rainbow (Van She Remix)
. The Delays – Valentine
. The Hold Steady – Massive Nights
. Teddybears Ft. Robyn – Girliestyle
. Slagsmalsklubben – Kasta Sten
. The Similou – All This Love
. Grabba Grabba Tape – Dr. Groxtronix And Lil Kul Low
. Melody Club – Destiny Calling
. The Tough Alliance – 25 Years Runnin’
. Tv On The Radio – Wolf Like Me
. The Horrors – Sheena Is A Parasite
. The Baseball Furies – M.I.R. Radio
. Amelia – Desencuentro
. Mission Of Burma – 2wice
. Yo La Tengo – Sometimes I Don’t Get You.
. The Thermals – A Pillar Of Salt
. Sambassadeur – Kate
. Monoambiente – Mandarinas
. Hot Chip – Over And Over
Comics
Por momentos siento que fue un año flaquísimo en cuestión comiquera. Un año que estuvo dominado por Crisis Infinitas del Continuum Temporal de la Guerra Civil. Un año en que predomino de una manera asquerosa el negocio. Bah, siempre predomina el negocio, lo feo fue notar como nos cogían de parados, sin forro y haciendo aspaviento de ello, encima. Pero de entre toda la maraña de cosas inmundas que nos tuvimos que comer, entre cada puño de Superboy, cada clon de Thor, cada vomito de Stratosky, hay cosas que merecen ser rescatadas. Esta es una lista corta, de lo primero que se me viene a la cabeza, enumerado todo rápidamente y sin pensar mucho. Estoy seguro que esto es un pequeñísimo terreno conocido y en los años que vienen descubriré muchas mas cosas, pero siempre con delay. En fin, que esto fue lo que me mantuvo con entusiasmo en un año particularmente negro:
. Casanova (Matt Fraction & Gabriel Bá)
. Legion Of Superheroes (Mark Waid & Barry Kitson)
. Seven Soldiers (el numero 1, el mejor numero uno del año. Grant Morrison & J.H. Williams)
. All Star Superman (Morrison & Quitely)
. Super Fuckers (James Kochalka)
. She Hulk (Dan Slott, Bobillo et al)
. X-Factor (Peter David, Ryan Sook y muchos dibujantes fill in que no recuerdo)
. Solo 12 (Brendan McCarthy)
. Nextwave (Warren Ellis
. Blue Beetle (Keith Giffen, John Rogers & Cully Hamner)
. Superman – Up Up and Away (Kurt Busiek & Pete Woods)
. Batman Year 100 (Paul Pope)
. Fantastic Four / Iron Man: Big In Japan (Zeb Wells & Seth Fischer)
. 52 (A veces, algunas cosas, gracias al señor por Will Magnus y Buddy Baker. Morrison, Waid, Johns, Rucka, Giffen y muchos cyphers)
. Historietas Reales (mucha gente, todos muy buenos)
Descubiertos
. Courtney Crumrin (Ted Naifeh)
. Fantastic Four (Mark Waid & Mike Wieringo)
. Daredevil (Bendis & Maleev)
. Hitman (el final, que nunca habia leido, uno de los mas lindos de la historia. Ennis & McCrea)
. Uzumaki (Junji Ito)
. Maakies & Sock Monkey (Tony Millionaire)
. La Mazmorra (Sfar, Trondheim y mucha gente)
. Gumby Summer Fun Special (Burden & Adams)
. I Never Liked You (Chester Brown)
. “Shhhh…” y “Hey, Wait…” (Jason)
. Arsenic Lullaby (Douglas Paszkiewicz)
Libros
Como siempre, no leí nada de lo publicado este año, porque los libros para mi llegan completamente desfasados y, de hecho, eso es parte de su magia. Es encantador que sea la única industria aun no chupada completamente por los mecanismos de consumo que se impusieron en la música o el cine y que sea, básicamente, lo único que aun disfruto comprar y buscar. Que tenga ese grado de arcaísmo hermoso.
En fin, fue un año muy Vonnegut, leyendo “Matadero 5” y “La Pianola”, también cayeron en mis manos un par de libros de música, “Our Band Could Be Your Life” de Azerrad y el “Rip It Up And Start Again” de Reynolds que me devoré con avidez y placer, me regalaron las entrevistas del Comics Journal a escritores de los 70 y 80 y fue el mejor regalo del mundo (thanks, liliput).
Creo que todo comenzó, en enero, leyendo Hunter S. Thompson: “Miedo y Asco En Las Vegas” y “Dias de Ron”, con lo cual se instaló definitivamente entre mis héroes y terminó con Bolaño, con “Los Detectives Salvajes” que hizo que me enamorara de el, de su escritura, del DF y de Ulises Lima. Y la mitad del año estuvo marcada por “Goodbye To All That” esa obra maravillosa de Robert Graves que funciona simultáneamente como una historia de la Primera Guerra Mundial, un retrato de un ingles de clase media alta de principios de siglo y un reflejo del joven escritor iniciándose.
Y, claro, no hay que olvidar el monolito de Los Sorias, que recompenso mi empeño con muchas horas de alegría.
Cine.
No tengo la más puta idea.
Por último: gracias a los freaks, neuróticos, enfermos, drogadictos, payasos, histéricas, nerds y obsesivos que me rodearon todo el año e hicieron que este lugar perdido de Dios sea soportable.
viernes, diciembre 22, 2006
martes, diciembre 12, 2006
Queriamos Tanto A Gorky's.
Merched Yn Neud Gwallt Eu Gilydd
Miss Trudy
Sweet Johnny
Spanish Dance Troupe
(dedicado a Dario, que me pasó el link a la primera canción y quiere aprender a hablar galés.)
Miss Trudy
Sweet Johnny
Spanish Dance Troupe
(dedicado a Dario, que me pasó el link a la primera canción y quiere aprender a hablar galés.)
viernes, diciembre 08, 2006
Tortas Galesas, Hongos Alucinógenos, Etc.
Lucas says:
che, que increíble lo de gruff rhys
ulises lima says:
siiiiiiiiiiiiiiii
ulises lima says:
que HIJOS DE PUTA
ulises lima says:
que ganas de irme a esquel
Lucas says:
es mañana, no llegamos
Lucas says:
5 pesos!
Lucas says:
no se puede creer
Lucas says:
encima no se enteró nadie acá
Lucas says:
de haber sabido daba para traerlo a la capital
ulises lima says:
5 PESOS!
ulises lima says:
como vino?
ulises lima says:
que tiene parientes?
ulises lima says:
ahi?
ulises lima says:
en gaiman?
Lucas says:
debe tener, si, por ahí hay muchos galeses
Lucas says:
en uan época iban a hacer un split con grand prix a beneficio de algo de ahí
(...)
Lucas says:
cuánta gente habrá en esquel fan de los super furry?
Lucas says:
es tremendo, no puedo dejar de pensar en eso
ulises lima says:
jajajajajaja
ulises lima says:
no se...
Lucas says:
que mutante el chabón
ulises lima says:
seguro va todo el pueblo!
ulises lima says:
posta que fue a visitar familia
ulises lima says:
va a haber niños
ulises lima says:
señoras gordas
ulises lima says:
tios con paraguas
ulises lima says:
y adolescentes fumando porro
Lucas says:
quiero iiiiiiiiiiiiiiiiir
Lucas says:
o sea, es OBVIO que ese es el show del año
Lucas says:
gruff rhys en esquel!
Lucas says:
es demasiado
ulises lima says:
yo taaaaaaaambieeeeeen
ulises lima says:
por dios
Lucas says:
además es obvio que pinta ponerse a charlar con el chabñon
Lucas says:
y pedirle, no se, tocate una de los gorkys
Lucas says:
jajaja
ulises lima says:
claroooooooo
ulises lima says:
seguro
ulises lima says:
pedirle
ulises lima says:
"tocate una de mclusky, que son galeses tambien!"
ulises lima says:
"tocate una de cale"
ulises lima says:
lo paseas por la historia de la musica galesa
ulises lima says:
seguro es re piola
(conversación mantenida con el amigo Lucas G. hoy a raíz de esto)
jueves, diciembre 07, 2006
Alrededor Del Mundo en 10 Mugrosas Graphic Novels
Últimamente, como siempre, vengo acumulando grandes cantidades de comics en mi disco duro. Lo interesante, quizás, es que me he corrido un poco hacia el terreno de la novela grafica auto conclusiva, alejada de los tradicionales hombres en calzas, y que, por otro lado, que estoy mas cosmopolita que nunca, leyendo a gente de Canadá, Francia, Noruega, Estados Unidos, España, etc.
Y como en la última semana me había encontrado con una selección particularmente fuerte y de una calidad superlativa, pensé que lo mejor que podía hacer era escribir algo sobre ellas y compartirlas con cualquiera que lea este blog. Así que aquí están, 10 novelas gráficas totalmente alucinantes que les haría bien leer, al menos para comprobar que las capacidades del comic son ilimitadas.
Si, bueno, no hay nada de Japón. Sue me.
(Pd: como siempre, todo se lee con el CDisplay).
Hey, Wait... . Jason.
Jason es un dibujante noruego, conocido por su estilo de dibujo claro, reminiscente a la línea clara de Hergé, pero quizás más cartoony y cuadrado. Sus personajes son siempre perros, conejos, pájaros antropomórficos que, como suele ser en este caso, son humanos disfrazados. En general, la manera en que cuenta sus historias es bastante despojada, incluso llegando a prescindir completamente de los diálogos y apoyándose mucho en las elipsis, los grandes bloques de blanco y negro, la sugestión.
Esta es la primera novela grafica que publicó Fantagraphics en inglés y trata sobre dos amigos de la infancia y lo que sucede cuando uno de ellos crece. Es hermosamente triste y tiene unos trazos de realismo mágico perfectamente dosificado que le confieren a la historia un aire irreal, al mismo tiempo que los sentimientos y eventos que describe están firmemente plantados en la realidad. Esto de alguna manera es lo que lo salva de ser otra historieta de dibujantes indies depresivos. Jason nunca te fuerza la tristeza o la angustia por tu cuello, sino que te la transmite con sobriedad y gracia. Por eso es tan bello y por eso uno sale de leer esto sintiéndose melancólico pero “elevado”. Como ver una muerte especialmente hermosa y pacifica, quizás.
Diario de Nueva York . Julie Doucet.
Julie Doucet es una dibujante canadiense que forma parte de la troupe de Drawn And Quaterly (como Chester Brown, Seth y James Sturm) y tiene esa veta autobiográfica tan común entre los dibujantes indie. Esta historieta es, como el titulo lo describe, un diario en forma de comic de sus días en Nueva York. Doucet se va buscando el amor y termina escapándose de eso mismo.
Se que sonara estúpido, pero me sorprendieron dos cosas de la novela gráfica: por un lado la honestidad con la que Doucet describe su vida en Nueva York, drogas incluidas (creo que nunca había visto una historia autobiográfica de la nueva generación con tanta droga, considerada como una parte normal de la vida, lo cual me recuerda un tanto a los comix underground de los 60) y la sensación lentamente opresiva que va permeando la historia a medida que el novio de Doucet se va convirtiendo en un ser cada vez mas desesperado e insoportable. Por otro lado, el tono caricaturesco del dibujo lo ata todo aun más a los comix sesentosos: cucarachas, enormes cantidades de objetos tirados en el piso, basura, discos, juguetes, libros. Todo parece una continua acumulación de detalles, que jamás se vuelven obtrusivos porque funcionan como elementos del fondo de un dibujo animado, algo para darle color. Y también como una escenificación de lo precario de su vida.
Además, en este tomo esta incluida la historia de cómo nuestra autora perdió la virginidad y es muy rara y border, hasta impulsiva, pero contada con una naturalidad asombrosa, sin ninguna de las neurosis que rodean al tema para los hombres. Ah, que hermosa es la perspectiva femenina.
Non, Non, Non . Lewis Trondheim
El muchacho Trondheim es uno de los capos de L’Association, un grupo de historietistas franceses que se consideran a si mismos “la vanguardia” del comic galo. Dentro de esos muchachos iconoclastas (que ya no lo son tanto, si consideramos que L’Association se formó en el 90 y hoy están bastante aceptados, hasta el punto de que Trondheim recibió este año el Grand Prix de la ville d'Angoulême, en el festival del mismo nombre, el mas prestigioso de Europa) podemos encontrar a gente del talle de David B., Sfar o Manu Larcenet.
Trondheim, por otro lado, es una bestia, trabaja a destajo y produce muchísimos álbumes cada año, desde su serie Lapinot (las historias de un conejo antropomorfo y sus amigos) hasta historias autobiográficas, pasando por su trabajo en “La Mazmorra” con Sfar, Larcenet y otros secuaces de L’Association. En el 2004 decidió que se iba a “retirar”, lo cual en realidad significaba producir menos comics por año pero aun con un promedio bastante elevado para sus pares.
Este es uno de esos álbumes que parecen escritos y producidos casi como un “after thought”, como un descarte, durante una noche. 22 paginitas mudas que cuentan la historia de un hombre al que no lo dejan decir no y las consecuencias que eso produce en su vida. Pero es fabulosa la manera en que Trondheim (que es un capo en los comics mudos, como “La Mouche” atestigua) condensa y comunica con unos pocos trazos y un gran manejo de la plasticidad y las expresiones toda una gama de sensaciones y una historia graciosísima y ridícula. Recomendadísimo para las siestas de sábado aburridas.
Rogan Gosh . Peter Milligan y Brendan McCarthy.
De los muchos (y muy talentosos) colaboradores de Peter Milligan, sin duda Brendan McCarthy ha sido el mejor. McCarthy es tan grande que tuvo que dejar los comics para poder dedicarse a delirar con el apoyo de estudios de Hollywood. Como si su laburo en Paradax o Strange Days no fuese suficiente, encima es el co-creador de Danny The Street (junto con Grant Morrison). Hace poquito retornó a los comics para dibujar el ultimo número de “Solo”, la serie de DC, que recomiendo enormemente.
Y esta graphic novel es, probablemente, lo mejor que hicieron juntos. Un protagonista cuyo nombre es tomado de un plato hindú, opio, Rudyard Kipling, referencias a la religión hindú, karmanautas, chabones que organizan raves y se suicidan y una historia caleidoscópica, repleta de capas y subtextos que se desarrollan al mismo tiempo, conforman los principales ingredientes. Un delirio fabuloso, en el cual, como en las mejores obras, se nota que los autores se la estaban pasando bomba mientras lo escribían y dibujaban.
Es como un hermanito menor de Flex Mentallo (en la manera en que esta narrada, no en los temas, que son bastante diferentes) y debería ser venerada y puesta al lado de lo mejor de Moore. Al igual que Enigma. O Shade The Changing Man. Pero Milligan es un poco como el Kinks de los comics: el increíblemente talentoso escritor que permanece en las sombras y produce su mejor trabajo ahí, y probablemente sea descubierto y canonizado dentro de 20 años.
St. Swithins Day . Grant Morrison y Paul Grist
Siempre que leo St. Swithins Day pienso en que es el comic que comprime de manera perfecta lo que fueron los Smiths en los 80 y, en manera mas general, lo que fue gran parte del pop inglés de los 80. En este comic estan Orange Juice, Jesus And Mary Chain, The Pastels, toda la movida C-86, The Housemartins y hasta Madness. O sea, encapsulado en unas 25 páginas, toda la sensación de una época, justo antes de que llegase Madchester, el acid house, se fuese Tatcher y todo pareciese más divertido y alegre en las islas.
Como en las letras de Morrissey, el protagonista es un joven depresivo casi hasta el punto del autismo, un tipo inteligente pero paralizado por su propia inteligencia y sensibilidad, un chico cuasi indie que se propone hacer algo muy sencillo: dispararle a Margaret Tatcher. Pero lo lindo es que, a diferencia de tantos jóvenes angustiados que leen a Morrissey como si fuese Dios y nunca logran escapar a los cantos de sirena de la depresión adolescente presente en sus letras, este tiene su catarsis, su fin y su final feliz. Además lo dibuja Paul Grist, hermoso, como siempre, sencillo, sutil y pop.
Arzach . Moebius
En los 80 Jean Giraud ya era Moebius y todos se caían de culo frente a él. Lo más terrible era que los trabajos más innovadores del género todavía se encontraban por delante suyo.
A principios de los 80 comienza “El Incal” con el loco Jodorowsky, larga también con “El Garaje Hermético” y, por último, arranca a dibujar unas historias abstractas, mudas, rarísimas, con un protagonista que se llama Arzach y cabalga una especie de pterodactilo gordo en medio de una paisaje surreal. Con el paso del tiempo, estas historias serian consideradas como de las más innovadoras y expresivas del autor francés y se llegarían a publicar en todos lados y a compilar en un álbum. De vez en cuando Moebius aun despunta el vicio y se escribe algo sobre este personaje.
Sobre las historias, no hay mucho más que decir que lo que se dijo arriba. Son bellísimas, están contadas con una capacidad narrativa increíble y anda a saber que ejemplifican específicamente. Para mi lo mejor es leerlas como quien recuerda un sueño y asombrarse que haya historietistas que puedan hacer estas cosas. Y después dicen que el comic no es un arte.
(P.D.: el álbum es el original francés, la mayoría de las historias son mudas, pero hay una al principio y otra al final que no. Por lo tanto, el que sepa francés disfrutara más de lo que yo lo hice).
El Último Recreo . Carlos Trillo y Horacio Altuna
Nunca antes había hablado de un comic argentino, creo. Y es porque en general no los leo, porque la canonización de Oesterheld me tiene las pelotas llenas y porque creo que algunos de los mejores historietistas que produjo la argentina se quedaron sin lugar donde publicar en la última década. Por ejemplo: ¿porque mierda no hay un buen libro del Niño Rodríguez?. ¿Que pasa que Lucas Varela no es considerado DIOS?. En fin.
Dentro del pequeño mundo del comic argento que conozco y me agrada, el guionista que siempre me pareció el mejor, por su capacidad para contar buenas historias sin recaer en simbolismos obvios y baratos, fue Carlos Trillo. Desde que me encontré Cybersix en las páginas de Comiqueando que me parece uno de los mejores (si no el mejor) narrador argentino. Y hace poquito tuve la fortuna de que caiga en mis manos esta historieta, bellamente dibujada por Altuna (antes de que se dedicase a pajearse con sus chicas solamente) y que tenía ganas de leer hace mucho. La premisa es sumamente sencilla: en la última de las guerras se tira una bomba llamada “Sexbomb” y mata a todos aquellos que han alcanzado la madurez sexual. Entonces, los únicos que quedan son los niños.
A partir de aquí Trillo y Altuna desarrollan un mundo en el cual la premisa “los niños son crueles” se cumple a rajatabla. Antes que caer en un utopismo desesperado, lo que te muestran es como, en definitiva, toda la basura de los adultos ya esta en los niños. Y lo contrario también: como, en medio de los despojos y la destrucción, todavía hay esperanza. Lo más inteligente del planteo es la manera en que Trillo enfatiza, a contramano con la filosofía imperante, que lo que quieren los personajes es crecer, dejar de ser niños, llegar a ocupar un mundo adulto.
En esta época de infantilismo desesperado, eso no es poca cosa.
Eightball 23: “The Death Ray” . Daniel Clowes
O “y llegó el día en que Daniel Clowes hizo superhéroes”. Y después de este numero único, no tuvo que hacer nada más, porque en típica tradición cloweiana, ya había dicho todo lo que había que decir sobre el género, de una manera diferente y genial.
Básicamente es eso, que pasaría si un “superhéroe” viviese en el mundo real. A diferencia de todos los intentos “grim ‘n’ gritty” de los 80, en los que lo que se intentaba era inyectar elementos del mundo exterior a un genero que no se intentaba renovar, lo que Clowes hace acá es dar vuelta los términos del intercambio e insertar uno o dos elementos fantásticos dentro de una realidad férrea y absoluta. Y, como era de esperarse, nada sale como debiera salir, todo tiene un regusto amargo y cínico y nos damos cuenta de que quizás los superhéroes no sean una tan buena idea. O sea: todo lo que Gary Groth viene gritando hace 25 años, Clowes lo resuelve mostrando. Que genio que es, la puta que lo parió.
Bardín Baila Con La Más Fea . Max Et Al
Max es lo más cercano que tienen los españoles a un pope del comic independiente. Un tipo que estuvo entre los fundadores de “El Víbora”, que publicó el personaje punk por antonomasia (“Peter Pank”), que se dedicó al comic autobiográfico antes que se ponga de moda, que publicó de manera independiente una antología (“Nosotros Somos Los Muertos”) con lo mejor del indy mundial y que hoy por hoy es una figura señera dentro de los comics españoles y en Estados Unidos es publicado por Fantagraphics.
Con el paso de los años su producción historietística menguó bastante, ya que le comenzó a dar más importancia a su trabajo como ilustrador, pero en el 2000 concibió a Bardín, este personaje rarísimo. Un tipo normal al que El Perro Andaluz (el personaje en el que se inspiró la película) le concede los poderes que le robo a Buñuel y a Dalí luego de pelearse con ellos (de Buñuel solo unos cuantos, pero a Dalí le robó todos). A partir de ahí, Max se divierte con la cosmogonía, el surrealismo, la metafísica, la teología chanta y otras cosas complicadas que uno nunca se hubiese imaginado que serían tan divertidas. Sacó dos números de este particular proyecto, que este año fueron recopilados por Fantagraphics en un solo tomo. Este es el segundo, una especie de super extravaganza artística, dibujado por miles de amigotes de Max (como 100, uno por viñeta) donde Bardín desafía a la Muerte y baila con ella. Precioso, poético e ilustrado de la reputísima madre. O del reputísimo coño, quizás.
Manhunter . Archie Goodwin y Walt Simonson
Porque me puedo hacer muy el raro, pero en el fondo mi primer amor son los superhéroes. Estas historietas de Manhunter, publicadas originalmente en Detective Comics #437 - #443 como backups, han llegado a ser consideradas clásicos absolutos del género y con justa razón. Lo interesante es como Goodwin y Simonson transforman un personaje entre miles, un cypher de la Golden Age, en alguien que se asemeja más a una cruza entre el Corto Maltés (por la aventura) y James Bond (por la tecnología y los villanos rocambolescos). O sea: esto de superhéroe, en realidad, tiene bastante poco. Quizás solo los trajes. Es mucho más parecido a un comic de aventuras de alto octanaje y velocidad, divertidísimo, violento, con un Simonson en estado de gracia y un Goodwin haciendo lo que mejor hacía: contar historias sólidas, con personajes redondeados y acción sin parar. No es casualidad que este sea un tipo que se crió leyendo comics de la E.C. y que siempre quiso reproducirlos (como cuenta en su entrevista en el libro del Comics Journal, pero se viene un post dedicado a ello).
Anyway, un clásico del genero, pero que casi no es del genero, un contrabando hermoso de parte de estos dos locos, tipos que aman (amaba, en el caso de Goodwin) al comic como pocos, de esos que hacen falta unos cuantos mas, y un perfecto cierre.
Y como en la última semana me había encontrado con una selección particularmente fuerte y de una calidad superlativa, pensé que lo mejor que podía hacer era escribir algo sobre ellas y compartirlas con cualquiera que lea este blog. Así que aquí están, 10 novelas gráficas totalmente alucinantes que les haría bien leer, al menos para comprobar que las capacidades del comic son ilimitadas.
Si, bueno, no hay nada de Japón. Sue me.
(Pd: como siempre, todo se lee con el CDisplay).
Hey, Wait... . Jason.
Jason es un dibujante noruego, conocido por su estilo de dibujo claro, reminiscente a la línea clara de Hergé, pero quizás más cartoony y cuadrado. Sus personajes son siempre perros, conejos, pájaros antropomórficos que, como suele ser en este caso, son humanos disfrazados. En general, la manera en que cuenta sus historias es bastante despojada, incluso llegando a prescindir completamente de los diálogos y apoyándose mucho en las elipsis, los grandes bloques de blanco y negro, la sugestión.
Esta es la primera novela grafica que publicó Fantagraphics en inglés y trata sobre dos amigos de la infancia y lo que sucede cuando uno de ellos crece. Es hermosamente triste y tiene unos trazos de realismo mágico perfectamente dosificado que le confieren a la historia un aire irreal, al mismo tiempo que los sentimientos y eventos que describe están firmemente plantados en la realidad. Esto de alguna manera es lo que lo salva de ser otra historieta de dibujantes indies depresivos. Jason nunca te fuerza la tristeza o la angustia por tu cuello, sino que te la transmite con sobriedad y gracia. Por eso es tan bello y por eso uno sale de leer esto sintiéndose melancólico pero “elevado”. Como ver una muerte especialmente hermosa y pacifica, quizás.
Diario de Nueva York . Julie Doucet.
Julie Doucet es una dibujante canadiense que forma parte de la troupe de Drawn And Quaterly (como Chester Brown, Seth y James Sturm) y tiene esa veta autobiográfica tan común entre los dibujantes indie. Esta historieta es, como el titulo lo describe, un diario en forma de comic de sus días en Nueva York. Doucet se va buscando el amor y termina escapándose de eso mismo.
Se que sonara estúpido, pero me sorprendieron dos cosas de la novela gráfica: por un lado la honestidad con la que Doucet describe su vida en Nueva York, drogas incluidas (creo que nunca había visto una historia autobiográfica de la nueva generación con tanta droga, considerada como una parte normal de la vida, lo cual me recuerda un tanto a los comix underground de los 60) y la sensación lentamente opresiva que va permeando la historia a medida que el novio de Doucet se va convirtiendo en un ser cada vez mas desesperado e insoportable. Por otro lado, el tono caricaturesco del dibujo lo ata todo aun más a los comix sesentosos: cucarachas, enormes cantidades de objetos tirados en el piso, basura, discos, juguetes, libros. Todo parece una continua acumulación de detalles, que jamás se vuelven obtrusivos porque funcionan como elementos del fondo de un dibujo animado, algo para darle color. Y también como una escenificación de lo precario de su vida.
Además, en este tomo esta incluida la historia de cómo nuestra autora perdió la virginidad y es muy rara y border, hasta impulsiva, pero contada con una naturalidad asombrosa, sin ninguna de las neurosis que rodean al tema para los hombres. Ah, que hermosa es la perspectiva femenina.
Non, Non, Non . Lewis Trondheim
El muchacho Trondheim es uno de los capos de L’Association, un grupo de historietistas franceses que se consideran a si mismos “la vanguardia” del comic galo. Dentro de esos muchachos iconoclastas (que ya no lo son tanto, si consideramos que L’Association se formó en el 90 y hoy están bastante aceptados, hasta el punto de que Trondheim recibió este año el Grand Prix de la ville d'Angoulême, en el festival del mismo nombre, el mas prestigioso de Europa) podemos encontrar a gente del talle de David B., Sfar o Manu Larcenet.
Trondheim, por otro lado, es una bestia, trabaja a destajo y produce muchísimos álbumes cada año, desde su serie Lapinot (las historias de un conejo antropomorfo y sus amigos) hasta historias autobiográficas, pasando por su trabajo en “La Mazmorra” con Sfar, Larcenet y otros secuaces de L’Association. En el 2004 decidió que se iba a “retirar”, lo cual en realidad significaba producir menos comics por año pero aun con un promedio bastante elevado para sus pares.
Este es uno de esos álbumes que parecen escritos y producidos casi como un “after thought”, como un descarte, durante una noche. 22 paginitas mudas que cuentan la historia de un hombre al que no lo dejan decir no y las consecuencias que eso produce en su vida. Pero es fabulosa la manera en que Trondheim (que es un capo en los comics mudos, como “La Mouche” atestigua) condensa y comunica con unos pocos trazos y un gran manejo de la plasticidad y las expresiones toda una gama de sensaciones y una historia graciosísima y ridícula. Recomendadísimo para las siestas de sábado aburridas.
Rogan Gosh . Peter Milligan y Brendan McCarthy.
De los muchos (y muy talentosos) colaboradores de Peter Milligan, sin duda Brendan McCarthy ha sido el mejor. McCarthy es tan grande que tuvo que dejar los comics para poder dedicarse a delirar con el apoyo de estudios de Hollywood. Como si su laburo en Paradax o Strange Days no fuese suficiente, encima es el co-creador de Danny The Street (junto con Grant Morrison). Hace poquito retornó a los comics para dibujar el ultimo número de “Solo”, la serie de DC, que recomiendo enormemente.
Y esta graphic novel es, probablemente, lo mejor que hicieron juntos. Un protagonista cuyo nombre es tomado de un plato hindú, opio, Rudyard Kipling, referencias a la religión hindú, karmanautas, chabones que organizan raves y se suicidan y una historia caleidoscópica, repleta de capas y subtextos que se desarrollan al mismo tiempo, conforman los principales ingredientes. Un delirio fabuloso, en el cual, como en las mejores obras, se nota que los autores se la estaban pasando bomba mientras lo escribían y dibujaban.
Es como un hermanito menor de Flex Mentallo (en la manera en que esta narrada, no en los temas, que son bastante diferentes) y debería ser venerada y puesta al lado de lo mejor de Moore. Al igual que Enigma. O Shade The Changing Man. Pero Milligan es un poco como el Kinks de los comics: el increíblemente talentoso escritor que permanece en las sombras y produce su mejor trabajo ahí, y probablemente sea descubierto y canonizado dentro de 20 años.
St. Swithins Day . Grant Morrison y Paul Grist
Siempre que leo St. Swithins Day pienso en que es el comic que comprime de manera perfecta lo que fueron los Smiths en los 80 y, en manera mas general, lo que fue gran parte del pop inglés de los 80. En este comic estan Orange Juice, Jesus And Mary Chain, The Pastels, toda la movida C-86, The Housemartins y hasta Madness. O sea, encapsulado en unas 25 páginas, toda la sensación de una época, justo antes de que llegase Madchester, el acid house, se fuese Tatcher y todo pareciese más divertido y alegre en las islas.
Como en las letras de Morrissey, el protagonista es un joven depresivo casi hasta el punto del autismo, un tipo inteligente pero paralizado por su propia inteligencia y sensibilidad, un chico cuasi indie que se propone hacer algo muy sencillo: dispararle a Margaret Tatcher. Pero lo lindo es que, a diferencia de tantos jóvenes angustiados que leen a Morrissey como si fuese Dios y nunca logran escapar a los cantos de sirena de la depresión adolescente presente en sus letras, este tiene su catarsis, su fin y su final feliz. Además lo dibuja Paul Grist, hermoso, como siempre, sencillo, sutil y pop.
Arzach . Moebius
En los 80 Jean Giraud ya era Moebius y todos se caían de culo frente a él. Lo más terrible era que los trabajos más innovadores del género todavía se encontraban por delante suyo.
A principios de los 80 comienza “El Incal” con el loco Jodorowsky, larga también con “El Garaje Hermético” y, por último, arranca a dibujar unas historias abstractas, mudas, rarísimas, con un protagonista que se llama Arzach y cabalga una especie de pterodactilo gordo en medio de una paisaje surreal. Con el paso del tiempo, estas historias serian consideradas como de las más innovadoras y expresivas del autor francés y se llegarían a publicar en todos lados y a compilar en un álbum. De vez en cuando Moebius aun despunta el vicio y se escribe algo sobre este personaje.
Sobre las historias, no hay mucho más que decir que lo que se dijo arriba. Son bellísimas, están contadas con una capacidad narrativa increíble y anda a saber que ejemplifican específicamente. Para mi lo mejor es leerlas como quien recuerda un sueño y asombrarse que haya historietistas que puedan hacer estas cosas. Y después dicen que el comic no es un arte.
(P.D.: el álbum es el original francés, la mayoría de las historias son mudas, pero hay una al principio y otra al final que no. Por lo tanto, el que sepa francés disfrutara más de lo que yo lo hice).
El Último Recreo . Carlos Trillo y Horacio Altuna
Nunca antes había hablado de un comic argentino, creo. Y es porque en general no los leo, porque la canonización de Oesterheld me tiene las pelotas llenas y porque creo que algunos de los mejores historietistas que produjo la argentina se quedaron sin lugar donde publicar en la última década. Por ejemplo: ¿porque mierda no hay un buen libro del Niño Rodríguez?. ¿Que pasa que Lucas Varela no es considerado DIOS?. En fin.
Dentro del pequeño mundo del comic argento que conozco y me agrada, el guionista que siempre me pareció el mejor, por su capacidad para contar buenas historias sin recaer en simbolismos obvios y baratos, fue Carlos Trillo. Desde que me encontré Cybersix en las páginas de Comiqueando que me parece uno de los mejores (si no el mejor) narrador argentino. Y hace poquito tuve la fortuna de que caiga en mis manos esta historieta, bellamente dibujada por Altuna (antes de que se dedicase a pajearse con sus chicas solamente) y que tenía ganas de leer hace mucho. La premisa es sumamente sencilla: en la última de las guerras se tira una bomba llamada “Sexbomb” y mata a todos aquellos que han alcanzado la madurez sexual. Entonces, los únicos que quedan son los niños.
A partir de aquí Trillo y Altuna desarrollan un mundo en el cual la premisa “los niños son crueles” se cumple a rajatabla. Antes que caer en un utopismo desesperado, lo que te muestran es como, en definitiva, toda la basura de los adultos ya esta en los niños. Y lo contrario también: como, en medio de los despojos y la destrucción, todavía hay esperanza. Lo más inteligente del planteo es la manera en que Trillo enfatiza, a contramano con la filosofía imperante, que lo que quieren los personajes es crecer, dejar de ser niños, llegar a ocupar un mundo adulto.
En esta época de infantilismo desesperado, eso no es poca cosa.
Eightball 23: “The Death Ray” . Daniel Clowes
O “y llegó el día en que Daniel Clowes hizo superhéroes”. Y después de este numero único, no tuvo que hacer nada más, porque en típica tradición cloweiana, ya había dicho todo lo que había que decir sobre el género, de una manera diferente y genial.
Básicamente es eso, que pasaría si un “superhéroe” viviese en el mundo real. A diferencia de todos los intentos “grim ‘n’ gritty” de los 80, en los que lo que se intentaba era inyectar elementos del mundo exterior a un genero que no se intentaba renovar, lo que Clowes hace acá es dar vuelta los términos del intercambio e insertar uno o dos elementos fantásticos dentro de una realidad férrea y absoluta. Y, como era de esperarse, nada sale como debiera salir, todo tiene un regusto amargo y cínico y nos damos cuenta de que quizás los superhéroes no sean una tan buena idea. O sea: todo lo que Gary Groth viene gritando hace 25 años, Clowes lo resuelve mostrando. Que genio que es, la puta que lo parió.
Bardín Baila Con La Más Fea . Max Et Al
Max es lo más cercano que tienen los españoles a un pope del comic independiente. Un tipo que estuvo entre los fundadores de “El Víbora”, que publicó el personaje punk por antonomasia (“Peter Pank”), que se dedicó al comic autobiográfico antes que se ponga de moda, que publicó de manera independiente una antología (“Nosotros Somos Los Muertos”) con lo mejor del indy mundial y que hoy por hoy es una figura señera dentro de los comics españoles y en Estados Unidos es publicado por Fantagraphics.
Con el paso de los años su producción historietística menguó bastante, ya que le comenzó a dar más importancia a su trabajo como ilustrador, pero en el 2000 concibió a Bardín, este personaje rarísimo. Un tipo normal al que El Perro Andaluz (el personaje en el que se inspiró la película) le concede los poderes que le robo a Buñuel y a Dalí luego de pelearse con ellos (de Buñuel solo unos cuantos, pero a Dalí le robó todos). A partir de ahí, Max se divierte con la cosmogonía, el surrealismo, la metafísica, la teología chanta y otras cosas complicadas que uno nunca se hubiese imaginado que serían tan divertidas. Sacó dos números de este particular proyecto, que este año fueron recopilados por Fantagraphics en un solo tomo. Este es el segundo, una especie de super extravaganza artística, dibujado por miles de amigotes de Max (como 100, uno por viñeta) donde Bardín desafía a la Muerte y baila con ella. Precioso, poético e ilustrado de la reputísima madre. O del reputísimo coño, quizás.
Manhunter . Archie Goodwin y Walt Simonson
Porque me puedo hacer muy el raro, pero en el fondo mi primer amor son los superhéroes. Estas historietas de Manhunter, publicadas originalmente en Detective Comics #437 - #443 como backups, han llegado a ser consideradas clásicos absolutos del género y con justa razón. Lo interesante es como Goodwin y Simonson transforman un personaje entre miles, un cypher de la Golden Age, en alguien que se asemeja más a una cruza entre el Corto Maltés (por la aventura) y James Bond (por la tecnología y los villanos rocambolescos). O sea: esto de superhéroe, en realidad, tiene bastante poco. Quizás solo los trajes. Es mucho más parecido a un comic de aventuras de alto octanaje y velocidad, divertidísimo, violento, con un Simonson en estado de gracia y un Goodwin haciendo lo que mejor hacía: contar historias sólidas, con personajes redondeados y acción sin parar. No es casualidad que este sea un tipo que se crió leyendo comics de la E.C. y que siempre quiso reproducirlos (como cuenta en su entrevista en el libro del Comics Journal, pero se viene un post dedicado a ello).
Anyway, un clásico del genero, pero que casi no es del genero, un contrabando hermoso de parte de estos dos locos, tipos que aman (amaba, en el caso de Goodwin) al comic como pocos, de esos que hacen falta unos cuantos mas, y un perfecto cierre.
miércoles, noviembre 29, 2006
Botín
Cambié toda una colección de libros con versiones abreviadas de cuentos y novelas clásicas, dibujados por historietistas argentinos (Olivetti, Bobillo, no recuerdo quien más) en una librería local de usados y esto fue lo que me llevé:
- Los Alcohólicos - Jim Thompson: $3 (edición de Etiqueta Negra con una ambulancia vieja preciosa en la tapa completamente negra).
- Generación X - Douglas Coupland: $7 (toda marcada con lapicera azul en los costados y escrito en la pagina 25, con tinta negra: "Escribir sobre los vínculos c/ gente (mías, juego c/u con 3 o 4 adjetivos) ayer se me ocurrió").
- The Pump House Gang - Tom Wolfe: $3 (edición original en inglés, en otra librería estaba la versión de Anagrama a 40 pesos, ja!).
- La Huida - Jim Thompson: $5 (con una tapa con un fotograma de la película y, en la parte de atrás, una breve biografía del autor y una foto donde parece un autor beat y tiene los ojos entrecerrados mirando al horizonte).
- Los Vagabundos de Dharma - Jack Kerouac: $8 (edición de Losada, viejita, en la primera página hay tachado un precio con marcador negro que se trasluce a la página 2 subrayando "Salté a tierra...").
- El Gran Sueño de Oro - Chester Himes: $3 (perteneció a Alberto Herranz en 1994)
- Empieza el Calor - Chester Himes: $3 (había otra edición en mejor estado pero le faltaba la primera página).
Total: $32 pesos. Sale a $4,50 por libro, doña!.
- Los Alcohólicos - Jim Thompson: $3 (edición de Etiqueta Negra con una ambulancia vieja preciosa en la tapa completamente negra).
- Generación X - Douglas Coupland: $7 (toda marcada con lapicera azul en los costados y escrito en la pagina 25, con tinta negra: "Escribir sobre los vínculos c/ gente (mías, juego c/u con 3 o 4 adjetivos) ayer se me ocurrió").
- The Pump House Gang - Tom Wolfe: $3 (edición original en inglés, en otra librería estaba la versión de Anagrama a 40 pesos, ja!).
- La Huida - Jim Thompson: $5 (con una tapa con un fotograma de la película y, en la parte de atrás, una breve biografía del autor y una foto donde parece un autor beat y tiene los ojos entrecerrados mirando al horizonte).
- Los Vagabundos de Dharma - Jack Kerouac: $8 (edición de Losada, viejita, en la primera página hay tachado un precio con marcador negro que se trasluce a la página 2 subrayando "Salté a tierra...").
- El Gran Sueño de Oro - Chester Himes: $3 (perteneció a Alberto Herranz en 1994)
- Empieza el Calor - Chester Himes: $3 (había otra edición en mejor estado pero le faltaba la primera página).
Total: $32 pesos. Sale a $4,50 por libro, doña!.
lunes, noviembre 27, 2006
El Experimento Tres E.P.'s
En una época, hace muchísimo tiempo, Freaky Trigger tenía una sección que se llamaba “C-90 Go!” y que consistía en lo siguiente: una serie de artículos sobre mixtapes de música, escritos en el tiempo que tomaba escuchar ese cassette (o CD). Luego, el escritor tenía libertad para editarlo en cuanto a gramática, fluidez, sentido y precisión con los datos, pero no podía agregarle nada de sustancia. Esa era la única regla. Cada uno podía escribir cuanto quisiese de las canciones que quisiese en el disco y de la manera que mejor le parezca.
Siempre me pareció una idea fascinante, al menos como ejercicio de escritura y de escucha, ya que hay muchas cosas que uno capta en el momento mismo de escuchar algo y que luego pierde en la evocación. Seria como una foto lo mas precisa posible de tus respuestas a la música.
Y luego me encontré pensando que hay una banda a la que siempre retorno: The Beta Band, que cada vez que vuelvo a ella me parecen aun mas geniales y que “The Three E.P’s” es uno de los primeros discos que me apropie como un clásico no porque haya leído mucho sobre su leyenda o por su estatus ya mítico sino por la sobre – exposición obsesiva al mismo. Aun hoy me parece un disco perfecto y no puedo cansarme de escucharlo. Es un poco como observar un diamante en bruto desde todos los ángulos, temer su perfección y guardarlo para no quedar ciego.
La idea surgió del choque de estos dos estímulos: un disco perfecto y el recuerdo difuso de esa sección y gravitó en la parte trasera de mi cerebro durante meses. Esto esta escrito durante la escucha y esta editado minimamente. Siempre es buena cualquier excusa para volver a tragarse entero el “Three E.P.’s” y agradecer a Dios su existencia.
01. Dry The Rain: esta canción tiene casi 10 años y sigue siéndolo todo. Es casi como si en 1998 hubiese existido una especie de dimensión alternativa donde el LSD todavía circulaba como agua y se veneraba a Rocky Erikson, Syd Barret, Arthur Brown, donde habitaban bandas como The Beta Band y Neutral Milk Hotel. Que lindo hubiese sido vivir en ese país imaginario, que poco quedó de él. Pero a la vez la Beta Band tenía beats, lo cual la hermana a mucho de los experimentos electrónicos del período.
La entrada del estribillo es magistral, es el momento en que dan ganas de bailar angustiado, un baile verdaderamente catártico, no un baile de celebración. Que linda forma de melancolía que practicaba la Beta Band.
La inclusión de trompetas hace que este tema sea perfecto. La esperanza, eso son las trompetas. Que forma de levantar, ya es una canción de pista de baile!. Esta es la definición de hit mundial!.
Y logran construir esa euforia natural en contraste con una letra que habla de pastillas y depresión. De pronto son una banda de gospel y los padres espirituales de The Polyphonic Spree (y también demuestra que le deben mucho a los Beatles más psicodélicos).
Fin a toda orquesta.
02. I Know: Oh. Siempre sentí que esta canción era muy depresiva luego del éxtasis de Dry The Rain. Las primeras veces la pasaba de largo. Pero luego comencé a escuchar mucho más el disco y me di cuenta de la tremenda base funky que contiene.
Pero, otra vez, es un caramelo de arsénico, por que debajo de esa base funky hip hopera las letras son extrañeza y abatimiento por sobre todas las cosas. Y el punteo de guitarra es medio bluesero, lo cual tiene mucho sentido.
Un respiro, menos anthemica que Dry The Rain pero igualmente rica en su sutileza. Fin de castañuelas.
03. B + A: aquí me encanta siempre detenerme aquí porque el disco se pone muy abstracto pero muy bailable (de una manera minimalista).
B+A es como lo que intentaba hacer Radiohead en Kid A, pero grabado en antidepresivos y hongos y con la banda firmemente perdida en el bosque.
Y de pronto se vuelve una canción de rock. Parece una parodia de Mogwai. Quizás sea una canción de broma. Quizás realmente están parodiando a Mogwai. O a Radiohead. De cualquier modo, la Banda Beta era uno de esos grupos que si jugaban bromas, solo las entendían ellos y, de hecho, no les importaba que el mundo no las captase. En ese sentido siempre fueron zeroes.
Igual, volviendo a la música, de pronto logra otro de esos puntos épicos de la Beta Band, con tambores, una voz deforme, guitarras totalmente colgadas y desciende, desciende, desaparece. Fin de punteo.
04. Dog’s Got A Bone: vuelve el pop y la melodía!. Y quizás me de cuenta que me cuesta menos escribir sobre estas canciones.
Ese comienzo con el ¿acordeón? es magnifico. Primeras horas de la mañana, sentados en un porche en medio del Mississipi, la Beta Band se divierte tocando el banjo. Siempre sentí que era la primera canción expresamente feliz del disco.
La letra me confunde, igual, la analogía con el perro que tiene un hueso me hace pensar que la canta desde el punto de vista de haber logrado algo, de un lugar un poco mas feliz, pero todo el resto de los versos son bastantes tristes (otra vez ese engaño!). Igual son cantados, por primera vez, con una convicción o con un acompañamiento mucho más optimista, que quizás obscurece aun mas a la canción y la vuelve mas atractiva.
¿Podría ser esta una canción de fogón en un pueblo de niños criados comiendo hongos, leyendo Hans Christian Andersen y comics de Marvel de los 60?.
En otro orden de cosas: que bien le salían los finales a toda pompa a esta banda, la banda con mejores finales épico – decadentes de los 90. Fin de tambores.
05. Inner Meet Me: pasamos al segundo ep “The Patty Patty Sound”. El anterior siempre es considerado más cancionero que este. Pero, para mí, Inner Meet Me era como el quinto tema perfecto de “Champion Sounds”. Comienza con un sampleo de voz repetitivo y ruiditos de fondo similares a lanzamientos de cohetes y luego entra la guitarra y de pronto uno tiene la sensación de que se viene algo grueso. Y arranca con lo más parecido a folktronica que existió alguna vez (como canta Steve Mason, parece tener la lengua adormecida por inyecciones de heroína).
Leo la letra por primera vez y la primera frase (“last night i dreamt somebody feel asleep between my knees”) me da una gracia enorme y no se muy bien porque. Se me antoja una imagen ridícula, alguien durmiéndose entre tus rodillas. Por otro lado, la frase “never dream alone” que canta Mason como suerte de invocación es increíble por la manera en que evoca una imagen de soledad de una forma totalmente sutil, casi sin decirlo. Hasta podían acuñar grandes frases.
Y todo culmina como la banda de sonido del hundimiento de un gran submarino, bajo capas y capas de agua y reverb. Fin ahogado.
06. The House Song: increíble, increíble, increíble. Yo me imagino a la Hermandad de Dada bailando con esta canción, que sale de un equipo de música antiguo o de juguete o las dos cosas.
Me encantó siempre el gran sampleo de “Put it in your pocket for a rainy day /Sing your song and you know you're wrong now” y la línea de “I don’t know why I can’t think of a line” me parecía enormemente humorística de una manera totalmente torcida. Y en un momento te das cuenta que realmente esto es lo que la Beta Band entendía por una canción house. Los Beta Band eran demasiado raros para volverse famosos, aunque por dios, esta canción debería pasarse en una fiesta cuanto antes. Tiene palmas, tiene scratches, tiene cencerros antes de que James Murphy los pusiese de moda de nuevo. Si, esto es seguramente lo que los chiflados estos querían bailar en una fiesta. Porque es hipnótica y nada es mejor que la música hipnótica para bailar, aun cuando sea demasiado morosa para sostener un beat.
Y luego se dedican a sabotearla introduciendo ruidos aliens. Se transforma una lucha entre el ruido y el beat y triunfa el beat (que acabo de descubrir tiene muchísimo que ver con algo como Liquid Liquid o ESG, que capos eran!). Fin de ruido vengativo (y beat tribal).
07. Monolith: bueno, voy a hacerme un café y vuelvo.
El cuelgue fantabuloso del disco. Que hijos de puta, como van a comenzar tan caribeños, tan hawaianos. Es todo una mentira!. No dura ni un minuto. Después vuelve, pero hay ruidos de voces y pajaritos y aquí uno se da cuenta (si no vio la información y la duración) que en esta canción se dedican a freakear. Igual esta parte tiene una extraña cohesión hecha de elementos disonantes que logran equilibrio a partir de superponerse unos a otros. Fantásticos climas, el disco perfecto para viajar. El rappeo mogólico del fondo es lo máximo. Comienzan a construir algo similar a una canción. Hasta tiene batería y el “uuuuuuuuuummmm” parece ser alguien cantando a propósito. Que bien equilibraban la improvisación y la formación de melodías, por dios! ¿Porque no salio toda una nueva psicodelia de acá?
Muere y amenaza con renacer como una canción completamente diferente. De pronto es un neo country espiritual. Por un minuto nomás. Vuelve a una suerte de hip hop y luego entra de nuevo la guitarra. Y el mejor sampler del disco!! el gatito que maúlla muy fuerte!. Que genial, parece un instrumento.
De lo que te das cuenta aquí es que va por el minuto nueve, acaba de deambular por millones de lugares y sigue siendo la misma unidad, realmente es monolítica y se sienta en medio del disco como una especie de roca eterna. Y otra pregunta: ¿Cómo hicieron para sacar tres ep’s y que juntos suenen como un disco homogéneo y con sentido, absolutamente genial? ¿Había un plan maestro?
Ja, se autosamplean y hacen mierda "Dry The Rain". “No nos importa ni nuestra propia música”. El gatito deja paso a un perro agresivo y a ruidos que parecen scratches del infierno. Y a ruidos percusivos que asemejan un niño tocando cacerolas. Y entra de nuevo el “ummmm” y todo coagula una vez más. Al principio parece el hip hop que harían los Residents y después se vuelve más luminoso con el teclado y el sampleo de pajaritos. No contentos con eso, continúan un rato mas dándole a diversos artefactos. Magnifico!. Fin de catedral.
08. She’s The One: que no se toma nada de tiempo demostrando que no se habían olvidado de las canciones. Que bueno el banjo (espero que sea eso) que le da el toque hillbilly.
Creo que es la canción que nunca me anime a poner en un mixtape, a pesar de que es perfecta. De pronto estas escuchando una canción pop de la concha de su madre y no sabes como llegaste aquí!. Otra vez: el disco perfecto para viajar.
Por otro lado, realmente es una canción de amor preciosa. Por momentos suena completamente optimista y luego uno siente que en realidad, mas que optimista es obsesiva y desesperada.
No contentos con habernos llevado a ese punto, la canción comienza a construir un segundo clímax. Los muy guachos usan voces de ardillitas para construir un clímax, son lo máximo. Juegan bien, golean, gustan al público, son groseros en su manejo musical.
Y de pronto me doy cuenta que la letra es una combinación de frases muy muy oscuras, de referencias a lagartos, comadrejas, pollos en tus ojos, pedazos de pastel y “she’s the one for me” repetido obsesivamente. Quizás por eso nunca lo puse en un mixtape. 8 minutos que parecen dos. Vuelve el banjo y todo termina como se acaba la lluvia. Fin de pasto mojado
09. Push It Out: tercer ep, mi título favorito, “Los Amigos del Beta Bandidos”. Pero parece que grabaron “She’s the One”, se fueron a tomar un té y volvieron a grabar esta vestidos con los mismos sacos. Las palmas lo vuelven funky y de pronto estamos escuchando una banda que podría tocar en bar de mala muerte lleno de humo. Hasta que pierden el groove de nuevo. Bajan muchísimo y entra la letra que mejor expresa la confusión y la angustia de la historia: “I wanna beat ya wanna hug ya wanna hold ya to me”. Al mismo tiempo, admoniciones para expulsarlo, guitarras balsámicas. Es tristemente hermoso. Fin catártico (más que nunca!).
10. It’s Over: aquí la Beta parece no querer tomárselo en serio, asemejan imaginarse como polvorientos cowboys en lugares inhóspitos, sin ninguna esperanza de encontrar nadie en medio de la inmensidad y sujetos a las adversidades más ridículas.
La letra parece, a primera vista, sin sentido, juguetona. Hasta que abandonan casi todo instrumento, queda la voz despojada, con coros debajo y la letra se vuelve medio paranoica: “I thought an eagle was seeing thru my eyes/ I thought everybody turning into spies/ Reassures the only aim of my life/ Please reassure me that I'm doing alright”. Fin desesperanzado, broma desarmada en la mitad, otro engaño. Y otra canción corta.
11. Dr. Baker: solo voz con mucho reverb (parece que canta dentro de una catedral abandonada), todo para sonar más fuerte y más ansiosa y más desesperada. Un poco de teclado y eso es todo.
Ahh, luego de una freakeada entra un teclado que parece la banda de sonido de una serie de hospitales!. Perfecto. La repetición maniática de frases hasta el punto de mezclar las palabras logra comunicar la miseria absoluta, la tristeza. Estos hijos de puta (¿o quizás solo Mason?) parecían estar realmente mal de a ratos. Y otros días eran la banda más graciosa del universo.
Que pocos recursos, casi un a capella. Esa voz no necesita nada mas, a Mason se le estaba desgarrando el estomago ese día. Final de campanillas, de espera para quimioterapia.
12. Needles In My Eyes: y a esto es a lo que me refiero con estructura: uno de los mejores finales de disco de la historia. Realmente una canción gospel para el año 98. O 2006.
Yo quise poner esta canción en una fiesta en la que estaba enormemente ebrio y cantando todas las canciones a grito pelado. Me pareció que no quería gritar nada más que esto. El estribillo es todo lo que uno puede esperar de un estribillo. Hermoso, ganchero. Que gran teclado angelical, por dios, que grandes guitarras pegajosas pero psicóticas y enclenques!.
Y claro, si tiene la letra mas expresamente positiva y “nada me va a detener en el mundo” de todo el disco. “Las agujas en mis ojos no me van a paralizar esta noche”.
Una vez me pasó de llegar a mi casa con este disco en el discman y que justo entrase esta canción en el último tramo en colectivo. Llegue, por una vez, del mejor humor del mundo. Final mañanero, campestre, sedante, feliz.
domingo, noviembre 26, 2006
Gonna Walk Around And Drink Some More.
“Irony is a dead scene” suele escribir el Nerd cuando deja comentarios que se refieren al estado actual de la música. Y, por más que suelo pelearme mucho con él, no puedo evitar darle algo de razón. Es que la “ironía”, entendida como ese componente, esa especia fundamental, que le dio su carácter a gran parte del indie noventas y que tuvo como su mas firme adherente a Pavement, esta agotada. En algún momento el mundo del rock se cansó de que todo tuviese segundas (o terceras) interpretaciones y quisieron rockearla, sin ningún tipo de racionalización. De ahí el rockismo. De ahí los Strokes. De ahí Alex Kapranos alegrándose de que ellos y los Artic Monkeys, “música de verdad”, estén en los charts. De ahí el renacimiento del metal. Porque no hay música menos irónica y mas comprometida con el significado único que el metal (y todo esto dicho como un halago!).
Lo cual nos lleva a The Hold Steady. The Hold Steady es una banda rarísima, como ya dije antes: esta comprometida con el rock. Es un lugar común decirlo, pero Craig Finn, su cantante, quiere ser Bruce Springsteen. O Paul Westerberg. El universo musical en el que se mueve es estrictamente ese, grandes guitarras, coros “sing-along”, himnos masivos para escuchar durante una borrachera. Una banda que tendría más en común en tu discoteca con AC/DC que con los New Pornographers. The Hold Steady se enorgullece de mantener esa gran tradición de rock de estadio norteamericana, canciones para cantar con los puños en alto y una cerveza en la mano, para escuchar en el auto con amigos, bebiendo vodka de mala calidad.
Todo lo cual bastaría para encolumnar a esta banda dentro de la etiqueta de “rockismo” y archivarla en el lugar de gente que no nos interesaría escuchar jamás, pero hay algo en la honestidad de The Hold Steady que la hace infinitamente contagiosa. O sea, los tipos no son rockistas porque sencillamente no les interesa esa discusión. Para ellos esta es la música de (norte)América y no hay ningún doble sentido en lo que cantan. Esa es la música de sus vísceras y de su corazón y de sus hígados.
Y aquí entra una segunda consideración, porque, a primera vista, un acercamiento de esta naturaleza impide todo intelectualismo, pero Craig Finn es un letrista de la puta madre. Sus letras son como mini historias sobre relaciones fallidas, chicas, alcoholismo, catolicismo que no puede mantenerse, fiestas. En definitiva, pertenecen a ese universo difuso de la juventud (lo cual tiene mucho sentido, el rock es una música para la juventud), los desclasados, los chicos y chicas que quieren pertenecer y buscan una conexión con alguien, con algo, una pepita de comprensión en medio de largas noches de decadencia y autodestrucción. Hay algo profundamente humano y hasta literario (como de cuento) en sus letras, en sus viñetas de gente sin rumbo, sin futuro y con un presente arrasado. Un disco que comienza con la frase (afanada de Kerouac) “Boys and girls in America have such a sad time together” no puede no tener un enorme corazón detrás y una profunda melancolía por los personajes de sus historias. Y eso los vuelve reales y emotivos. Y, en ultima instancia, tristes.
The Hold Steady – Massive Nights: un verdadero hit de estadios, de fiestas, de livings repletos de gente y botellas de cerveza vacías. Comienza tranquilo, con una línea de bajo completamente pegajosa, de esas que dan ganas de comenzar el día con una sonrisa y luego degenera en una de esas canciones que uno no puede evitar cantar, con coros y todo. Y, justamente, la letra habla de fiestas, noches increíbles, canciones que suenan de fondo y son las correctas, chicas de las que nos enamoramos en medio de una noche confusa y amaneceres patéticos. Cuanto mas la escucho me doy cuenta que es una canción, en el fondo, un tanto triste. Detrás de la evocación a la fiesta hay una sensación de perdida, de remembranza, de pensar “que época aquella, que fiestas, que grandes borracheras”. Pero todo eso es una racionalización posterior, porque en el momento de escucharla, todo lo que uno puede hacer es alzar los puños.
the guys were feeling good about their liqour run.
the girls were kinda flirting with the setting sun.
we all kinda fumbled thru the jitterbug.
we were all powered up on some new upper drug.
everyone was funny and everyone was pretty.
everyone was coming towards the center of the city.
the dancefloor was crowded. the bathrooms were worse.
we kissed in your car and we drank from your purse.
i had my mouth on her nose
when the chaperone said that we were dancing too close.
we had some massive nights.
every song was right.
all that wine was tight.
your friends were pretty cool.
and my friends were acting cool.
there weren't any fights.
there's usually one or two.
some guys they get a little bit uptight.
some girls they got something to prove.
we had some massive highs.
we had some crushing lows.
we had some lusty little crushes
we had those all ages hardcore matinee shows.
i was down on my knees
when the chaperone said that it was time for me to leave.
we had some massive nights.
every song was right.
all that wine was tight.
your friends were pretty cool.
and my friends were acting cool.
there weren't any fights.
there's usually one or two.
some guys they get a little bit uptight.
some girls they got something to prove.
we had some massive nights.
she had the gun in her mouth.
she was shooting up at her dreams.
when the chaperone said that
we'd been crowned
the king and the queen.
The Hold Steady – You Can Make Him Like You: esta canción no es ni de lejos la mejor, musicalmente hablando, del disco (“Chillout Tent” esta mucho mejor lograda y comprime en si misma todo el universo musical de The Hold Steady) pero su letra me parece perfecta, hermosa, una micro-historia en 2 minutos y medio que describe un personaje que todos conocimos alguna vez: esa chica que depende de sus novios, pero no como el centro de su existencia, sino como un instrumento para conseguir lo que quiere. Probablemente ni ella se da cuenta de lo que hace, probablemente esta tan necesitada emocionalmente que todo es genuino, y de alguna manera la letra lo reconoce, volviéndose una suerte de monologo interno de lo que le pasa a esta chica hipotética, retorciéndose y sintiendo una enorme comprensión y ternura por este personaje que hace lo mejor que puede. Lo cual confirma que los Hold Steady son guachos, que nos venden música para fiestas que se revuelva en la miseria y que son mas reales que la puta madre, porque nadie que se involucre tanto con las historias que cuenta en un nivel tan personal puede ser irónico.
you don't have to deal with the dealers
let your boyfriend deal with the dealers.
it only gets inconvenient
when you want to get high alone.
you don't have to know how to get home
let your boyfriend tell the driver the best way to go.
it only gets kind of wierd
when you wanna go home alone.
you don't have to know the inspiring people
let your boyfriend know the inspiring people.
you can hang in the kitchen
talk about the stars and the upcoming sequel.
if you get tired of your boyfriends things
there's always other boys.
there's always other boyfriends.
if you get tired of your boyfriends scene
there's always other scenes.
there's always other boyfriends.
you don't have to deal with the dealers
let your boyfriend deal with the dealers.
it only gets inconvenient
when you want to get high alone.
you don't have to go to the right kind of schools
let your boyfriend come from the right kind of schools.
you can wear his old sweatshirt.
you can cover yourself like a bruise.
if you get tired of your boyfriend's things.
there's always other boys
there's always other boyfriends.
if you get tired of your football friends.
there's always other boys
there's always other boyfriends.
if you get tired of the the car he drives.
there's always other boys
you can make him like you.
if you get tired of the music he likes.
there's always other boys
you can make him like you.
they say you dont have a problem until you start to do it alone.
they say you dont have a problem until you start bringing it home.
they say you dont have a problem until you start sleeping alone.
there's always other boys.
there's always other boyfriends.
there's always other boys.
you can make him like you.
Lo cual nos lleva a The Hold Steady. The Hold Steady es una banda rarísima, como ya dije antes: esta comprometida con el rock. Es un lugar común decirlo, pero Craig Finn, su cantante, quiere ser Bruce Springsteen. O Paul Westerberg. El universo musical en el que se mueve es estrictamente ese, grandes guitarras, coros “sing-along”, himnos masivos para escuchar durante una borrachera. Una banda que tendría más en común en tu discoteca con AC/DC que con los New Pornographers. The Hold Steady se enorgullece de mantener esa gran tradición de rock de estadio norteamericana, canciones para cantar con los puños en alto y una cerveza en la mano, para escuchar en el auto con amigos, bebiendo vodka de mala calidad.
Todo lo cual bastaría para encolumnar a esta banda dentro de la etiqueta de “rockismo” y archivarla en el lugar de gente que no nos interesaría escuchar jamás, pero hay algo en la honestidad de The Hold Steady que la hace infinitamente contagiosa. O sea, los tipos no son rockistas porque sencillamente no les interesa esa discusión. Para ellos esta es la música de (norte)América y no hay ningún doble sentido en lo que cantan. Esa es la música de sus vísceras y de su corazón y de sus hígados.
Y aquí entra una segunda consideración, porque, a primera vista, un acercamiento de esta naturaleza impide todo intelectualismo, pero Craig Finn es un letrista de la puta madre. Sus letras son como mini historias sobre relaciones fallidas, chicas, alcoholismo, catolicismo que no puede mantenerse, fiestas. En definitiva, pertenecen a ese universo difuso de la juventud (lo cual tiene mucho sentido, el rock es una música para la juventud), los desclasados, los chicos y chicas que quieren pertenecer y buscan una conexión con alguien, con algo, una pepita de comprensión en medio de largas noches de decadencia y autodestrucción. Hay algo profundamente humano y hasta literario (como de cuento) en sus letras, en sus viñetas de gente sin rumbo, sin futuro y con un presente arrasado. Un disco que comienza con la frase (afanada de Kerouac) “Boys and girls in America have such a sad time together” no puede no tener un enorme corazón detrás y una profunda melancolía por los personajes de sus historias. Y eso los vuelve reales y emotivos. Y, en ultima instancia, tristes.
The Hold Steady – Massive Nights: un verdadero hit de estadios, de fiestas, de livings repletos de gente y botellas de cerveza vacías. Comienza tranquilo, con una línea de bajo completamente pegajosa, de esas que dan ganas de comenzar el día con una sonrisa y luego degenera en una de esas canciones que uno no puede evitar cantar, con coros y todo. Y, justamente, la letra habla de fiestas, noches increíbles, canciones que suenan de fondo y son las correctas, chicas de las que nos enamoramos en medio de una noche confusa y amaneceres patéticos. Cuanto mas la escucho me doy cuenta que es una canción, en el fondo, un tanto triste. Detrás de la evocación a la fiesta hay una sensación de perdida, de remembranza, de pensar “que época aquella, que fiestas, que grandes borracheras”. Pero todo eso es una racionalización posterior, porque en el momento de escucharla, todo lo que uno puede hacer es alzar los puños.
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The Hold Steady – You Can Make Him Like You: esta canción no es ni de lejos la mejor, musicalmente hablando, del disco (“Chillout Tent” esta mucho mejor lograda y comprime en si misma todo el universo musical de The Hold Steady) pero su letra me parece perfecta, hermosa, una micro-historia en 2 minutos y medio que describe un personaje que todos conocimos alguna vez: esa chica que depende de sus novios, pero no como el centro de su existencia, sino como un instrumento para conseguir lo que quiere. Probablemente ni ella se da cuenta de lo que hace, probablemente esta tan necesitada emocionalmente que todo es genuino, y de alguna manera la letra lo reconoce, volviéndose una suerte de monologo interno de lo que le pasa a esta chica hipotética, retorciéndose y sintiendo una enorme comprensión y ternura por este personaje que hace lo mejor que puede. Lo cual confirma que los Hold Steady son guachos, que nos venden música para fiestas que se revuelva en la miseria y que son mas reales que la puta madre, porque nadie que se involucre tanto con las historias que cuenta en un nivel tan personal puede ser irónico.
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there's always other boys.
there's always other boyfriends.
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it only gets inconvenient
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you don't have to go to the right kind of schools
let your boyfriend come from the right kind of schools.
you can wear his old sweatshirt.
you can cover yourself like a bruise.
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there's always other boys
there's always other boyfriends.
if you get tired of your football friends.
there's always other boys
there's always other boyfriends.
if you get tired of the the car he drives.
there's always other boys
you can make him like you.
if you get tired of the music he likes.
there's always other boys
you can make him like you.
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they say you dont have a problem until you start bringing it home.
they say you dont have a problem until you start sleeping alone.
there's always other boys.
there's always other boyfriends.
there's always other boys.
you can make him like you.
sábado, noviembre 25, 2006
Yo Estoy Vivo y Todos Ustedes Estan Muertos!
Esto es hermoso pero no se porque no lo postee antes: resulta que en Diciembre del 2005 un tipo que se llama David Hanson y que se especializa en robótica se subió a un vuelo de America West para ir a realizar una demostración de su último robot en las oficinas centrales de Google en Silicon Valley. El problema fue que el buen David se olvidó la cabeza de su robot en el avión cuando bajó a hacer un trasbordo. Cuando realizó la denuncia (luego de terminado su trasbordo, luego de terminado su vuelo, en San Francisco, cuna de la psicodelia), le informaron que la cabeza estaba en Las Vegas y sería enviada en el próximo avión a San Francisco. Los aviones levantaron vuelo, cortando las nubes de manera perpendicular, pero cuando llegaron a su destino, la cabeza no estaba con ellos. Con lo cual tenemos una cabeza androide, recubierta de un plástico que ha patentado el buen doctor y llama “frubber”, aparentemente muy real, perdida y sin hogar. Desaparecida. Sin ninguna explicación convincente de que es lo que sucedió. Por si esto fuera poco, los androides de Hanson imitan la vida con pericia y tienen la capacidad de sostener conversaciones breves imitando la personalidad sobre la cual fueron modelados. Como si esto no fuera poco, tienen una amplia variedad de gestos.
Esto ya sería suficiente para escribir una historia de ciencia ficción maravillosa, pero todo se vuelve más perfecto cuando sabemos de quien es la cabeza que se encuentra perdida: de Philip K. Dick. El primer androide del doctor Hanson fue una reproducción de Einstein y, luego, para su segundo esfuerzo, se decidió por el gran Philip, a quien le asigna parte de la responsabilidad por su carrera de científico (aparentemente descubrió su vocación mientras leía “Valis”).
Es magnífico: como una serpiente que se muerde a si misma, la fascinación de Dick por la robótica, las realidades falsas, las copias y aquel axioma paranoico de “NADA es lo que parece!” se continua después de su muerte y marca, como un corte geológico, su influencia a lo largo del tiempo. Como una maravillosa profecía auto cumplida que nos advierte lo que a fin de cuentas ya sabíamos y que es que “Dick tenia razón”. Y si hace falta que su divina cabeza vuelva como advertencia de sus profecías, como avatar del futuro que predicó, que así sea!. Lo cual nos confirma que la vida es mas extraña que la ficción, que vivimos en tiempos interesantes, o, como afirmaría Elijah Snow que “es un mundo extraño, mantengámoslo de esa manera”.
(Addenda: y unos españoles preclaros organizan un concurso de cuentos alrededor de la premisa, “¿que le pasó a la cabeza de Dick?”).
Esto ya sería suficiente para escribir una historia de ciencia ficción maravillosa, pero todo se vuelve más perfecto cuando sabemos de quien es la cabeza que se encuentra perdida: de Philip K. Dick. El primer androide del doctor Hanson fue una reproducción de Einstein y, luego, para su segundo esfuerzo, se decidió por el gran Philip, a quien le asigna parte de la responsabilidad por su carrera de científico (aparentemente descubrió su vocación mientras leía “Valis”).
Es magnífico: como una serpiente que se muerde a si misma, la fascinación de Dick por la robótica, las realidades falsas, las copias y aquel axioma paranoico de “NADA es lo que parece!” se continua después de su muerte y marca, como un corte geológico, su influencia a lo largo del tiempo. Como una maravillosa profecía auto cumplida que nos advierte lo que a fin de cuentas ya sabíamos y que es que “Dick tenia razón”. Y si hace falta que su divina cabeza vuelva como advertencia de sus profecías, como avatar del futuro que predicó, que así sea!. Lo cual nos confirma que la vida es mas extraña que la ficción, que vivimos en tiempos interesantes, o, como afirmaría Elijah Snow que “es un mundo extraño, mantengámoslo de esa manera”.
(Addenda: y unos españoles preclaros organizan un concurso de cuentos alrededor de la premisa, “¿que le pasó a la cabeza de Dick?”).
viernes, noviembre 24, 2006
Sympathy For Bo Diddley
Como suele suceder con la combinación de música + neuróticos obsesivos, he caído presa de las garras de una canción que no puedo dejar de escuchar. No es un fenómeno inusual, ni en mi vida ni en la vida de nadie. Hay gente seria que incluso le llama “meme” y tiene toda una teoría para justificarlo.
Anyway, durante mi larga estadía en Buenos Aires tuve la inmensa suerte de escuchar a “Elio And The Horribles” en el Stomp, banda que tuvo el descaro de jugar al fútbol con mi cabeza y poner en movimiento mis extremidades sin ningún tipo de control. Ya de entrada el hecho de que ingresase Elio vestido como una momia, cubierto de gasa y que gritase como un loco durante el cover de los 13th Floor Elevators hizo todo valedero.
Luego del evento me encuentro con mi amigo Lucas, gran fuente de chismes sobre “la movida”, y me comenta que quizás había visto el último recital de tan magna banda. “Como!?” me pregunto, “y yo que tenía ganas de agitar para que vayan a Tucumán!”. “Es que parece que se pelean todo el tiempo, estuvieron bocha de tiempo sin tocar y ahora volvieron, tocaron con Hablan Por La Espalda, aquí y parece que eso es todo” me asevera el hombre de frondosa barba y excelsas habilidades futbolísticas.
No se muy bien porque, pero al retornar de mi peregrinaje, me colgué y no me puse a buscar nada de ellos, probablemente porque sabía que existía muy poquito (al disco, un split con otra banda cuyo nombre no escuche jamás me lo quisieron cobrar $35!!!! WTF?), pero finalmente ayer o anteayer me baje el Ep y debo decir que estoy ENCANTADO. No puedo dejar de escucharlo, me parece el mejor disco para el verano, psychobilly y garage de gente enferma para bailar en fiestas cervezales. Excelente disquito de seis canciones.
Pero “Wild Men (Sympathy for Bo Diddley)” es suprema. “Es la mejor canción en la historia de las canciones”, como escribí desaforado. La bonita postal musical es bastante sencilla, comienza con una batería cavernícola que marca el tiempo, ingresa el punteo de guitarra y luego entra el FABULOSO teclado que va a caracterizar la canción (que lindos esos teclados psicodélicos sin dejar de ser rockeros) y que tiene un toque completamente fiestero, bacanálico, tribal. La canción va subiendo en intensidad con la voz totalmente desmañada y rockera de Elio que termina gritando “I Loveeee youuuuuuuu”, totalmente desquiciado.
Los Guided By Voices tienen un disco que se llama “Propeller”, el cual siempre me pareció un hermoso título. Hermoso porque ejemplifica esa sensación tan hermosa que de estar “impulsado” para adelante, propulsado, sin ningún tipo de obstáculo. Esta canción de Elio tiene algo de eso. Es una pila de energía, un caramelo de adrenalina. Lo único que te dan ganas de hacer es de saltar como un desquiciado por la habitación o de pisar el acelerador a fondo con destino a Sonora.
Elio And Thee Horribles - Wild Men (Sympathy For Bo Diddley)
lunes, octubre 30, 2006
Fuck This Band: o porque, todos ustedes, infelices, deberían escuchar Mclusky.
(Esto debería haber salido en otro lado y, además, ya estuvo colgado aquí brevemente. Pero el otro lado donde debería haber sido publicado no da señales de vida y yo no quiero dejar mi blog moribundo hasta que vuelva de Bs. As. Asi que...)
1) El cuarto desde donde escribo esto es un pequeño estudio / escritorio adosado a mi casa desde hace casi 10 años. Es la única habitación de la “parte de arriba”. Se sube mediante una escalera caracol que se encuentra al lado de la puerta de entrada del garage, puerta que utilizamos siempre.
Por la conformación de la casa, este cuarto termino siendo el más caluroso durante el verano y el más frío durante el invierno. Ninguna ventaja. Y aquí pasó gran parte de mi tiempo. En invierno y verano.
Cuando escribo aquí en verano, siento las gotas de sudor recorriéndome por la espalda, el calor que hace que la remera se me moje y se me pegue al pecho. Los mosquitos que me pican en las piernas. El ventilador que tira aire aun mas caliente que el que ya me rodea.
Así fue mi último verano, y la banda sonora, lo que mas escuche durante todo ese tiempo fue Mclusky. Excelentes condiciones para escuchar Mclusky, ya que es uno de esos grupos que da la sensación de estar tocando desde una habitación cerrada, sin aire acondicionado y con una ventilación terrible. Pareciera que quieren tirar las paredes de la sala de ensayo a puro ruido y molestia. Pareciera que son 3 orangutanes enfermos destruyendo un estudio de grabación.
Y esa fue mi banda de sonido de todo febrero. De días en los que tenia que estudiar frente a esta computadora, con el calor que no me dejaba respirar y de noches donde bebía mas de lo necesario.
2) Mclusky ya no existe. C’est fini. Se acabo. Hace como un año salió un escueto comunicado en su página web diciendo que habían decidido terminar todo por “motivos personales” y que todos los miembros ya estaban abocados a otros proyectos. Yo los conocí 6 meses después de esto, aproximadamente, y de nuevo la tristeza de escribir sobre algo que no existe mas, de intentar darle forma a algo que ya se acabo, de delinearlo con palabras cuando no pudiste vivirlo.
Mclusky era una de esas bandas que jamás podríamos haber visto en vivo, al menos no en Argentina. Es uno de esos grupos que eran demasiado frescos, que significaban algo. Que estaban vivos, en definitiva. Y ahora que están muertos no puedo evitar sentir el shock eléctrico cada vez que pongo “Mclusky Do Dallas”. Ver un show de ellos debía ser una de esas experiencias que no se olvidan mas, como un resabio prehistórico, como una escena de “La tierra que el tiempo olvidó”. Lucha de titanes que destruyen pequeñas aldeas de habitantes antediluvianos con sus garras y que desde arriba parecen Dios mismo.
De como 3 muchachos flacuchos y con pinta de trabajadores del carbón de Gales pudieron llegar a explotar de ese modo, como lograron ese ataque sónico, no lo se, no puedo comenzar a explicarlo. Al principio se les notaban las ganas de ser como Albini. Durante toda su carrera, en realidad. Y durante mucho tiempo se les reprocho eso, mucha gente no se acerca a Mclusky por miedo a que sean “otra copia de Big Black”. Y un poco de eso existe. Se nota que en Gales no hay demasiado que hacer, que las ovejas pululan por los invernales campos, cubiertos de nieve que no se termina de fundir nunca. Y que cuando se funde se transforma en barro. Y frente a eso, los jóvenes galeses tienen 3 opciones: o trabajan bajo tierra, con el calor agobiante; o juegan al rugby; o se obsesionan con bandas ignotas. Con Kevin Ayers por ejemplo. O con Big Black.
Hay que agradecer que el hastío de las pequeñas ciudades, de las pequeñas provincias produzca este tipo de residuos que buscan exteriorizar el desasosiego que producen los días grises eternamente iguales. Si, como alguna vez dijeron de Joy Division, su música era la expresión de la tristeza de vivir en un lugar industrial y horrible como Manchester, los de Mclusky pareciera que cambiaron la tristeza por la furia. Otra manera de escapar del vacío existencial que produce vivir en una ciudad cuyo centro puede ser recorrido a pie en quince minutos.
3) Mclusky empezó siendo eso: Cabeza. Minimalista. Pero con el paso del tiempo fueron adoptando una serie de matices que los volvieron algo muy distinto de otra banda neandertal golpeando sus parches como si no hubiese mañana.
Su primer disco se llama “My Pain And Sadness Is More Sad And Painful Than Yours” y desde el mismo titulo nos da la pista de que va la cosa: un disco de nenes caprichosos, dispuestos a afirmar que lo suyo es lo mas terrible del mundo...”mi dolor y tristeza son peores”, “no, los míos son peores”, “los míos por infinito!!!”... una competencia ridícula entre dos amigos de 10 años. Y un poco a eso suena: un disco corto, en el que pelan poco, pero que sirve como un delicioso aperitivo para lo que vendría después. Mclusky se revela en este disco como ese compañero molesto de secundaria que te hacia “guri guri tres piñas” a cada oportunidad y te tiraba bolitas de papel por la espalda. Mojadas con saliva.
Su segundo disco se llama “Mclusky Do Dallas”. Aquí ya no son nenes de 10 años, son adolescentes estúpidos de 16. Al escuchar el disco es inevitable que a uno le venga la imagen a la cabeza de un montón de vaqueros borrachos, transportados en el tiempo de una cantina de principios del siglo XIX a la Dallas actual, sin entender nada de las luces, los autos y la gente, atacando todo lo que se les cruza porque piensan que son visiones del demonio, matando gente, destrozando semáforos, pateando tachos de basura, escupiendo transeúntes, meando vidrieras de ropa de mujer, mutilando policías, violando monjas, pateando perritos, etc et ad infinitum.
El otro día hablaba con un amigo, que me decía “el rock tiene que ser estúpido, la estupidez en el rock es una de las cosas que lo redime”. Y bueno, Mclusky logra la hazaña de ser estúpidamente inteligente. Este disco, donde los produce –gloria y loor!- Steve Albini asemeja a un gran “FUCK YOU” (o “FRAG YA!”) en contra de todo los que les molesta, aunque sea ligeramente. Pero por debajo de su estúpido ataque de guitarras, bajo y batería, sin sutilezas, uno tiene la impresión de que los Mclusky también son tipos cultos, leídos, que han compartido aulas con los miembros de Gorky’s Zygotic Mynci, solo que la cerveza y la destrucción los divierte mas que los libros (que están destruidos) y las películas que tienen en sus departamentos. Y te invitan a compartir su alegre estupidez adolescente. Cualquiera que me diga que no tiene ganas de poguear como un imbécil con “No New Wave No Fun” tendría que chequear su corazón y su presión sanguínea, porque probablemente este muerto.
Pero debajo de esa estupidez hay una arrogancia maravillosa, un sentimiento de: “si, parecemos trogloditas, pero SABEMOS (no lo creemos, no lo intuimos, SABEMOS) que somos mejores que ustedes, idiotas, que nunca van a poder armar una banda ni con la mitad de las pelotas y el sentimiento que esta”. O, para decirlo en sus propias palabras: “Mi banda es mejor que tu banda / tenemos mas canciones que una convención de canciones/ cantalo!/ mi amor es mas grande que tu amor/ cantalo! / mi amor es mas grande que tu amor/ cantalo! / y todos nos estamos yendo al infierno”.
Y así llegan al 2004, con su tercer disco, que da la impresión de ser un disco de post-adolescencia, un disco de tarados de 20 años que se la pasan fumando porro y jugando al playstation. Se podría decir que es un disco maduro (naaaaah, veo eso y tengo que borrarlo, gracias a dios Mclusky nunca maduraron, una gran lección para las bandas que siguen sacando discos a los 60 años: “live fast, live stupid, leave a scarred corpse”). Otra vez producido por Steve Albini.
Su nombre es: “The Difference Between You And Me Is That I’m Not On Fire”. Otro gran titulo. Y paradójico...además. Porque parecería que los que están en fuego son los Mclusky. O sea, imagínense esto: 3 tipos en un estudio tocando hasta que de pronto la guitarra hace cortocircuito, saltan chispas, se le prende fuego al aislante del estudio, y los tipos siguen tocando, no importa nada, de hecho, contribuyen a la destrucción: adiós guitarras, patean las paredes, se arrojan estuco ardiente, levantan el tacho de la bata y lo lanzan contra las luces, destrozan el estudio, con ellos adentro, y lo único que queda son cenizas. Pero en el medio, en algún lugar, quedo una cinta con un disco increíble.
Quizás el mas equilibrado de sus 3 álbumes, “The Difference...” tiene desde canciones hermosas (indie!) como “She Will Only Bring You Happiness” hasta canciones claustrofóbicas, asfixiantes, como “You Should Be Ashamed Seamus”, 4 minutos cuarenta segundos que demuestran la veracidad de aquella máxima Lydoniana: “Anger is an Energy”. O la fabulosa, increíble, “Forget About Him, I’m Mint”, que tiene una de las mejores letras absurdistas de la historia de la música rock estúpida: “Everywhere I go I wanna travel by X-Wing”.
4) Y ahora es otoño, las hojas ya caen de los árboles, este cuarto donde termino este artículo es mucho mas frío que los ardientes días de verano donde lo comencé. Pero sigo escuchando Mclusky de forma obsesiva. A pesar de que ellos ya no existan, de que el mundo, de golpe, se haya vuelto un lugar un poco mas oscuro por su desaparición, un lugar donde la música sin sangre y sin espíritu triunfa mientras que piñas en la cara llenas de alegría, arrogancia, irresponsabilidad y CORAZÓN, sobre todas las cosas, como estos 3 discos pasan (casi) desapercibidos.
Y lo peor de todo el asunto?. Nunca poder verlos en vivo. La música de Mclusky esta diseñada para eso, para saltar en un lugar apestoso, lleno de gente y tirarse desde el escenario para que te alcen y te dejen caer, para bailar sobre un piso lleno de sudor y cantar las canciones sin aliento. No es una música para compartir con tus amigos una noche tranquila, tomándose unos whiskies. Es el anti domingo, el anti otoño.
Por eso mismo, esta noche, voy a poguear, solo, en mi living, golpeándome con las sillas y las mesas, las paredes y los sillones, los escritorios y las puertas. Destruyendo mi cuerpo en un frenesí de alegría y adrenalina.
Como homenaje. Ellos lo hubieran querido así.
1) El cuarto desde donde escribo esto es un pequeño estudio / escritorio adosado a mi casa desde hace casi 10 años. Es la única habitación de la “parte de arriba”. Se sube mediante una escalera caracol que se encuentra al lado de la puerta de entrada del garage, puerta que utilizamos siempre.
Por la conformación de la casa, este cuarto termino siendo el más caluroso durante el verano y el más frío durante el invierno. Ninguna ventaja. Y aquí pasó gran parte de mi tiempo. En invierno y verano.
Cuando escribo aquí en verano, siento las gotas de sudor recorriéndome por la espalda, el calor que hace que la remera se me moje y se me pegue al pecho. Los mosquitos que me pican en las piernas. El ventilador que tira aire aun mas caliente que el que ya me rodea.
Así fue mi último verano, y la banda sonora, lo que mas escuche durante todo ese tiempo fue Mclusky. Excelentes condiciones para escuchar Mclusky, ya que es uno de esos grupos que da la sensación de estar tocando desde una habitación cerrada, sin aire acondicionado y con una ventilación terrible. Pareciera que quieren tirar las paredes de la sala de ensayo a puro ruido y molestia. Pareciera que son 3 orangutanes enfermos destruyendo un estudio de grabación.
Y esa fue mi banda de sonido de todo febrero. De días en los que tenia que estudiar frente a esta computadora, con el calor que no me dejaba respirar y de noches donde bebía mas de lo necesario.
2) Mclusky ya no existe. C’est fini. Se acabo. Hace como un año salió un escueto comunicado en su página web diciendo que habían decidido terminar todo por “motivos personales” y que todos los miembros ya estaban abocados a otros proyectos. Yo los conocí 6 meses después de esto, aproximadamente, y de nuevo la tristeza de escribir sobre algo que no existe mas, de intentar darle forma a algo que ya se acabo, de delinearlo con palabras cuando no pudiste vivirlo.
Mclusky era una de esas bandas que jamás podríamos haber visto en vivo, al menos no en Argentina. Es uno de esos grupos que eran demasiado frescos, que significaban algo. Que estaban vivos, en definitiva. Y ahora que están muertos no puedo evitar sentir el shock eléctrico cada vez que pongo “Mclusky Do Dallas”. Ver un show de ellos debía ser una de esas experiencias que no se olvidan mas, como un resabio prehistórico, como una escena de “La tierra que el tiempo olvidó”. Lucha de titanes que destruyen pequeñas aldeas de habitantes antediluvianos con sus garras y que desde arriba parecen Dios mismo.
De como 3 muchachos flacuchos y con pinta de trabajadores del carbón de Gales pudieron llegar a explotar de ese modo, como lograron ese ataque sónico, no lo se, no puedo comenzar a explicarlo. Al principio se les notaban las ganas de ser como Albini. Durante toda su carrera, en realidad. Y durante mucho tiempo se les reprocho eso, mucha gente no se acerca a Mclusky por miedo a que sean “otra copia de Big Black”. Y un poco de eso existe. Se nota que en Gales no hay demasiado que hacer, que las ovejas pululan por los invernales campos, cubiertos de nieve que no se termina de fundir nunca. Y que cuando se funde se transforma en barro. Y frente a eso, los jóvenes galeses tienen 3 opciones: o trabajan bajo tierra, con el calor agobiante; o juegan al rugby; o se obsesionan con bandas ignotas. Con Kevin Ayers por ejemplo. O con Big Black.
Hay que agradecer que el hastío de las pequeñas ciudades, de las pequeñas provincias produzca este tipo de residuos que buscan exteriorizar el desasosiego que producen los días grises eternamente iguales. Si, como alguna vez dijeron de Joy Division, su música era la expresión de la tristeza de vivir en un lugar industrial y horrible como Manchester, los de Mclusky pareciera que cambiaron la tristeza por la furia. Otra manera de escapar del vacío existencial que produce vivir en una ciudad cuyo centro puede ser recorrido a pie en quince minutos.
3) Mclusky empezó siendo eso: Cabeza. Minimalista. Pero con el paso del tiempo fueron adoptando una serie de matices que los volvieron algo muy distinto de otra banda neandertal golpeando sus parches como si no hubiese mañana.
Su primer disco se llama “My Pain And Sadness Is More Sad And Painful Than Yours” y desde el mismo titulo nos da la pista de que va la cosa: un disco de nenes caprichosos, dispuestos a afirmar que lo suyo es lo mas terrible del mundo...”mi dolor y tristeza son peores”, “no, los míos son peores”, “los míos por infinito!!!”... una competencia ridícula entre dos amigos de 10 años. Y un poco a eso suena: un disco corto, en el que pelan poco, pero que sirve como un delicioso aperitivo para lo que vendría después. Mclusky se revela en este disco como ese compañero molesto de secundaria que te hacia “guri guri tres piñas” a cada oportunidad y te tiraba bolitas de papel por la espalda. Mojadas con saliva.
Su segundo disco se llama “Mclusky Do Dallas”. Aquí ya no son nenes de 10 años, son adolescentes estúpidos de 16. Al escuchar el disco es inevitable que a uno le venga la imagen a la cabeza de un montón de vaqueros borrachos, transportados en el tiempo de una cantina de principios del siglo XIX a la Dallas actual, sin entender nada de las luces, los autos y la gente, atacando todo lo que se les cruza porque piensan que son visiones del demonio, matando gente, destrozando semáforos, pateando tachos de basura, escupiendo transeúntes, meando vidrieras de ropa de mujer, mutilando policías, violando monjas, pateando perritos, etc et ad infinitum.
El otro día hablaba con un amigo, que me decía “el rock tiene que ser estúpido, la estupidez en el rock es una de las cosas que lo redime”. Y bueno, Mclusky logra la hazaña de ser estúpidamente inteligente. Este disco, donde los produce –gloria y loor!- Steve Albini asemeja a un gran “FUCK YOU” (o “FRAG YA!”) en contra de todo los que les molesta, aunque sea ligeramente. Pero por debajo de su estúpido ataque de guitarras, bajo y batería, sin sutilezas, uno tiene la impresión de que los Mclusky también son tipos cultos, leídos, que han compartido aulas con los miembros de Gorky’s Zygotic Mynci, solo que la cerveza y la destrucción los divierte mas que los libros (que están destruidos) y las películas que tienen en sus departamentos. Y te invitan a compartir su alegre estupidez adolescente. Cualquiera que me diga que no tiene ganas de poguear como un imbécil con “No New Wave No Fun” tendría que chequear su corazón y su presión sanguínea, porque probablemente este muerto.
Pero debajo de esa estupidez hay una arrogancia maravillosa, un sentimiento de: “si, parecemos trogloditas, pero SABEMOS (no lo creemos, no lo intuimos, SABEMOS) que somos mejores que ustedes, idiotas, que nunca van a poder armar una banda ni con la mitad de las pelotas y el sentimiento que esta”. O, para decirlo en sus propias palabras: “Mi banda es mejor que tu banda / tenemos mas canciones que una convención de canciones/ cantalo!/ mi amor es mas grande que tu amor/ cantalo! / mi amor es mas grande que tu amor/ cantalo! / y todos nos estamos yendo al infierno”.
Y así llegan al 2004, con su tercer disco, que da la impresión de ser un disco de post-adolescencia, un disco de tarados de 20 años que se la pasan fumando porro y jugando al playstation. Se podría decir que es un disco maduro (naaaaah, veo eso y tengo que borrarlo, gracias a dios Mclusky nunca maduraron, una gran lección para las bandas que siguen sacando discos a los 60 años: “live fast, live stupid, leave a scarred corpse”). Otra vez producido por Steve Albini.
Su nombre es: “The Difference Between You And Me Is That I’m Not On Fire”. Otro gran titulo. Y paradójico...además. Porque parecería que los que están en fuego son los Mclusky. O sea, imagínense esto: 3 tipos en un estudio tocando hasta que de pronto la guitarra hace cortocircuito, saltan chispas, se le prende fuego al aislante del estudio, y los tipos siguen tocando, no importa nada, de hecho, contribuyen a la destrucción: adiós guitarras, patean las paredes, se arrojan estuco ardiente, levantan el tacho de la bata y lo lanzan contra las luces, destrozan el estudio, con ellos adentro, y lo único que queda son cenizas. Pero en el medio, en algún lugar, quedo una cinta con un disco increíble.
Quizás el mas equilibrado de sus 3 álbumes, “The Difference...” tiene desde canciones hermosas (indie!) como “She Will Only Bring You Happiness” hasta canciones claustrofóbicas, asfixiantes, como “You Should Be Ashamed Seamus”, 4 minutos cuarenta segundos que demuestran la veracidad de aquella máxima Lydoniana: “Anger is an Energy”. O la fabulosa, increíble, “Forget About Him, I’m Mint”, que tiene una de las mejores letras absurdistas de la historia de la música rock estúpida: “Everywhere I go I wanna travel by X-Wing”.
4) Y ahora es otoño, las hojas ya caen de los árboles, este cuarto donde termino este artículo es mucho mas frío que los ardientes días de verano donde lo comencé. Pero sigo escuchando Mclusky de forma obsesiva. A pesar de que ellos ya no existan, de que el mundo, de golpe, se haya vuelto un lugar un poco mas oscuro por su desaparición, un lugar donde la música sin sangre y sin espíritu triunfa mientras que piñas en la cara llenas de alegría, arrogancia, irresponsabilidad y CORAZÓN, sobre todas las cosas, como estos 3 discos pasan (casi) desapercibidos.
Y lo peor de todo el asunto?. Nunca poder verlos en vivo. La música de Mclusky esta diseñada para eso, para saltar en un lugar apestoso, lleno de gente y tirarse desde el escenario para que te alcen y te dejen caer, para bailar sobre un piso lleno de sudor y cantar las canciones sin aliento. No es una música para compartir con tus amigos una noche tranquila, tomándose unos whiskies. Es el anti domingo, el anti otoño.
Por eso mismo, esta noche, voy a poguear, solo, en mi living, golpeándome con las sillas y las mesas, las paredes y los sillones, los escritorios y las puertas. Destruyendo mi cuerpo en un frenesí de alegría y adrenalina.
Como homenaje. Ellos lo hubieran querido así.
martes, octubre 24, 2006
pop
lunes, octubre 23, 2006
Scandinavia Rules The Waves!
Como estoy mencionando repetidamente, estoy escuchando mucha música escandinava. Esto es: música proveniente de Noruega, Suecia, Dinamarca y Finlandia. Todavía me sorprende el inmenso caudal de producción que tienen estos países y su superlativa calidad. Es casi seguro que ante la pregunta que nos hacemos frente a alguna banda nueva y buena sobre “de donde son?” la respuesta en el 90% de los casos será “Suecia”, o “Noruega”, o “Dinamarca”.
Por otro lado, antes de ayer fue el cumpleaños de mi hermana, evento alegre y feliz para el cual decidí hacerle un compilado (entre otras cosas) y, sumando 1 + 1, armado con grupos provenientes de esas latitudes.
Dio la casualidad de que estoy muy orgulloso del compilado, creo que me salió particularmente bien (lo cual, por otra parte, no es merito mío sino de hermosas canciones que hace esta gente). Y ustedes me caen bien, también, me parecen buena gente.
Por eso voy a colgarlo acá para que se lo bajen y les haga de banda de sonido de esta primavera – verano que parece se viene terrible. Hay pop, hay indie, hay un poco de psicodélica, hay un poco de punk, hay de todo.
Haga patria, incorpore un escandinavo a su vida.
Scandinavia Rules The Waves!
01. Ovningskora (Slagsmalsklubben)
02. Adore (Lo-Fi-Fnk)
03. Lovetrain (Le Sport)
04. Me Plus One (Annie)
05. Tonight Is Forever (Acid House Kings)
06. Pet Grief (The Radio Dept.)
07. Neverland (The Knife)
08. Crash And Burn Girl (Robyn)
09. Fake Your Beauty (Bertine Zetlitz)
10. 25 Years And Runnin’ (The Tought Alliance)
11. All This Love (The Similou)
12. Darling (The Legends)
13. Stadsvandringar (Dungen)
14. I Remember (Figurines)
15. Beat City (The Raveonettes)
16. Refused Are Fuckin’ Dead (Refused)
17. Used Goods (Love Is All)
18. Kate (Sambassadeur)
19. Tomorrow (The Cardigans)
20. Vottikaalina (Hedningarna)
21. Happy Birthday, Dear Friend Lisa (Jens Lekman)
22. On The Tower (Sondre Lerche)
23. Heartbeats (José González)
Por otro lado, antes de ayer fue el cumpleaños de mi hermana, evento alegre y feliz para el cual decidí hacerle un compilado (entre otras cosas) y, sumando 1 + 1, armado con grupos provenientes de esas latitudes.
Dio la casualidad de que estoy muy orgulloso del compilado, creo que me salió particularmente bien (lo cual, por otra parte, no es merito mío sino de hermosas canciones que hace esta gente). Y ustedes me caen bien, también, me parecen buena gente.
Por eso voy a colgarlo acá para que se lo bajen y les haga de banda de sonido de esta primavera – verano que parece se viene terrible. Hay pop, hay indie, hay un poco de psicodélica, hay un poco de punk, hay de todo.
Haga patria, incorpore un escandinavo a su vida.
Scandinavia Rules The Waves!
01. Ovningskora (Slagsmalsklubben)
02. Adore (Lo-Fi-Fnk)
03. Lovetrain (Le Sport)
04. Me Plus One (Annie)
05. Tonight Is Forever (Acid House Kings)
06. Pet Grief (The Radio Dept.)
07. Neverland (The Knife)
08. Crash And Burn Girl (Robyn)
09. Fake Your Beauty (Bertine Zetlitz)
10. 25 Years And Runnin’ (The Tought Alliance)
11. All This Love (The Similou)
12. Darling (The Legends)
13. Stadsvandringar (Dungen)
14. I Remember (Figurines)
15. Beat City (The Raveonettes)
16. Refused Are Fuckin’ Dead (Refused)
17. Used Goods (Love Is All)
18. Kate (Sambassadeur)
19. Tomorrow (The Cardigans)
20. Vottikaalina (Hedningarna)
21. Happy Birthday, Dear Friend Lisa (Jens Lekman)
22. On The Tower (Sondre Lerche)
23. Heartbeats (José González)
Mis Discos de Invierno
El otro día hablaba con un amigo que me decía: “Hijo de puta, acá no hay otoño o primavera. Acá hay verano y unas cuantas semanas de frío en medio del año”. Y creo que nunca mas sentí esa determinación climatológica como este último invierno. Lo cual dio para una selección musical de lo más bizarra, que no se condice con lo que uno esperaría de “música de invierno”. Y si mis discos de otoño fueron de alguna manera coincidentes con el mood de la estación, los de invierno parecerían estar peleándole, puteandose con el frío, gritándole improperios para intentar mantenerlo afuera.
Hay varios discos de este año, es cierto. A pesar de ciertos diagnósticos agoreros, no considero que el 2006 haya sido un mal año en cuanto a lanzamientos, más bien todo lo contrario. Quizás falta “EL” disco que nos vuelva locos durante todo el año, pero hay dosis alegremente distribuidas entre varios cavernícolas con tambores (y eso que aún no escuche ni el disco nuevo de Comets On Fire ni el de The Hold Steady).
Bueno, sin más preámbulos, los discos que me llevaría a mi Fortaleza de la Soledad durante los fríos meses invernales.
Slagsmalsklubben – Sagan Om Konungens Arsinkomst (2004): cuando hace un par de meses yo, desprevenido, me senté a escuchar “Cohi Mucho, Estoy Cansado”, el mejor programa de la radiofonía internética argentina, no sabia que una maligna obsesión iba a asaltar mis sinapsis causando que me sea casi imposible durante los meses siguientes escuchar otra cosa que no sean estos locos, locos, suecos. Uno nunca sabe donde esta el amor hasta que le salta a la yugular. Yo se que sueno como una maquina repetidora o un robot defectuoso, con mi continua arenga y adoración por este grupo, pero es que rara vez aparece una banda con la que uno se sienta tan adorablemente identificado y que represente, en nuestras mentes afiebradas, todo lo que es bueno en el mundo. (¿Que a que suenan?, a seis enfermitos haciendo música de video juegos de 8 bit. Bájense el disco acá y compruébenlo por si mismos)
Violent Femmes – Hallowed Ground (1985): como buen neurótico, el día que el primer disco de Violent Femmes entró en mi vida algo hizo click y me encontré con un tipo que de alguna manera había sufrido la misma “teenage angst” que yo pero al cual lo había dejado un poco mas jodido. En esas canciones se encuentra lo mismo que se halla en algunas cosas de Beck (“When you wanna be with me, then we will see, Who's fuckin' with my head!”), en las letras de Darren Hayman, en las canciones pasivo agresivas de Lou Barlow, en las observaciones relacionales de Jarvis Cocker. Y cuando quese me dijo “viejo, yo creo que el segundo disco es hasta mejor” no pude hacer mas que bajármelo. Como si la obsesión de Gordon Gano con el género femenino (y su rechazo) no fuese suficiente, en este disco la emprende con la religión (católica) y el efecto que tuvo en su crianza. Esta lleno de, bueno, imaginería religiosa, jesuses, cruces, territorio sagrado y mucha neurosis. Es aun más country que el primer disco y tiene esa canción perfecta que es “Jesus Walking On The Water”, de obligada escucha en una (hipotética) fiesta country del fin de los tiempos.
They Might Be Giants – No! (2004): de este ya hable en algún posteo anterior, pero hay que volver a mencionarlo, como mas no sea para decir que creo fue el único disco de este período del cual me termine aprendiendo casi todas las letras y reconociendo todas las canciones. No se si habla mal o bien de mi el hecho de que las únicas canciones que pueda recordar sean para niños, pero me parece consecuente con mis obsesiones estéticas y con mi costado infantil que se niega a morir. Por otro lado, lo que TMBG hacen en este disco no tienen nada que ver con el concepto de canción infantil vulgar y simplista. Una canción como “The House At The Top Of The Tree” con su letra circular, repetitiva y enlazada como una banda mobius es algo que se entronca más con el absurdismo perverso de Lewis Carroll que con Panam o Piñon Fijo. Lo cual demuestra que hay cosas para las cuales no esta bueno envejecer y que discos como este deberían venir con ese sticker que decía “adecuado para niños entre 2 y 99 años”.
Tv On The Radio – Return To Cookie Mountain (2006): cuando hace unos años salio el “Desperate Youth, Bloodthirsty Babes” y todos se andaban mojando por el, mi reacción fue mas bien de una estudiada indiferencia y un cierto aburrimiento al escucharlo. Más allá de “King Eternal”, canción enorme y fabulosa, no había nada ahí que me llamase mucho la atención. En otras palabras, digamos que este no era uno de los discos que estaba esperando este año y que mi respuesta inicial fue algo así como “dejen de inflar a esos negros!”. Todo eso se mantuvo hasta un día particularmente depresivo en el que me desplacé hacia la casa de mi amigo Juan Cruz y mientras charlábamos y quemábamos pone algo muy hermoso que sonaba como si Marvin Gaye hubiese estado en una banda en Manchester en 1979. “Y eso?” “El disco nuevo de TV On The Radio”. La puta, no tuve otra que bajármelo. Después me enteraría que esa canción (“Province”) tiene coros de Bowie, teclados de Eno y es un hit. Después me volvería loco escuchando “Wolf Like Me” demasiadas veces para tener memoria. Después me entusiasmaría pensando que por una puta vez voy a ver a una banda en su mejor momento. La puta que los parió a estos negros que sacan discos terribles y hacen que los prejuicios que se desplomen muy fácilmente.
Ratatat – Classics (2006): Ratatat es un dúo que, de entrada, tienen un difícil trabajo de convencimiento. ¿Cómo venderle al oyente algo que es, básicamente, indietronica con grandes colchones de teclados con guitarras con cierto aire metalero encima? Más allá de eso ¿Cómo verga haces para hacer funcionar una combinación así? En los papeles suena como una catástrofe y el primer disco de estos muchachos se quedaba un poco a medio camino, medio contenido, sin soltarse del todo y aprovechar los excesos del extrañísimo subgénero que han creado. En este disco, ya desde la tapa con un tigre rugiendo, parecen haberle encontrado la vuelta. Creo que es el primer disco que me conmueve y me da ganas de hacer air guitar al mismo tiempo. Todas sus guitarras son muy machonas y estridentes a primera vista pero solo están ahí para hacer todo más emotivo e intenso, para ocultar una cierta melancolía (no tristeza) que subyace todo el disco. Lo cual hace que sea un disco precioso y rockero al mismo tiempo, excelente para escuchar antes y al retorno de una salida, bebiendo whisky y durmiendo abrazado.
The Bats – Daddy’s Highway (1987): el mundo de la música esta lleno de “unsung heroes”, de desconocidos o casi conocidos o perdedores perpetuos que nunca la pegaron pero que deberían, en un mundo perfecto, en un lugar mejor, haber sido la banda sonora de todos los adolescentes del mundo. Con un amigo el otro día hablábamos de cómo nosotros creíamos en el poder de la canción pop, pero en un poder medio extraño, que funciona por osmosis y convencimiento, no por coacción, en la idea utópica de que unas cuantas notas ordenadas de manera sublime se te pegan en la cabeza y por su propia belleza te obligan a que caigas rendido y reconozcas que si, que ganaron, que tienen razón. Bueno, los Bats es una de esas bandas que funciona con la lógica de la canción pop. Encima eran oriundos de Nueva Zelanda, lugar ya de por si extraño. Y hoy por hoy, en un mundo demasiado preocupado por el gimmick, la reproducción vaciada de contenido de formas musicales pretéritas o el golpe de efecto, esto es mucho más importante de lo que parece a simple vista. Por eso solo nos resta escucharlos e intentar aprendernos su evangelio, comunicarlo y esperar que al final, gracias a algún balance cósmico, triunfen los buenos.
Tapes N Tapes – The Loon (2006): quizás Tapes N’ Tapes sean sencillamente los Clap Your Hands Say Yeah! de este año y no representen nada demasiado novedoso (lo cual demuestra hasta que punto soy una persona complicada y jodida y como me contradigo no diariamente, sino cada minuto que pasa) pero hay algo divertido en esta banda. No se, es difícil de justificar el porque me la pase escuchándola durante el invierno. Seguramente porque tienen mucha energía, son frenéticos, como una suerte de mezcla entre los Feelies y Pavement y representan la comodidad del lugar adonde uno va para encontrarse con viejos amigos (o viejos sonidos), porque dan el confort de escuchar una banda que todavía tiene cierta fe en ese indie nervioso y guitarrero antes que en el aburrido y angustioso. No lo se. Pero “Insistor” me da ganas de bailar y no pienso dejar de ponerlo en mi winamp.
Los Planetas – Una Semana En El Motor De Un Autobús (1998): hablar del invierno sin mencionar a Los Planetas es una hipocresía, como mis charts de Last Fm y algún post anterior atestiguan. Este quizás sea el disco que mas escuche, aunque todos pasaron por mis oídos en mayor o menor medida. Su ubicación en este lugar es medio simbólica y medio real. De cualquier modo aquí esta “Cumpleaños Total”, simplísima, cabeza, directa y fiestera, si tengo algo por lo cual recomendarlo. Espero que mi cumpleaños sea así (perdón por la pobreza del comentario, lean el post que hice hace unos meses para ver que pienso realmente de esta banda magnifica).
Cody ChestnuTT – The Headphone Masterpiece (2002): he vuelto un objetivo de primer orden de este año el interiorizarme aunque sea un poco mas con la música negra. Es, creo, el gran hueco en mi formación musical y me da mucha lastima, porque, como dije en otra ocasión, hay un plus de groove que la música negra tiene que no existe en la blanca y privarse de esa sensación tan agradable es un crimen, al menos. Bueno, me habían roto las pelotas con Cody ChestnuTT durante mucho tiempo y finalmente me decidí a bajármelo. Lo que el tipo hizo en este disco es tremendo: grabó un disco doble de soul, funk, etc solo con un micrófono de computadora, en su casa. Esta bien, se lo produjeron los Roots, esta bien, esta grabado con un micrófono copado. Todo lo que quieran, no suena a Ariel’s Pink, pero tienen que pensar en que consiste el ejercicio que el bueno de Cody realizó aquí: invertir todo lo que se supone que es el soul (grandilocuencia, grandes producciones, corazón y emotividad) y traspasarlo a un envase pequeño, destartalado, harapiento. Y encima, apoyado solo en su voz y en algunas producciones precarias, logra que todo suene terriblemente bien, emocionante, que en vez de sonar como un soul de mentiritas suene como Stevie Wonder con 200 backing singers, una orquesta y un elefante que hace equilibrios sobre una pelota.
Husker Dü – Warehouse: Songs And Stories (1987): siempre me había preguntando porque Husker Dü poseía ese aire místico a su alrededor, porque era nombrada con casi la misma reverencia que cosas como Guided By Voices y la Velvet, porque los tipos de una generación anterior a la mía, criados en cierta tradición norteamericana, pensaban que era la mejor banda de los 80 o por ahí. Este trimestre se dieron dos coincidencias fortuitas: la lectura de “Our Band Could Be Your Life”, libro FUNDAMENTAL si se quiere entender el underground norteamericano de los 80 y la escucha de este disco. A pesar de poseer el “Zen Arcade”, sus profundidades se habían revelado demasiado intrincadas para mi precario equipo de buzo del hardcore. Este disco era justo lo que andaba necesitando. Apenas sonó “These Important Years” lo entendí TODO. Intentar traducir lo que es la mística y porque Husker Dü podría ser “the only band that matters” (o lo fue en algún momento) es difícil de hacer en palabras, que son cortas, estúpidas y falibles. Lo único que se puede hacer en estos casos es insertar el círculo de plástico en un equipo, apretar play y dejarse arrastrar por la marejada. Y esperar que un poco de la magia se le pegue a uno en la remera.
Le Sport – Euro Deluxe Dance Party (2006): Suecia, Escandinavia, Suecia. Todo gira alrededor de eso últimamente. Justamente en este lugar inmundo donde no hay invierno (o lo hay muy poco) yo ansió vivir en un lugar con invierno perpetuo, donde la gente anda con camperas todo el día (que hermosa la ropa de invierno, que hermosas las camperas y los buzos, las estúpidas remeras no se comparan con tan nobles aditamentos) y se juntan en casas a beber mucho durante las nevadas interminables. Y como si no tuviese TODO eso a su favor, esos países maravillosos producen de la mejor música que voy descubriendo en el año. Desde Sambassadeur hasta Lo-Fi-Fnk, pasando por Bertine Zetlitz y Figurines. Y para que mencionar a Acid House Kings una banda con la que tengo un idilio que tiene mucho que ver con las personas que me insistieron que la escuche. Dentro de esa constelación de la felicidad (tm) la banda que se destaco más durante los meses centrales del año fue Le Sport. No creo poseer ningún tipo de capacidad especial para hablar de ellos y agregar algo que no se haya dicho antes, así que ni lo voy a intentar: Le Sport era un dúo (porque ya se separaron, los muy hijos de puta) que hacia canciones synth pop en la línea de los Pet Shop Boys o Erasure, con letras que flirtean con lo homosexual y líneas rítmicas similares a las de New Order. Y al que no le guste el synth pop a lo Pet Shop Boys, estoy convencido que es un desalmado con aceite de motor en las venas. Que mierda Estados Unidos, que mierda Gran Bretaña, vámonos a Suecia o Dinamarca, donde todavía hay estados de bienestar, el vodka es de buena calidad y las chicas son nórdicas y bonitas.
Hay varios discos de este año, es cierto. A pesar de ciertos diagnósticos agoreros, no considero que el 2006 haya sido un mal año en cuanto a lanzamientos, más bien todo lo contrario. Quizás falta “EL” disco que nos vuelva locos durante todo el año, pero hay dosis alegremente distribuidas entre varios cavernícolas con tambores (y eso que aún no escuche ni el disco nuevo de Comets On Fire ni el de The Hold Steady).
Bueno, sin más preámbulos, los discos que me llevaría a mi Fortaleza de la Soledad durante los fríos meses invernales.
Slagsmalsklubben – Sagan Om Konungens Arsinkomst (2004): cuando hace un par de meses yo, desprevenido, me senté a escuchar “Cohi Mucho, Estoy Cansado”, el mejor programa de la radiofonía internética argentina, no sabia que una maligna obsesión iba a asaltar mis sinapsis causando que me sea casi imposible durante los meses siguientes escuchar otra cosa que no sean estos locos, locos, suecos. Uno nunca sabe donde esta el amor hasta que le salta a la yugular. Yo se que sueno como una maquina repetidora o un robot defectuoso, con mi continua arenga y adoración por este grupo, pero es que rara vez aparece una banda con la que uno se sienta tan adorablemente identificado y que represente, en nuestras mentes afiebradas, todo lo que es bueno en el mundo. (¿Que a que suenan?, a seis enfermitos haciendo música de video juegos de 8 bit. Bájense el disco acá y compruébenlo por si mismos)
Violent Femmes – Hallowed Ground (1985): como buen neurótico, el día que el primer disco de Violent Femmes entró en mi vida algo hizo click y me encontré con un tipo que de alguna manera había sufrido la misma “teenage angst” que yo pero al cual lo había dejado un poco mas jodido. En esas canciones se encuentra lo mismo que se halla en algunas cosas de Beck (“When you wanna be with me, then we will see, Who's fuckin' with my head!”), en las letras de Darren Hayman, en las canciones pasivo agresivas de Lou Barlow, en las observaciones relacionales de Jarvis Cocker. Y cuando quese me dijo “viejo, yo creo que el segundo disco es hasta mejor” no pude hacer mas que bajármelo. Como si la obsesión de Gordon Gano con el género femenino (y su rechazo) no fuese suficiente, en este disco la emprende con la religión (católica) y el efecto que tuvo en su crianza. Esta lleno de, bueno, imaginería religiosa, jesuses, cruces, territorio sagrado y mucha neurosis. Es aun más country que el primer disco y tiene esa canción perfecta que es “Jesus Walking On The Water”, de obligada escucha en una (hipotética) fiesta country del fin de los tiempos.
They Might Be Giants – No! (2004): de este ya hable en algún posteo anterior, pero hay que volver a mencionarlo, como mas no sea para decir que creo fue el único disco de este período del cual me termine aprendiendo casi todas las letras y reconociendo todas las canciones. No se si habla mal o bien de mi el hecho de que las únicas canciones que pueda recordar sean para niños, pero me parece consecuente con mis obsesiones estéticas y con mi costado infantil que se niega a morir. Por otro lado, lo que TMBG hacen en este disco no tienen nada que ver con el concepto de canción infantil vulgar y simplista. Una canción como “The House At The Top Of The Tree” con su letra circular, repetitiva y enlazada como una banda mobius es algo que se entronca más con el absurdismo perverso de Lewis Carroll que con Panam o Piñon Fijo. Lo cual demuestra que hay cosas para las cuales no esta bueno envejecer y que discos como este deberían venir con ese sticker que decía “adecuado para niños entre 2 y 99 años”.
Tv On The Radio – Return To Cookie Mountain (2006): cuando hace unos años salio el “Desperate Youth, Bloodthirsty Babes” y todos se andaban mojando por el, mi reacción fue mas bien de una estudiada indiferencia y un cierto aburrimiento al escucharlo. Más allá de “King Eternal”, canción enorme y fabulosa, no había nada ahí que me llamase mucho la atención. En otras palabras, digamos que este no era uno de los discos que estaba esperando este año y que mi respuesta inicial fue algo así como “dejen de inflar a esos negros!”. Todo eso se mantuvo hasta un día particularmente depresivo en el que me desplacé hacia la casa de mi amigo Juan Cruz y mientras charlábamos y quemábamos pone algo muy hermoso que sonaba como si Marvin Gaye hubiese estado en una banda en Manchester en 1979. “Y eso?” “El disco nuevo de TV On The Radio”. La puta, no tuve otra que bajármelo. Después me enteraría que esa canción (“Province”) tiene coros de Bowie, teclados de Eno y es un hit. Después me volvería loco escuchando “Wolf Like Me” demasiadas veces para tener memoria. Después me entusiasmaría pensando que por una puta vez voy a ver a una banda en su mejor momento. La puta que los parió a estos negros que sacan discos terribles y hacen que los prejuicios que se desplomen muy fácilmente.
Ratatat – Classics (2006): Ratatat es un dúo que, de entrada, tienen un difícil trabajo de convencimiento. ¿Cómo venderle al oyente algo que es, básicamente, indietronica con grandes colchones de teclados con guitarras con cierto aire metalero encima? Más allá de eso ¿Cómo verga haces para hacer funcionar una combinación así? En los papeles suena como una catástrofe y el primer disco de estos muchachos se quedaba un poco a medio camino, medio contenido, sin soltarse del todo y aprovechar los excesos del extrañísimo subgénero que han creado. En este disco, ya desde la tapa con un tigre rugiendo, parecen haberle encontrado la vuelta. Creo que es el primer disco que me conmueve y me da ganas de hacer air guitar al mismo tiempo. Todas sus guitarras son muy machonas y estridentes a primera vista pero solo están ahí para hacer todo más emotivo e intenso, para ocultar una cierta melancolía (no tristeza) que subyace todo el disco. Lo cual hace que sea un disco precioso y rockero al mismo tiempo, excelente para escuchar antes y al retorno de una salida, bebiendo whisky y durmiendo abrazado.
The Bats – Daddy’s Highway (1987): el mundo de la música esta lleno de “unsung heroes”, de desconocidos o casi conocidos o perdedores perpetuos que nunca la pegaron pero que deberían, en un mundo perfecto, en un lugar mejor, haber sido la banda sonora de todos los adolescentes del mundo. Con un amigo el otro día hablábamos de cómo nosotros creíamos en el poder de la canción pop, pero en un poder medio extraño, que funciona por osmosis y convencimiento, no por coacción, en la idea utópica de que unas cuantas notas ordenadas de manera sublime se te pegan en la cabeza y por su propia belleza te obligan a que caigas rendido y reconozcas que si, que ganaron, que tienen razón. Bueno, los Bats es una de esas bandas que funciona con la lógica de la canción pop. Encima eran oriundos de Nueva Zelanda, lugar ya de por si extraño. Y hoy por hoy, en un mundo demasiado preocupado por el gimmick, la reproducción vaciada de contenido de formas musicales pretéritas o el golpe de efecto, esto es mucho más importante de lo que parece a simple vista. Por eso solo nos resta escucharlos e intentar aprendernos su evangelio, comunicarlo y esperar que al final, gracias a algún balance cósmico, triunfen los buenos.
Tapes N Tapes – The Loon (2006): quizás Tapes N’ Tapes sean sencillamente los Clap Your Hands Say Yeah! de este año y no representen nada demasiado novedoso (lo cual demuestra hasta que punto soy una persona complicada y jodida y como me contradigo no diariamente, sino cada minuto que pasa) pero hay algo divertido en esta banda. No se, es difícil de justificar el porque me la pase escuchándola durante el invierno. Seguramente porque tienen mucha energía, son frenéticos, como una suerte de mezcla entre los Feelies y Pavement y representan la comodidad del lugar adonde uno va para encontrarse con viejos amigos (o viejos sonidos), porque dan el confort de escuchar una banda que todavía tiene cierta fe en ese indie nervioso y guitarrero antes que en el aburrido y angustioso. No lo se. Pero “Insistor” me da ganas de bailar y no pienso dejar de ponerlo en mi winamp.
Los Planetas – Una Semana En El Motor De Un Autobús (1998): hablar del invierno sin mencionar a Los Planetas es una hipocresía, como mis charts de Last Fm y algún post anterior atestiguan. Este quizás sea el disco que mas escuche, aunque todos pasaron por mis oídos en mayor o menor medida. Su ubicación en este lugar es medio simbólica y medio real. De cualquier modo aquí esta “Cumpleaños Total”, simplísima, cabeza, directa y fiestera, si tengo algo por lo cual recomendarlo. Espero que mi cumpleaños sea así (perdón por la pobreza del comentario, lean el post que hice hace unos meses para ver que pienso realmente de esta banda magnifica).
Cody ChestnuTT – The Headphone Masterpiece (2002): he vuelto un objetivo de primer orden de este año el interiorizarme aunque sea un poco mas con la música negra. Es, creo, el gran hueco en mi formación musical y me da mucha lastima, porque, como dije en otra ocasión, hay un plus de groove que la música negra tiene que no existe en la blanca y privarse de esa sensación tan agradable es un crimen, al menos. Bueno, me habían roto las pelotas con Cody ChestnuTT durante mucho tiempo y finalmente me decidí a bajármelo. Lo que el tipo hizo en este disco es tremendo: grabó un disco doble de soul, funk, etc solo con un micrófono de computadora, en su casa. Esta bien, se lo produjeron los Roots, esta bien, esta grabado con un micrófono copado. Todo lo que quieran, no suena a Ariel’s Pink, pero tienen que pensar en que consiste el ejercicio que el bueno de Cody realizó aquí: invertir todo lo que se supone que es el soul (grandilocuencia, grandes producciones, corazón y emotividad) y traspasarlo a un envase pequeño, destartalado, harapiento. Y encima, apoyado solo en su voz y en algunas producciones precarias, logra que todo suene terriblemente bien, emocionante, que en vez de sonar como un soul de mentiritas suene como Stevie Wonder con 200 backing singers, una orquesta y un elefante que hace equilibrios sobre una pelota.
Husker Dü – Warehouse: Songs And Stories (1987): siempre me había preguntando porque Husker Dü poseía ese aire místico a su alrededor, porque era nombrada con casi la misma reverencia que cosas como Guided By Voices y la Velvet, porque los tipos de una generación anterior a la mía, criados en cierta tradición norteamericana, pensaban que era la mejor banda de los 80 o por ahí. Este trimestre se dieron dos coincidencias fortuitas: la lectura de “Our Band Could Be Your Life”, libro FUNDAMENTAL si se quiere entender el underground norteamericano de los 80 y la escucha de este disco. A pesar de poseer el “Zen Arcade”, sus profundidades se habían revelado demasiado intrincadas para mi precario equipo de buzo del hardcore. Este disco era justo lo que andaba necesitando. Apenas sonó “These Important Years” lo entendí TODO. Intentar traducir lo que es la mística y porque Husker Dü podría ser “the only band that matters” (o lo fue en algún momento) es difícil de hacer en palabras, que son cortas, estúpidas y falibles. Lo único que se puede hacer en estos casos es insertar el círculo de plástico en un equipo, apretar play y dejarse arrastrar por la marejada. Y esperar que un poco de la magia se le pegue a uno en la remera.
Le Sport – Euro Deluxe Dance Party (2006): Suecia, Escandinavia, Suecia. Todo gira alrededor de eso últimamente. Justamente en este lugar inmundo donde no hay invierno (o lo hay muy poco) yo ansió vivir en un lugar con invierno perpetuo, donde la gente anda con camperas todo el día (que hermosa la ropa de invierno, que hermosas las camperas y los buzos, las estúpidas remeras no se comparan con tan nobles aditamentos) y se juntan en casas a beber mucho durante las nevadas interminables. Y como si no tuviese TODO eso a su favor, esos países maravillosos producen de la mejor música que voy descubriendo en el año. Desde Sambassadeur hasta Lo-Fi-Fnk, pasando por Bertine Zetlitz y Figurines. Y para que mencionar a Acid House Kings una banda con la que tengo un idilio que tiene mucho que ver con las personas que me insistieron que la escuche. Dentro de esa constelación de la felicidad (tm) la banda que se destaco más durante los meses centrales del año fue Le Sport. No creo poseer ningún tipo de capacidad especial para hablar de ellos y agregar algo que no se haya dicho antes, así que ni lo voy a intentar: Le Sport era un dúo (porque ya se separaron, los muy hijos de puta) que hacia canciones synth pop en la línea de los Pet Shop Boys o Erasure, con letras que flirtean con lo homosexual y líneas rítmicas similares a las de New Order. Y al que no le guste el synth pop a lo Pet Shop Boys, estoy convencido que es un desalmado con aceite de motor en las venas. Que mierda Estados Unidos, que mierda Gran Bretaña, vámonos a Suecia o Dinamarca, donde todavía hay estados de bienestar, el vodka es de buena calidad y las chicas son nórdicas y bonitas.
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